La reciente convicción por delitos graves de Donald Trump ha tenido consecuencias inesperadas para el expresidente de Estados Unidos. Más allá de los problemas legales domésticos, Trump ahora enfrenta restricciones de viaje a nivel internacional.
Canadá y el Reino Unido están entre los cerca de 40 países que prohíben la entrada a personas con antecedentes penales, lo que incluye a Trump tras su condena por falsificar registros para ocultar una relación con la actriz de cine para adultos Stormy Daniels.
Canadá: Puerta Cerrada para Trump
Canadá mantiene una política estricta que prohíbe la entrada a cualquier ciudadano estadounidense con una condena por delitos graves. Según el sitio oficial de turismo del gobierno canadiense, cualquier persona con antecedentes penales puede ser considerada inadmisible, incluso para visitas breves. Esta política se aplica también a personas acusadas, aunque no condenadas, lo que significa que Trump habría tenido problemas para entrar a Canadá desde que enfrentó cargos.
El Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, ha tenido varios enfrentamientos con Trump durante su mandato, lo que podría haber complicado aún más cualquier solicitud de entrada.
Reino Unido: Reglas Claras
El Reino Unido también impone restricciones estrictas a los delincuentes condenados. Según las leyes británicas, cualquier persona con una condena penal puede ser rechazada a menos que un oficial de inmigración considere que hay razones humanitarias de peso para permitir la entrada. Dado el perfil de Trump y la naturaleza de sus delitos, es probable que las autoridades británicas sean reacias a hacer excepciones.
Otros Países que Prohíben el Ingreso a Delincuentes Condenados
Japón, Israel y China son otros ejemplos de países con políticas estrictas contra la entrada de personas con antecedentes penales. Japón, por ejemplo, no permite la entrada a personas condenadas a más de un año de prisión, mientras que Israel tiene el derecho de rechazar a cualquier persona con antecedentes delictivos.
Impacto Político
Estas restricciones podrían complicar significativamente las actividades políticas de Trump si decide postularse nuevamente para la presidencia en 2024. La incapacidad de viajar a importantes aliados internacionales afectaría su capacidad para participar en reuniones y cumbres globales.