La soledad se ha convertido en una epidemia silenciosa que está afectando a cientos de personas alrededor del mundo.
Cada vez son más las personas que se sienten solas y presentan síntomas de depresión o ansiedad al sentirse apartados de su familia o un grupo social.
Aunque vivimos en un mundo donde la tecnología nos ha permitido estar más conectados entre nosotros mismos y acortar las distancias a un solo click.
La realidad es que esto se ha convertido paradójicamente en un arma de doble filo, que ha hecho que la soledad predomine entre los seres humanos.
La vida como la conocíamos cambió por completo después de que el mundo entero se enfrentará a la pandemia del Covid-19.
A pesar de que ahora muchas cosas parecen que volvieron a ser como antes, la realidad es que el ser humano y su forma de relacionarse cambió.
Los largos periodos de aislamiento por los confinamientos, el trabajo en casa, la digitalización de muchas actividades y la inmediatez ante la falta de tiempo.
Han tenido una gran influencia en la forma en la que ahora nos relacionamos como sociedad y las cifras dan cuenta de esto.
El sentimiento de soledad abunda en el mundo
De acuerdo con una reciente encuesta realizada por Meta-Gallup a diferentes personas en más de 140 países, reveló que el sentimiento de soledad en el mundo cada vez es más grande.
Los resultados fueron sorprendentes, más de 1.000 millones de personas en el planeta se sienten muy o completamente solas.
Una cifra que representa aproximadamente la cuarta parte del 77% de toda la población adulta del mundo.
Especialmente entre jóvenes y adultos entre los 19 y 29 años, donde el sentimiento de soledad es aún mayor.
Lo peor de todo y lo que hace aún más preocupante esta situación, es que se estima que esta escandalosa cifra podría ser aún mayor.
Ya que China, el país más poblado del mundo fue excluido de esta encuesta.
¿Por qué las personas se sienten solas?
Una de las razones principales que han desencadenado esta problemática es la falta de conexiones sociales significativas.
En especial por la superficialidad de las relaciones en medio de una era casi que 100% digital y globalizada.
Sumando a esto el estrés de la vida cotidiana que ha afectado la calidad y cantidad del tiempo que las personas pasan con amigos y familiares, o sus parejas.
Las largas horas de trabajo, las obligaciones familiares y la tecnología de la que nos hemos vuelto prácticamente dependientes, pueden hacer que sea difícil mantener relaciones sociales significativas.
Como resultado, muchas personas se encuentran atrapadas en un ciclo de aislamiento social, sintiéndose en soledad.
Las devastadoras consecuencias de la “epidemia” de la soledad
Es por eso que entre los científicos cada vez se hace más común hablar del término de una “epidemia” de la soledad, que silenciosamente ha estado afectando a gran parte de la población mundial.
La soledad no es solo un sentimiento desagradable, sino que también está vinculada a problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.
Las personas que se sienten solas a menudo presentan problemas de baja autoestima, estrés crónico y una sensación abrumadora de desesperación.
Que incluso puede verse representado en adicciones o tendencias a comportamientos suicidas.
Sin contar las afectaciones físicas, ya que la soledad puede desencadenar enfermedades crónicas como problemas cardíacos, diabetes, accidentes cerebrovasculares u otras enfermedades autoinmunes.
Lo que puede afectar significativamente la salud física y mental de quienes lo experimentan o que sin saberlo están siendo arrasados por esta epidemia silenciosa de la soledad.
Es por eso, que es fundamental promover la importancia de las relaciones interpersonales significativas y conexiones o vínculos sociales beneficiosos para ambas partes.
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