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    La forma en cómo China habría robado algunos secretos tecnológicos a Estados Unidos

    En 2015, Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo por el que ambas partes se comprometían a no realizar "robos cibernéticos de propiedad intelectual, incluidos secretos comerciales”.

    Una acusación del Departamento de Justicia de EE.UU. el ciudadano estadounidense Zheng Xiaoqing, antiguo empleado del conglomerado energético General Electric Power ocultó archivos confidenciales robados a sus empleadores.

    La persona habría utilizado una técnica denominada esteganografía, que consiste en ocultar un archivo de datos dentro del código de otro archivo de datos.

    Zheng la habría utilizado en múltiples ocasiones para sustraer archivos confidenciales de General Electric.

    La compañía en mención, es una multinacional conocida por sus actividades en los sectores sanitario, energético y aeroespacial, que fabrica desde frigoríficos hasta motores de aviación.

    La BBC Mundo dice en una nota que, “la información robada por Zheng estaba relacionada con el diseño y la fabricación de turbinas de gas y vapor”.

    El contenido, considerado de alto valor, presuntamente fue enviado a su cómplice en China. En última instancia, beneficiaría al gobierno chino.

    A prisión

    Zheng fue condenado a dos años de prisión a principios de este mes. Lo que se sabe, es que es el último de una serie de casos similares perseguidos por las autoridades.

    En noviembre pasado, el ciudadano chino Xu Yanjun, presunto espía de carrera, fue condenado a 20 años de cárcel por conspirar para robar secretos comerciales de varias empresas gringas.

    El robo de secretos comerciales formaría parte de una lucha más amplia en la que China se esfuerza por adquirir conocimientos tecnológicos para impulsar su economía.

    Lo anterior, busca obtener ventajas frente al desafío del orden geopolítico, mientras Estados Unidos hace todo lo posible por impedir que surja un competidor serio de su poderío.

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    El robo de secretos comerciales es atractivo porque permite a los países «dar saltos en las cadenas de valor mundiales con relativa rapidez, y sin los costos, tanto en términos de tiempo como de dinero.

    Nick Marro, miembro del The Economist dijo que el director del FBI, Christopher Wray, afirmó en una reunión de empresarios que China pretendía «saquear» la propiedad intelectual de las empresas occidentales.

    Advirtió de que los chinos están espiando a empresas de todo el mundo, «desde las grandes ciudades a los pueblos pequeños”.

    Las ganas de China de derrocar

    En la declaración del Departamento de Justicia sobre Zheng, Alan Kohler Jr, del FBI, afirmó que China tenía en el punto de mira al «ingenio estadounidense».

    Se lee en la BBC que Zheng era ingeniero especializado en tecnología de sellado de turbinas y trabajaba en diversas tecnologías de contención de fugas en ingeniería de turbinas de vapor.

    Según el Departamento de Justicia, estas juntas optimizan el rendimiento de las turbinas «ya sea aumentando la potencia o la eficiencia o prolongando la vida útil del motor».

    “Las turbinas de gas que propulsan los aviones son fundamentales para el desarrollo de la industria aeronáutica china”.

    En aquel momento, el entonces portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, dijo que Wray estaba «difamando a China».

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    Los equipos aeroespaciales y de aviación figuran entre los 10 sectores que las autoridades chinas tendrían como objetivo desarrollar con rapidez.

    Lo anterior, para reducir la dependencia del país de la tecnología extranjera y con el tiempo superarla.

    Profundizaron el espionaje

    Según Ray Wang, fundador y consejero delegado de la consultora Constellation Research, con sede en Silicon Valley, entre ellos se encuentran el desarrollo farmacéutico y la nanotecnología.

    También, en la ingeniería y tecnología realizadas a nano escala para su uso en ámbitos como la medicina, los textiles y tejidos y la automoción-.

    Asimismo, se incluye productos farmacéuticos, bioingeniería (imitación de procesos biológicos para fines como el desarrollo de prótesis biocompatibles y el crecimiento de tejidos regenerativos).

    En el pasado, el espionaje industrial de países como Japón, Corea del Sur, Taiwán y Singapur era motivo de preocupación.

    Sin embargo, una vez que las empresas autóctonas se convierten por derecho propio en líderes innovadores del mercado sus gobiernos comienzan a aprobar leyes para tomarse el asunto más en serio.

    China también ha adquirido experiencia haciendo que las compañías extranjeras cedan tecnología en virtud de acuerdos de empresas conjuntas a cambio de acceso al mercado chino.

    A pesar de las quejas, el gobierno chino siempre ha negado las acusaciones de coacción.

    En 2015, Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo por el que ambas partes se comprometían a no realizar «robos cibernéticos de propiedad intelectual, incluidos secretos comerciales”.

    Aunque el año siguiente, la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. acusó a China de violar el acuerdo.

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