En un mundo que aún se recupera de la pandemia de COVID-19, surge otra preocupación global: el Mpox, también conocido como viruela símica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado este brote como una emergencia sanitaria mundial debido a su rápida expansión, especialmente fuera de África. Esta decisión subraya la urgencia de una respuesta global coordinada para contener la propagación del virus y evitar un impacto mayor en comunidades vulnerables.
¿Qué es el Mpox?
El Mpox es una enfermedad zoonótica, es decir, que se transmite de animales a humanos. Fue identificado por primera vez en 1958 en monos de laboratorio, de ahí su nombre original «viruela del mono». Sin embargo, los casos en humanos comenzaron a reportarse en 1970 en la República Democrática del Congo. El virus pertenece a la misma familia que la viruela humana, aunque generalmente es menos grave.
El Mpox se manifiesta inicialmente con síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, dolores musculares, fatiga y dolor de cabeza. Sin embargo, lo que distingue a esta enfermedad es una erupción cutánea que progresa a pústulas llenas de líquido, similar a la viruela, pero con menor tasa de mortalidad.
Expansión y declaración de emergencia
El brote actual de Mpox ha encendido las alarmas debido a su rápida expansión más allá de África. En 2022, la OMS declaró la situación como una emergencia sanitaria global, ya que el virus se propagó a más de 70 países, incluyendo Estados Unidos, España, Brasil y México. Hasta ahora, más de 16,000 casos han sido confirmados en todo el mundo, con una tendencia al alza.
La declaración de emergencia por parte de la OMS, como se detalla en un reciente informe de CNN , se basa en la preocupación por la capacidad del virus de propagarse a nuevas regiones, incluidas aquellas con sistemas de salud más frágiles, como algunas zonas de Latinoamérica.
¿Cómo se transmite y quién está en riesgo?
El Mpox se transmite principalmente a través del contacto directo con fluidos corporales, lesiones cutáneas o materiales contaminados. Aunque también puede propagarse a través de gotículas respiratorias, este método requiere un contacto prolongado, lo que reduce su eficiencia en comparación con otros virus como el SARS-CoV-2.
Las personas en mayor riesgo incluyen a aquellas en contacto cercano con animales infectados o con individuos infectados, así como trabajadores de la salud sin la protección adecuada. En África, la mayoría de los casos han sido reportados en áreas rurales donde el contacto con la fauna silvestre es más común.
Impacto potencial en Latinoamérica
La posibilidad de que el Mpox llegue a Latinoamérica es una preocupación real. Las condiciones socioeconómicas y las infraestructuras de salud en la región varían significativamente, lo que podría dificultar la contención del virus si no se manejan adecuadamente los primeros casos. Además, las lecciones aprendidas durante la pandemia de COVID-19 podrían ser clave para enfrentar esta nueva amenaza.
Países como Brasil, México y Colombia ya están en alerta, implementando medidas de vigilancia y preparación. El fortalecimiento de los sistemas de salud, la capacitación de personal médico, y la concientización del público serán fundamentales para prevenir un brote significativo en la región.
Respuesta internacional y vacunas
Ante la emergencia, varios países han comenzado a implementar campañas de vacunación para grupos de riesgo. La vacuna contra la viruela, que había sido eliminada gradualmente después de la erradicación de la enfermedad en 1980, ha demostrado ofrecer cierta protección contra el Mpox. No obstante, la disponibilidad de estas vacunas es limitada y su distribución es un desafío logístico, especialmente en países con menos recursos.
El brote de Mpox representa una nueva amenaza para la salud global, y su declaración como emergencia sanitaria mundial por parte de la OMS resalta la necesidad de una acción rápida y coordinada. Si bien la situación es alarmante, las herramientas y el conocimiento adquiridos durante la pandemia de COVID-19 pueden ser fundamentales para contener la propagación del virus y mitigar su impacto en Latinoamérica y el resto del mundo. Mantenerse informado y seguir las recomendaciones de salud pública es crucial para proteger a las comunidades vulnerables.