María Branyas Morera, reconocida como la persona más longeva del mundo, falleció el 19 de agosto de 2024 a los 117 años en Olot, Cataluña.
Nacida en San Francisco, Estados Unidos, en 1907, su vida fue un verdadero testimonio de resistencia, atravesando algunos de los momentos más cruciales del siglo XX y XXI.
A lo largo de más de un siglo de vida, María no solo fue testigo de dos guerras mundiales, la pandemia de gripe española y la reciente pandemia de COVID-19, sino que también superó esta última enfermedad a la increíble edad de 113 años.
Una vida marcada por la historia y la resiliencia
María nació en una familia española que había emigrado a Estados Unidos en busca de un futuro mejor. Sin embargo, la familia regresó a España en 1915, un viaje durante el cual su padre falleció debido a la tuberculosis.
A pesar de esta temprana tragedia, María se estableció en Cataluña, donde formó una familia con tres hijos, quienes le dieron una numerosa descendencia con 11 nietos y 13 bisnietos.
La longevidad de María fue reconocida oficialmente en 2023, cuando Guinness World Records la nombró la persona viva más longeva del mundo, tras la muerte de la francesa Lucile Randon.
Sin embargo, su vida no se definió por los títulos, sino por su carácter fuerte y una filosofía de vida centrada en la simplicidad y la tranquilidad.
Testigo de un siglo de cambios
María vivió durante 117 años, viendo cómo el mundo cambiaba drásticamente. Desde la llegada de la radio hasta la era de internet, fue testigo de avances tecnológicos y sociales que transformaron la vida cotidiana.
A pesar de su avanzada edad, María siempre mantuvo una agudeza mental impresionante. En una de sus últimas reflexiones públicas, expresó: “La vejez no es triste. Lo que es triste es que, en un mundo como el actual, la vejez sea percibida como una carga”.
Un legado de fortaleza y serenidad
El fallecimiento de María fue anunciado por su familia en la red social X, donde expresaron que murió mientras dormía, en paz y sin dolor, tal como ella siempre deseó. “María Branyas nos ha dejado. Ha muerto como ella quería: en su sueño, tranquila y sin dolor”, escribieron en catalán.
Con su muerte, el título de la persona más longeva del mundo pasa a una mujer japonesa. Sin embargo, el legado de María Branyas Morera como un símbolo de longevidad y resiliencia perdurará en la memoria colectiva. Su vida es un recordatorio de la fortaleza del espíritu humano y del valor de vivir cada día con gratitud y paz.