Un estudio reciente revela que las ballenas azules frente a la costa de California han reducido sus cantos hasta en un 40 %. Este hallazgo preocupa a los expertos por lo que podría significar para la salud del ecosistema marino.
El silencio que inquieta a los investigadores
Entre 2015 y 2021, científicos del Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI) registraron una notable caída en la actividad vocal de las ballenas azules. El hallazgo se hizo gracias a un hidrófono instalado a 3.000 pies de profundidad. Este dispositivo captó sonidos de baja frecuencia emitidos por estos gigantes marinos.
Las ballenas azules usan su canto para comunicarse, encontrar pareja y coordinarse durante la migración. Sus llamadas pueden viajar cientos de kilómetros bajo el agua. Por eso, cualquier cambio en su frecuencia o intensidad es motivo de análisis.
La ola de calor marino que lo cambió todo
Los investigadores relacionan este fenómeno con “The Blob”. Se trata de una enorme masa de agua cálida que apareció en 2013 en el Pacífico Norte. En los años siguientes se intensificó hasta cubrir más de 2 millones de kilómetros cuadrados. Las temperaturas llegaron a estar 4,5 °C por encima de lo normal.
Según reportó el New York Post, este evento “alteró drásticamente la disponibilidad de alimento para las ballenas azules. Las obligó a dedicar más tiempo a buscar kril y menos a cantar. Esto representa un cambio significativo en su comportamiento natural”.
El calor también provocó floraciones tóxicas y desplazó especies clave en la cadena alimentaria. Esto incrementó el estrés sobre estos mamíferos marinos.
Un contraste con otras especies
Mientras las ballenas azules redujeron drásticamente sus vocalizaciones, las ballenas jorobadas aumentaron sus cantos. Su dieta más flexible incluye peces y otros crustáceos menos afectados por “The Blob”. Esto les permitió mantener su actividad reproductiva.
Este contraste apoya la teoría de que la caída en los cantos de las ballenas azules es consecuencia directa de la falta de alimento. No se relaciona con el ruido de barcos ni con la presencia humana.
La importancia del canto en la supervivencia
El canto no solo es clave para el apareamiento. También es una herramienta de navegación y cohesión social. Menos canto significa menos encuentros entre machos y hembras, lo que reduce las oportunidades de reproducción.
Actualmente, se estima que existen entre 10.000 y 25.000 ballenas azules en todo el mundo. Esto es apenas una fracción de las que vivían antes de la caza comercial en el siglo XX.
Un mensaje urgente desde el océano
Los expertos advierten que el cambio climático aumenta la frecuencia de las olas de calor marino. Eventos como “The Blob” podrían repetirse con mayor intensidad en el futuro. Esto pondría en riesgo a las ballenas azules y a todo el ecosistema del Pacífico.
“Es como si el océano nos dijera que algo anda muy mal. El silencio de las ballenas refleja el hambre y el estrés que enfrentan”, indicó uno de los investigadores.
Proteger para devolverles la voz
Organizaciones de conservación proponen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También sugieren crear áreas marinas protegidas y vigilar las zonas de alimentación. El objetivo es que las ballenas azules recuperen su abundancia y su canto.
Los científicos seguirán analizando datos acústicos y ambientales. Quieren entender mejor cómo el cambio climático influye en el comportamiento de estas especies. El reto es actuar antes de que el silencio se vuelva la nueva normalidad.