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Las olas de calor extremo en Europa son cada vez más frecuentes y ponen miles de vidas en riesgo

La ola de calor en Europa está provocando consecuencias cada vez más graves

La ola de calor en Europa ya no es un fenómeno aislado, sino una amenaza constante que se intensifica cada verano. Según un estudio del Instituto de Salud Carlos III, más de 61 000 personas resultaron afectadas durante el verano de 2022 por eventos extremos de temperatura, en su mayoría vinculados al cambio climático.

Este fenómeno está provocando una presión sin precedentes sobre los sistemas de salud pública. Aunque solo una pequeña parte de los casos son diagnosticados como golpes de calor, la mayoría se relaciona con el agravamiento de enfermedades existentes como problemas cardíacos, respiratorios, renales o neurológicos.

Cómo el cambio climático está amplificando la ola de calor en Europa

Las temperaturas máximas han aumentado de forma sostenida en las últimas décadas. En países del sur de Europa, como España e Italia, se registra un incremento promedio de 0,41 °C por década. Esto se traduce en al menos cuatro olas de calor adicionales por década en comparación con los años 80.

Estas olas no solo son más frecuentes, sino también más intensas y duraderas. Ciudades como Roma, Madrid o Marsella superan los 40 °C durante varios días consecutivos, con un impacto directo sobre la salud de la población más vulnerable.

El impacto en la salud pública ya es visible

Según reportó Infobae, con base en un estudio del Instituto de Salud Carlos III y datos de Eurostat, más de 61 000 personas fueron afectadas por el calor extremo en Europa durante el verano de 2022. Aunque solo el 2 % de los casos se atribuyeron a golpes de calor directos, la gran mayoría estuvo relacionada con el agravamiento de enfermedades crónicas como afecciones cardíacas, respiratorias o renales.

Esto genera una crisis silenciosa. Las estadísticas oficiales no reflejan la magnitud real del daño. La ola de calor en Europa afecta especialmente a personas mayores, pacientes crónicos y comunidades con bajos recursos, donde el acceso a sistemas de ventilación o vivienda térmicamente adecuada es limitado.

Regiones con mayor vulnerabilidad ante la ola de calor en Europa

Mientras que algunas zonas del norte y centro del continente están comenzando a adaptar su infraestructura urbana y sanitaria, los países del sur siguen rezagados. Las ciudades más afectadas carecen de espacios verdes suficientes, tienen calles altamente pavimentadas y una gran concentración de calor.

Además, en muchas regiones sigue faltando un enfoque integral de respuesta. No basta con emitir alertas meteorológicas. Se necesitan planes de contingencia sólidos, protocolos médicos específicos, educación ciudadana y políticas de prevención a largo plazo.

Una amenaza ligada directamente al cambio climático

Distintos estudios confirman que la ola de calor en Europa está estrechamente relacionada con la acción humana. Investigaciones recientes, como las de World Weather Attribution, atribuyen más del 65 % de los impactos negativos en la salud durante olas de calor recientes a la aceleración del cambio climático.

La Organización Mundial de la Salud también ha manifestado su preocupación por el crecimiento sostenido de los riesgos sanitarios vinculados al clima. De no tomarse medidas inmediatas, los efectos sobre la salud pública podrían triplicarse en las próximas décadas.

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El verano ya no es seguro para todos

La ola de calor en Europa no solo transforma el clima, también transforma la forma en que vivimos, trabajamos y nos protegemos. Lo que antes era una temporada de descanso, hoy representa un desafío para millones de personas que deben enfrentar temperaturas extremas sin protección suficiente.

Adaptar las ciudades, reforzar los sistemas de salud y crear estrategias de prevención efectivas ya no es opcional. Las cifras, los estudios y las consecuencias visibles en las calles confirman que actuar es urgente.

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