La enfermedad de Alzheimer es una afección que afecta a millones de personas en todo el mundo y, en particular, en los Estados Unidos.
Sin embargo, un reciente informe de la Asociación de Alzheimer ha arrojado luz sobre una preocupante disparidad: los adultos mayores hispanos tienen un riesgo desproporcionadamente mayor de desarrollar Alzheimer en comparación con sus pares blancos estadounidenses.
Te contamos las razones detrás de esta disparidad y examinaremos factores genéticos y de estilo de vida que influyen en el desarrollo de esta enfermedad debilitante.
Los hispanos y el Alzheimer
Según el informe especial anual de la Asociación de Alzheimer, los adultos mayores hispanos tienen una probabilidad 1.5 veces mayor de padecer Alzheimer y otras demencias en comparación con los adultos blancos de la misma edad.
En números concretos, el 14% de los hispanos mayores de 65 años sufren de demencia de Alzheimer, en comparación con el 10% de las otras personas de su edad en el resto del mundo.
Este desequilibrio en las tasas de Alzheimer entre las comunidades hispana y blanca puede atribuirse a diversos factores, desde la discriminación en las interacciones interpersonales hasta el racismo estructural que afecta las leyes, el acceso a la atención médica y la calidad de la educación.
Los autores del informe sugieren que el estrés acumulado derivado de los efectos del racismo estructural y las diferencias en el entorno social y físico pueden influir directamente en el riesgo de demencia.
Rebecca Edelmayer, directora principal de compromiso científico de la Asociación de Alzheimer, también señala factores socioeconómicos y la alta prevalencia de otras posibles afecciones de salud en la comunidad hispana como posibles causas del riesgo elevado de la enfermedad en este grupo.
Diagnóstico y barreras
El acceso al diagnóstico de Alzheimer presenta desafíos particulares para la comunidad hispana en los Estados Unidos.
En muchas ocasiones, los primeros signos de cambio cognitivo pasan desapercibidos o no se mencionan en las familias hispanas. Esto significa que el diagnóstico llega tarde, a menudo en medio de una crisis o emergencia.
Para abordar estas barreras, la Asociación de Alzheimer está llevando a cabo una campaña de servicio público en español e inglés, con el objetivo de alentar a los hispanos a reconocer los primeros signos de alerta de las distintas formas de demencia.
La detección temprana es crucial, ya que permite acceder a tratamientos y apoyo adecuados que pueden mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias.
Factores genéticos y la enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es una afección compleja y multifactorial. Los científicos han identificado una serie de factores que influyen en su desarrollo, y la genética desempeña un papel significativo.
El factor de riesgo más importante conocido para el Alzheimer es la edad. A medida que envejecemos, el riesgo de desarrollar la enfermedad aumenta significativamente. La cantidad de personas con Alzheimer se duplica cada 5 años después de los 65 años, y alrededor de un tercio de las personas mayores de 85 años podría desarrollar la enfermedad.
En cuanto a los factores genéticos, se ha descubierto que el gen APOE en el cromosoma 19 está relacionado con la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío.
En particular, la variante APOE ɛ4 se asocia con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Sin embargo, tener esta variante no garantiza que una persona desarrollará Alzheimer, ya que otros factores también intervienen.
Diferencias entre Alzheimer de inicio tardío y de inicio temprano
Es importante destacar que existen dos tipos principales de Alzheimer: el de inicio tardío y el de inicio temprano.
El de inicio tardío, que afecta a la mayoría de las personas con la enfermedad, se manifiesta alrededor de los 65 años y generalmente no está directamente relacionado con un gen específico.
Por otro lado, el Alzheimer de inicio temprano, que representa menos del 10% de los casos, suele ser causado por mutaciones genéticas heredadas de padres a hijos.
Estas mutaciones se encuentran en genes específicos, como los ubicados en los cromosomas 21, 14 y 1. La presencia de estas mutaciones puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar Alzheimer a una edad temprana.
Factores de salud, ambientales y de estilo de vida
Además de la genética, la investigación ha identificado una serie de factores de estilo de vida y salud que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Condiciones como la enfermedad cardíaca, el derrame cerebral, la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad se han relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Por otro lado, una dieta saludable, la actividad física regular, una vida social activa y actividades mentalmente estimulantes pueden contribuir a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y Alzheimer.