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Los gatos realmente pueden sentir las emociones de sus dueños e incluso responden a ellas según un estudio

Investigaciones científicas muestran que los gatos identifican señales emocionales humanas como expresiones, tono de voz y cambios químicos asociados al estrés.

Los gatos sí pueden interpretar emociones humanas

La idea de que los gatos son animales distantes está cambiando gracias a estudios científicos que analizan su comportamiento con mayor precisión. Investigadores de la Universidad de Lincoln observaron que los felinos reaccionan de manera distinta cuando perciben que su dueño está calmado, estresado o triste. Notaron que los gatos identifican variaciones en la expresión facial, en la postura y en la forma en que las personas utilizan la voz. Este tipo de reconocimiento se vuelve más claro en hogares donde existe un vínculo estable y una rutina predecible.

Un estudio publicado en la revista Animal Cognition, realizado por Quaranta y su equipo en 2020, profundizó en esta capacidad. Los investigadores demostraron que los gatos pueden integrar señales visuales y auditivas para reconocer emociones tanto de humanos como de otros gatos. Estos hallazgos aportan evidencia sólida de que los felinos son más perceptivos de lo que se creía.

Cómo los gatos detectan el estrés en sus dueños

El olfato juega un papel fundamental en la forma en que los gatos interpretan el mundo. Cuando una persona experimenta estrés, el organismo libera sustancias químicas como el cortisol, lo que altera el olor natural del cuerpo. Los gatos, que poseen una sensibilidad olfativa superior a la humana, pueden detectar estos cambios con facilidad. Esta percepción influye en su comportamiento y explica por qué muchos se acercan cuando notan tensión en el hogar.

Algunos felinos se recuestan al lado de su dueño, otros buscan contacto suave con la cabeza o permanecen cerca de forma silenciosa. Estas acciones forman parte del comportamiento afiliativo, un mecanismo que los gatos utilizan para reforzar el vínculo y obtener seguridad del entorno.

El ronroneo contribuye a generar calma

El ronroneo es una de las respuestas más conocidas en la convivencia con gatos y también una de las más estudiadas. Sus vibraciones se sitúan entre 25 y 150 hertz, una frecuencia analizada por diversos trabajos científicos por su relación con la relajación muscular y la reducción del estrés. Aunque no es un tratamiento clínico, sí genera un efecto calmante perceptible tanto para el animal como para la persona que lo acompaña.

Esta reacción suele presentarse cuando el gato busca consuelo o cuando desea transmitir sensación de tranquilidad. La convivencia cotidiana muestra que muchos felinos ronronean con más intensidad cuando su dueño atraviesa momentos de tensión.

La relación entre gato y dueño influye en su sensibilidad emocional

La capacidad de los gatos para interpretar emociones humanas depende en gran medida de la calidad de la relación que mantienen con su cuidador. Un ambiente estable, interacciones constantes y rutinas claras permiten que el felino desarrolle una sensibilidad mayor hacia las señales emocionales del hogar. En cambio, los entornos ruidosos o inestables dificultan que los gatos interpreten con precisión lo que sienten las personas.

En hogares donde existe una interacción diaria tranquila, los gatos suelen desarrollar conductas de compañía que refuerzan el vínculo. Estas respuestas incluyen seguir al dueño por la casa, buscar contacto visual o permanecer cerca durante momentos de calma.

Qué respalda la evidencia científica actual

Los estudios publicados en revistas especializadas coinciden en que los gatos pueden reconocer emociones humanas mediante una combinación de señales visuales, auditivas y químicas. El trabajo de Quaranta et al. en Animal Cognition demuestra que los felinos integran distintas pistas para interpretar emociones, mientras que las investigaciones de la Universidad de Lincoln aportan información valiosa sobre su comportamiento ante cambios emocionales del entorno.

Estos avances han permitido comprender mejor la relación humano gato y muestran que los felinos tienen una sensibilidad emocional más compleja de lo que se pensaba hace unas décadas.

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