Muchas mujeres aplican maquillaje todos los días pensando que una mayor cantidad ayuda a lucir más atractivas. Sin embargo, una investigación científica sugiere que esa percepción podría estar alejada de lo que realmente piensan los demás. La belleza natural parece ganar fuerza cuando se trata de la primera impresión.
Un experimento que buscó medir el atractivo real
El estudio fue llevado a cabo por investigadores de la Bangor University y la University of Aberdeen en Reino Unido. Su objetivo fue analizar cuánto influye la cantidad de maquillaje en la percepción del atractivo. Para lograrlo, se invitó a mujeres jóvenes a maquillarse como lo harían para salir de noche y después se tomaron fotografías.
Con esas imágenes, los científicos crearon versiones digitales que mostraban distintos niveles de maquillaje. Desde un rostro completamente al natural hasta la versión más cargada. Luego, se pidió a hombres y mujeres evaluar cuál les parecía más atractiva.
El resultado sorprendió a los propios investigadores
Las imágenes preferidas fueron aquellas que mantenían un maquillaje más sutil. En concreto, las versiones con alrededor de 40 por ciento menos del maquillaje aplicado inicialmente resultaron más atractivas para la mayoría de los participantes.
Esto significa que lo que muchas personas consideran “ideal para verse bien” podría estar siendo exagerado sin necesidad. Los expertos explican que las mujeres tienden a sobreestimar cuánto maquillaje creen que los demás encontrarán atractivo.
Un atractivo más auténtico
Los investigadores aclaran que la intención no es decir que el maquillaje sea negativo. Por el contrario, destacan que el maquillaje puede realzar rasgos y aportar seguridad. Sin embargo, cuando es demasiado, puede ocultar expresiones naturales que también influyen en el atractivo.
En otras palabras, la belleza se percibe como más auténtica cuando el maquillaje acompaña y no tapa. La naturalidad permite que otros elementos del rostro resalten y generen una conexión más directa.
El peso de los estándares sociales
El estudio también abre el debate sobre la presión estética que viven muchas mujeres. Las campañas publicitarias y las redes sociales han impuesto estilos de belleza que llevan a pensar que “más siempre es mejor”. El resultado es una autoexigencia que puede volverse agotadora e incluso afectar la autoestima.
Frente a esa realidad, este análisis científico recuerda que no hay una fórmula universal de belleza. Cada persona tiene preferencias y cada mujer tiene su propio estilo. Lo fundamental es sentirse cómoda y confiada en su propia piel.
Una elección personal
Los autores del estudio señalan que el maquillaje sigue siendo una herramienta válida de expresión. Puede ser llamativo, artístico, natural o minimalista. Lo importante es que la decisión venga de uno mismo y no únicamente del deseo de complacer al resto.
Este trabajo invita a reflexionar sobre la relación entre apariencia y percepción social. Y plantea una idea clara. A veces, para resultar más atractiva ante los demás, no hace falta más maquillaje. Solo hace falta ser uno mismo.

