Los efectos del cambio climático cada vez son más comprobables, y ahora toca correr y diseñar alternativas radicales para combatir el calentamiento global.
Algunas de ellas, como la modificación de la radiación solar (SRM por sus siglas en inglés), están rodeadas de dudas acerca de su efectividad y de sus aspectos legales, políticos y éticos.
También conocida como geoingeniería solar, la SRM busca enfriar la Tierra reduciendo la cantidad de radiación solar que llega al planeta.
Entre las opciones de SRM más estudiadas se encuentran la inyección de aerosoles estratosféricos (SAI), la liberación de partículas altamente reflectantes en la estratosfera y el blanqueo de nubes marinas (MCB) para aumentar su reflectividad.
A pesar de los avances en investigación, hay un evidente desconocimiento sobre los efectos reales de la modificación de la radiación solar.
Un comunicado del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) del 27 de febrero subrayó la necesidad de más investigación antes de considerar su implementación.
La SRM no es un sustituto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que sigue siendo la prioridad mundial.
Andrea Hinwood, directora científica del PNUMA, destacó que se necesita más evidencia empírica sobre los riesgos y las posibles consecuencias antes de exponer la atmósfera a esta tecnología.
Además, enfatizó que el sector privado y los reguladores deben abordar las incertidumbres antes de considerar la SRM como opción.
Un Llamado a la Precaución y a la Investigación Responsable
El cambio climático está empeorando, y las medidas de emergencia como la SRM se están discutiendo debido a la insuficiente reducción de emisiones.
Sin embargo, 110 científicos y biólogos destacan la importancia de una investigación responsable antes de considerar la SRM.
También enfatizan la necesidad de abordar los aspectos legales, éticos y políticos antes de su implementación.
El grupo “Solar Geoengineering Non-Use Agreement,” con 410 académicos de 60 países, pide un Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar.
Sus preocupaciones incluyen la incertidumbre sobre los riesgos, la posibilidad de retrasar políticas de descarbonización y la falta de una gobernanza global adecuada.
Según el grupo, instituciones como la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático no son adecuadas para regular la geoingeniería solar.
Proponen cinco medidas y prohibiciones básicas, incluyendo la prohibición de experimentos al aire libre y la oposición a la institucionalización global de la SRM.
Los Multimillonarios detrás de la Geoingeniería Solar
Algunos multimillonarios, como Bill Gates y Jeff Bezos, han mostrado interés en la geoingeniería solar. Gates propuso lanzar polvo de carbonato de calcio no tóxico a la atmósfera para reflejar la luz solar.
Bezos, a través de Amazon, colabora en simulaciones para investigar el impacto de bloquear los rayos solares.
George Soros también ha respaldado propuestas para crear nubes blancas en la alta atmósfera y estabilizar el clima del Ártico.
El MIT está explorando alternativas, como el uso de burbujas espaciales para reflejar la luz solar y enfriar la Tierra.
Estas investigaciones sugieren que la comunidad científica busca soluciones diversas para abordar el cambio climático.
En resumen, la geoingeniería solar plantea interrogantes importantes en cuanto a su viabilidad y consecuencias.
Aunque se debate su potencial, la comunidad científica y la sociedad en general deben abordar estos desafíos con precaución y responsabilidad, priorizando siempre la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como la principal estrategia para combatir el cambio climático.
Imagen de portada tomada/ elonce.com