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Los túneles de la resistencia: la estrategia subterránea de Hamas

Así es cómo Hamas ha creado una red de túneles bajo tierra para resistir al bloqueo y las ofensivas de Israel, y qué implicaciones tiene esta estrategia para el conflicto en Gaza.

Los túneles de la resistencia: la estrategia subterránea de Hamas

La Franja de Gaza es una de las zonas más densamente pobladas del mundo, con unos dos millones de habitantes en un territorio de apenas 365 kilómetros cuadrados. Desde 2007, está sometida a un bloqueo por parte de Israel y Egipto, que restringe el paso de personas y mercancías, y afronta periódicas ofensivas militares israelíes que causan miles de víctimas civiles y enormes daños materiales.

En este contexto, el movimiento islamista Hamas, que controla la Franja desde 2007, ha desarrollado una estrategia de resistencia basada en la construcción de una extensa red de túneles bajo tierra, que le permite moverse, almacenar armas, lanzar ataques y protegerse de los bombardeos.

Según Hamas, la red de túneles tiene una longitud total de unos 500 kilómetros y algunos alcanzan los 70 metros de profundidad1. Los túneles se dividen en dos tipos: los que conectan Gaza con Egipto, utilizados para el contrabando de mercancías y armas, y los que conectan Gaza con Israel, utilizados para infiltrarse y realizar operaciones militares.

Los túneles hacia Egipto se construyeron a partir de 2006, cuando Israel impuso el bloqueo tras la victoria electoral de Hamas. Estos túneles permitieron a Hamas obtener ingresos por el cobro de impuestos a los comerciantes que usaban esta vía alternativa para abastecer a la población de Gaza. Sin embargo, muchos de estos túneles fueron destruidos por el ejército egipcio tras el golpe de Estado contra el presidente Mohamed Mursi, aliado de Hamas, en 2013.

Los túneles hacia Israel se construyeron a partir de 2010, cuando Hamas decidió adoptar una nueva doctrina militar inspirada en la experiencia del grupo libanés Hezbolá, que logró resistir la invasión israelí en 2006. Estos túneles tienen como objetivo sorprender al ejército israelí con ataques por detrás de sus líneas, así como secuestrar soldados o civiles para usarlos como moneda de cambio.

La existencia de estos túneles se reveló al mundo en 2014, durante la operación Margen Protector, en la que Israel lanzó una ofensiva terrestre en Gaza para localizar y destruir los pasadizos subterráneos. Según Israel, durante esa operación se descubrieron y demolieron 32 túneles2. Sin embargo, Hamas asegura que sigue teniendo decenas de túneles operativos y que los reconstruye constantemente.

Los túneles representan un desafío sin precedentes para el ejército israelí, que no tiene una solución efectiva para detectarlos y neutralizarlos. Además, suponen un riesgo para los civiles palestinos e israelíes, que pueden quedar atrapados o heridos por las explosiones o los derrumbes. Por otra parte, los túneles también generan críticas dentro de Gaza, donde algunos sectores acusan a Hamas de invertir recursos en una infraestructura bélica en lugar de mejorar las condiciones de vida de la población.

Los túneles son, por tanto, un símbolo de la resistencia y la determinación de Hamas frente a Israel, pero también un reflejo del estancamiento y la desesperación que vive la Franja de Gaza tras años de conflicto y bloqueo.

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