En la tranquila localidad de Idyllwild, al sur de California, con poco más de 3,000 habitantes, existe una peculiar tradición política que ha llamado la atención de todo el país.
Desde hace más de una década, esta comunidad ha optado por tener a un alcalde inusual: un perro golden retriever. Max III es el último en ocupar este cargo tan singular.
Todo comenzó en 2012, cuando Max, un perro golden retriever, fue elegido como el primer alcalde de Idyllwild, en una elección bastante peculiar.
En lugar de votos, los residentes debían depositar un dólar para elegir al alcalde, y la historia se volvió viral con el tiempo.
Esta elección se organizó para recaudar fondos para la organización sin ánimo de lucro Animal Rescue Friends of Idyllwild, destinada al cuidado y protección animal.
Lamentablemente, Max falleció en 2013 debido a cáncer, pero su legado político no terminó. Su dueña, Phyllis Mueller, junto con el apoyo de la población, nombró a otro perro para que completara su mandato: Max II.
La figura del alcalde se estableció a perpetuidad, por lo que cada mascota elegida permanecerá en el cargo hasta su muerte.
Max II desempeñó sus funciones sin problemas, asistiendo a eventos sociales y políticos. Sin embargo, su salud se deterioró sorpresivamente, y falleció el 30 de julio de 2022.
Político perruno
La ciudad de Idyllwild estuvo varios meses sin su “alcalde” hasta que en diciembre fue elegido Max III, que asumió el cargo siendo aún un cachorro.
A pesar de su corta “experiencia” política, Max III ha ejercido sus funciones con el apoyo de su jefa de gabinete y propietaria, Phyllis Mueller.
Ha visitado hospitales, escuelas y asilos, brindando amor y atención a todos los ciudadanos que lo necesiten.
Según Phyllis Mueller, estos “políticos perrunos” podrían tener la clave para solucionar problemas y alcanzar la paz mundial: el amor.
En Idyllwild, la pata es la ley, y la historia de los perros alcaldes ha ayudado a promover el turismo en la ciudad.
El alcalde Max III no está solo en su mandato, cuenta con dos co-alcaldes de apoyo, Mitzi y Mikey, que lo acompañan a todas partes y forman parte de su esquema de seguridad.
Además, la población también tiene a otro golden retriever llamado Prado, que actúa como vicealcalde.
En definitiva, esta historia del perro que ejerce como alcalde de una ciudad estadounidense se ha vuelto viral, y muchos han quedado conmovidos con esta curiosa iniciativa que llena de amor y energía positiva marcando la diferencia en la política local.