Una nueva investigación confirma que los exitosos medicamentos para bajar de peso podrían desencadenar parálisis estomacal en algunos pacientes.
“Estos medicamentos deben usarse por la razón correcta, si deciden comenzar con esto, estén preparados”, explicó Prateek Sharma, profesor de medicina de la Universidad de Kansas.
Según el académico estos medicamentos tienen un 30% de posibilidades de sufrir efectos secundarios gastrointestinales y es posible que sea necesario suspender su uso.
Esta indagación, hizo parte de dos informes que fueron entregados en días pasados por las autoridades estadounidenses.
Ninguno de los dos se publicó en una revista médica revisada, porque lo que los datos se consideran preliminares.
Conocidos como agonistas del GLP-1, medicamentos como Wegovy y Zepbound han ayudado a las personas a perder al menos el 10% de su peso inicial.
Para qué sirve el medicamento
Los agonistas del GLP-1 frenan el hambre al ralentizar el movimiento de los alimentos a través del estómago.
También ayudan al cuerpo a liberar más insulina y enviar señales al cerebro que frenan los antojos.
Pero en algunas personas, también pueden provocar ataques de vómitos que pueden requerir atención médica.
Asimismo, ralentizar tanto el estómago que pueden provocar una afección llamada gastroparesia.
Si bien la gastroparesia generalmente mejora después de suspender el medicamento.
Algunos pacientes han afirmado que su condición no mejoró meses después de dejar el medicamento, informó CNN.
Lo que encontró la ciencia
En un estudio, investigadores de los Hospitales Universitarios de Cleveland revisaron millones de registros de pacientes de 80 organizaciones de atención médica.
Estos se centraron en adultos obesos, pero que no tenían diabetes y no habían sido diagnosticados con gastroparesia o pancreatitis.
En el estudio se incluyeron los registros médicos de 286.000 pacientes.
Entre los que recibieron un medicamento GLP-1 para bajar de peso, 10 de cada 10.000 (0,1%) fueron diagnosticados con gastroparesia al menos seis meses después.
Mientras tanto, sólo 4 de cada 10.000 personas que no tomaban los medicamentos y que fueron emparejadas según su edad, sexo, origen étnico y otros factores desarrollaron parálisis estomacal.
Resultados de un estudio
El riesgo para cualquier paciente sigue siendo pequeño, la diferencia representó un aumento del 52% en el riesgo de ser diagnosticado con parálisis estomacal.
Esto, mientras tomaba un medicamento GLP-1 según el estudio.
Asimismo, el segundo estudio, dirigido por Sharma, utilizó registros de una base de datos de una red de investigación.
Lo que se conoció al respecto, es que en el análisis se incluyeron registros de casi 300.000 pacientes.
En comparación con los que no tomaban un medicamento GLP-1, los que sí lo tomaban tenían alrededor de un 66% más de probabilidades de ser diagnosticados con gastroparesia.
Las personas
Los pacientes que tomaban los medicamentos también tenían más probabilidades de sufrir náuseas, vómitos o enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
También tenían más probabilidades de que les extirparan la vesícula biliar y experimentaran pancreatitis inducida por fármacos.
Sharma anotó que su estudio incluyó a personas que tenían diabetes tanto en el grupo que tomaba los medicamentos GLP-1 como en el grupo de comparación.
Aun así encontraron una mayor incidencia de parálisis estomacal en aquellos que tomaban los medicamentos, lo que sugiere que la diabetes por sí sola no era la solución. culpable.
“El medicamento fue lo único diferente entre estos dos grupos“, dijo.
“Todos los efectos secundarios o síntomas gastrointestinales, fueron significativamente mayores en los que tomaron GLP-1”, dijo Sharma a la opinión pública.
El dato
A pesar de que estos medicamentos se han estudiado ampliamente, Sharma cree que la gastroparesia es lo suficientemente rara como para no aparecer en los ensayos clínicos.
“Se necesitan cientos de miles de pacientes para llegar a estas conclusiones, pero por eso creo que estos estudios de bases de datos son mucho más importantes allí”, dijo Sharma.
Otra razón por la que puede haberse pasado por alto en los ensayos clínicos fue la forma en que los investigadores suelen realizar pruebas para detectarlo, dijo a CNN el Dr. Michael Camilleri, gastroenterólogo de Mayo Clinic.
“Es muy importante, si se va a estudiar el problema del vaciamiento gástrico, hay que mirar el vaciado gástrico de sólidos, no de líquidos”, explican los expertos en la materia.
