El presidente de Argentina Javier Milei pronunció un discurso en su segundo año consecutivo en el Foro Económico Mundial (FEM) de Davos de 2025.
En su presentación afirmó que el “wokismo” es un “virus mental” y un “cáncer que debe ser eliminado”.
En medio de sus palabras enumeró puntos de discusión de la derecha.
Reiterando sus ataques al feminismo, la inmigración y la lucha contra el cambio climático, calificándolos de causas que solo buscan justificar el avance del Estado.
También dijo que soplan “vientos de cambio” en Occidente y expresó su esperanza en la formación de una “alianza internacional”.
Milei enumeró a una serie de líderes que consideraba “socios” en su cruzada:
Entre ellos están la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente estadounidense, Donald Trump.
También incluyó al fundador de Space X y Tesla, Elon Musk, y lo defendió una vez más de las acusaciones de nazismo, diciendo que había sido “injustamente vilipendiado”.
Tras elogiar el capitalismo desenfrenado advirtió sobre los peligros del “socialismo” y otros temas que generan polémica en la opinión pública.
Ideología de género
Milei arremetió contra la “agenda LGBTIQ+”, acusando a los activistas de intentar imponer sus ideas. “En su versión más extrema, la ideología de género constituye simple y llanamente abuso infantil. Son pedófilos”.
En algunos casos, hizo afirmaciones como por ejemplo, insinuó que niños de tan solo cinco años estaban siendo “mutilados” y tratados con hormonas para que sus familia creyeran que eran transgénero.
Muchos tratamientos comunes para jóvenes transgénero en Argentina no pueden administrarse a ninguna persona menor de 16 años.
“Nadie dice nada cuando un hombre se viste de mujer y mata a su oponente en un ring de boxeo”, dijo Milei, haciendo referencia al caso de la boxeadora argelina Imane Khelif.
Khelif fue noticia en los Juegos Olímpicos de París 2024 cuando fue objeto de odio en Internet en medio de acusaciones de que era transgénero y no se le debería haber permitido competir.
Khelif es una mujer cis que, según se informa, tiene diferencias de desarrollo sexual, conocidas como DSD, lo que no significa que tenga hormonas masculinas.
Cambio climático
El economista también criticó el “ecologista radical siniestro y la bandera del cambio climático”.
Y acusó a sus activistas de tratar a la población humana como un “cáncer” y al desarrollo económico casi como un “crimen contra la naturaleza”.
La inmigración también fue objeto de sus ataques. Si bien reconoció que países como Argentina y Estados Unidos se beneficiaron de los movimientos masivos de población, afirmó que la inmigración ahora está motivada por “la culpa y no por el interés nacional”.
“Dado que Occidente es el supuesto autor de todos los males de la Historia, ahora debe redimirse abriendo sus fronteras a todos”, denunció, añadiendo que esto terminaría en una “colonización inversa, algo parecido a un suicidio en masa”.
Concluyó pidiendo a los líderes mundiales que “abandonen el guión de los últimos 40 años” y “adopten nuevamente el modelo de libertad”.
Concluyó Milei que; “Hagamos que Occidente vuelva a ser grande”.
Feminicidio y brecha salarial de género
Acusó al “feminismo radical” de “distorsionar” el concepto de igualdad. “La igualdad ante la ley ya existe en Occidente. Todo lo demás es sólo búsqueda de privilegios”, dijo.
Criticó el feminicidio –el asesinato de una mujer o niña por su género– por valorar más la vida de las mujeres.
“Hemos llegado al punto que en muchos países supuestamente civilizados, si matan a una mujer se llama feminicidio, y el castigo es más duro que si matas a un hombre, sólo por el sexo de la víctima, legalizando que la vida de una mujer vale más que la de un hombre”, dijo.
El concepto jurídico de feminicidio se aplica únicamente en los casos en que el género de la mujer o niña fue un factor en su asesinato y no asigna un valor intrínseco mayor a las vidas de las mujeres o niñas.
Milei también afirmó que la brecha salarial de género no existe, que no existe tal cosa como desigualdad salarial por la misma tarea y que los datos muestran que los hombres se sienten atraídos por profesiones mejor pagadas que las mujeres.