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Perú crea reserva que protege más de 283 mil hectáreas de selva amazónica

El Área de Conservación Regional Medio Putumayo Algodón garantiza la protección de la selva amazónica, la biodiversidad y las culturas indígenas en Loreto.

Perú ha dado un paso decisivo en la protección de la Amazonía y su rica biodiversidad. La reciente creación de la reserva amazónica en la región de Loreto consolida el compromiso ambiental del país en un momento crítico para los ecosistemas sudamericanos. El Área de Conservación Regional Medio Putumayo Algodón, oficializada en 2025, asegura la protección de más de 283 mil hectáreas de bosque primario. Así, el país avanza hacia el cumplimiento de las metas globales de conservación. Además, refuerza su rol como líder regional en la defensa de la naturaleza.

La decisión de crear esta reserva responde a la urgencia de proteger uno de los pulmones verdes más grandes del mundo. La región se encuentra amenazada por la deforestación, el tráfico ilegal de especies y la presión sobre los recursos naturales. Al establecer esta área protegida, Perú no solo frena la pérdida de selva. También fortalece la resiliencia de la región frente al cambio climático. Además, abre nuevas oportunidades para la investigación y el turismo sostenible. Sin duda, se trata de un avance histórico en conservación que beneficiará a las generaciones futuras.

Medio Putumayo Algodón: reserva amazónica vital para el clima

Según informa Infobae, la reserva amazónica Medio Putumayo Algodón se extiende a lo largo de Loreto, en la frontera con Colombia y Ecuador. Esta área, de 283 595 hectáreas, alberga más del 50 % del carbono de toda la región, lo que la convierte en un aliado esencial en la lucha contra la crisis climática y en la meta global de conservar el 30 % de los ecosistemas terrestres para 2030.

La ubicación estratégica de Medio Putumayo Algodón refuerza la conectividad ecológica entre áreas protegidas. Esto permite el movimiento libre de especies y la conservación de hábitats esenciales para la fauna amazónica. Además, la reserva cumple un rol crucial en la provisión de agua y la regulación de lluvias. Contribuye también a mitigar fenómenos extremos. Así, Perú da un paso firme para alcanzar la meta global de conservar el 30 % de los ecosistemas terrestres al año 2030. Demuestra que la protección ambiental puede ir de la mano con el desarrollo sostenible.

Refugio de biodiversidad en la Amazonía

La nueva reserva amazónica de Loreto es un verdadero santuario de vida silvestre. En sus bosques, ríos y lagunas habitan más de 1 200 especies de flora y fauna. Esto la convierte en una de las áreas de mayor biodiversidad de la región. Destacan especies emblemáticas como el jaguar, el delfín rosado del Amazonas y la nutria gigante. También el mono choro y otras especies únicas en peligro de extinción.

Los estudios científicos han documentado en el área protegida la presencia de más de 3 000 especies de plantas. Además, se han registrado 448 especies de aves, 70 mamíferos, 232 peces, 101 anfibios, 53 reptiles y 11 especies de primates. Esta variedad de formas de vida no solo enriquece el patrimonio natural del Perú. Es vital para el equilibrio de los ecosistemas amazónicos y el bienestar de las comunidades humanas que dependen de la selva. Con la creación de la reserva, se abren nuevas posibilidades para la investigación científica. Fomenta la educación ambiental y el turismo de naturaleza, promoviendo un uso responsable de los recursos.

Comunidades indígenas, protagonistas en la defensa amazónica

La protección de esta reserva amazónica no sería posible sin la participación activa de las comunidades indígenas. Durante más de una década, 16 comunidades de los pueblos murui, yagua, ocaina, kukama-kukamiria, kichwa, maijuna y bora lideraron el proceso para lograr el reconocimiento oficial del territorio. Gracias a su organización y a la acción de federaciones como FECONAFROPU, OIMPRA, FECONAMAI y FECOIBAP, el Estado peruano reconoció la importancia de garantizar la protección del área y los derechos colectivos de los pueblos originarios.

El modelo de gestión compartida entre Estado y comunidades indígenas permite que el conocimiento ancestral sea parte fundamental del manejo sostenible de la selva. Las comunidades participan en el monitoreo de la biodiversidad y la vigilancia territorial. También desarrollan alternativas económicas responsables, como el turismo comunitario y el uso sostenible de recursos no maderables. Este enfoque refuerza la protección de la Amazonía. Al mismo tiempo, promueve la justicia social y demuestra el valor de la cultura indígena en la conservación.

Un corredor biológico entre Perú, Colombia y Ecuador

La reserva amazónica Medio Putumayo Algodón tiene una importancia estratégica más allá de las fronteras nacionales. Forma parte de un gran corredor biológico trinacional. Este conecta áreas protegidas en Perú, Colombia y Ecuador, sumando más de 3,3 millones de hectáreas de selva continua. El corredor es vital para el desplazamiento de especies migratorias y la conservación de la diversidad genética. Además, sostiene la estabilidad de los procesos ecológicos.

La conectividad entre áreas protegidas asegura que animales como jaguares, delfines rosados y primates puedan moverse libremente en busca de alimento y refugio. La colaboración internacional entre países vecinos fortalece los mecanismos de vigilancia. También facilita el intercambio de experiencias y la gestión coordinada de los recursos naturales. Así, la creación de Medio Putumayo Algodón contribuye a la integridad del paisaje amazónico y al cumplimiento de compromisos ambientales internacionales.

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Perú refuerza su liderazgo en conservación amazónica

Con la creación de esta reserva amazónica, Perú avanza de manera concreta hacia la meta global de proteger el 30 % de los ecosistemas terrestres antes de 2030. El Área de Conservación Regional Medio Putumayo Algodón es un modelo de gestión conjunta entre Estado, comunidades indígenas y organizaciones ambientales. Marca un precedente para la defensa de la selva y la biodiversidad amazónica en toda la región. Esta decisión, además de fortalecer la protección ambiental, ofrece nuevas oportunidades para el desarrollo sostenible. Consolida la imagen de Perú como referente mundial en conservación.

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