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Prepare su bolsillo, subirán aún más los alimentos en Canadá

Según Statistics Canada una gran cantidad de artículos comestibles han experimentado aumentos de precios de dos dígitos, más allá de lo normal durante los meses de invierno.

Los ciudadanos en Canadá deben prepararse para un posible aumento de alimentos en la mayoría del territorio, luego de la congelación de los precios en ciertos productos.

Recordemos que Loblaws llegó a los titulares en otoño pasado cuando anunció que congelaría los precios de cientos de productos de su marca interna durante la temporada navideña.

Dice CBC News que la cadena de supermercados presentó el plan como un salvavida para los compradores, pero la gente de la industria rápidamente lo criticó como poco más que un truco publicitario.

Lo anterior, debido a que las cadenas de supermercados suelen implementar congelaciones de precios similares durante ese período, negándose a aceptar cualquier aumento de precios de sus proveedores.

En una entrevista con la CBC, Loblaws “prometió en octubre que los alimentos básicos de la marca ‘No Name’ no verían aumentos de precios hasta finales de enero por lo menos”.

Pues bien, la cadena le dijo en un comunicado esta semana que planea mantener los precios donde están “siempre que sea posible”.

Por otra parte, la cadena Metro, con sede en Montreal, dijo que había recibido más de 27,000 solicitudes de sus proveedores el año pasado para aumentar los precios en más del 10%.

Mientras tanto, el gigante de los snacks Frito-Lay se encuentra entre los que aumentan la presión.

La empresa estadounidense, propiedad de Pepsi, ha subido un 10% los precios de sus productos en Canadá, según la Federación Canadiense de Tiendas de Comestibles Independientes.

Los datos que asustan

Según Statistics Canada una gran cantidad de artículos comestibles han experimentado aumentos de precios de dos dígitos, más allá de lo normal durante los meses de invierno.

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Explica la entidad que el precio minorista de los tomates pasó de $ 4,57 el kilo en octubre a $ 6,99 en diciembre, un aumento sorprendente de más del 52% en solo dos meses.

Mientras que el apio y las uvas han aumentado sus precios entre el 46 y 49%, respectivamente, en solo dos meses. Al igual que las manzanas, el brócoli y la lechuga.

La mayoría de los mayores aumentos en este momento son en frutas y verduras frescas, y hay una muy buena razón para ello, según Mike von Massow, economista de alimentos de la Universidad de Guelph.

Explica el experto que, “no estamos produciendo… frutas y verduras en un grado significativo y ante el poco alimento y el mismo consumo, aumenta los precios”.

Casi todos los productos frescos que consumen los canadienses en el invierno provienen de los EE. UU., ya sea directa o indirectamente, por lo que están sujetos a costos más altos.

Los costos de transporte por sí solos son significativos, pero este año se han producido grandes aumentos en los precios de cosas como los tomates y la lechuga debido a lo que está sucediendo en el Valle de Salinas en California.

Gran parte de la cosecha de lechuga de América del Norte proviene de la región, que fue golpeada por un virus en noviembre que acabó con el suministro, dijo Mike.

La sequía récord en el área en el otoño fue seguida por inundaciones el mes pasado, que causaron estragos en el suministro de todo tipo de cultivos, precisa el economista.

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A nivel mundial

En un intento por proteger su economía destruida por la guerra, Ucrania ha limitado sus exportaciones de aceite de semilla de girasol, avena y ganado.

Mientras que Rusia ha prohibido la venta de fertilizantes, azúcar y granos a otros países.

Indonesia, que produce más de la mitad del aceite de palma del mundo, ha detenido los envíos al extranjero.

Por su parte, Turquía ha frenado las exportaciones de mantequilla, carne de res, borrego, cabras, maíz y aceites vegetales.

La invasión de Rusia a Ucrania ha desencadenado una nueva oleada de proteccionismo.

Al tiempo, los gobiernos, preocupados por garantizarles a sus ciudadanos el suministro de alimentos y otros bienes en medio de la escasez y el aumento de los precios, establecen nuevas barreras para detener las exportaciones.

Las restricciones a las exportaciones están encareciendo los cereales, los aceites, la carne y los fertilizantes —los cuales ya estaban en su nivel máximo de precios— y causan que se dificulte aún más obtenerlos.

Eso hace que el problema sea todavía mayor para la gente pobre del mundo, quien ahora gasta un mayor porcentaje de su salario en alimentos.

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