El 20 de julio se celebra la independencia de Colombia y detrás de esta celebración existe una historia de batallas y sangre que hicieron posible el sueño de que esta fuera una nación independiente.

Hace ya mucho tiempo, cuando la gente aún pensaba que la tierra era plana, un marinero español se presentó ante el rey para decirle que había encontrado un atajo para llegar a la Inda.
Los españoles visitaban Asia para conseguir especias muy preciadas como clavo y canela, que en sus tierras no se producían, pero estos viajes eran difíciles y costosos así que encontrar un atajo sonó muy interesante para el rey.
Cristóbal Colón, el marinero, tuvo permiso real para realizar su viaje.

Después de dos meses de viaje, los españoles finalmente llegaron a las Bahamas y desde ahí fueron visitando territorios cercanos, entre ellos Colombia.
Los barcos empezaron a llegar por la Guajira y Urabá y cada vez más españoles escucharon de esta nueva tierra que podrían conquistar.
Entonces estos nuevos visitantes escucharon las historias que hablaban de grandes tesoros y las llamadas “guacas”.
Las guacas son sepulcros o entierros que realizaban los indígenas donde se encontraban reliquias y más importante oro.
Así que, los españoles formaron su primer pueblo en busca del Tesoro del Dorado, que estaba basado en un mito de que existía una cuidad entera hecha de oro.
Las expediciones los llevaron a adentrarse en la selva y a encontrar indígenas que habitaban allí.
Estos indígenas eran para los españoles “salvajes” así que les impusieron su religión, sus costumbres y su idioma.
Como los españoles no se iban a ensuciar las manos buscando los tesoros, trajeron a los africanos, que serían sus esclavos.
Así el territorio se convirtió en un lugar que reunió diferentes razas y costumbres.
De la mezcla entre estas razas, nacieron los llamados mulatos, zambos, criollos y mestizos.

Los mulatos eran la mezcla entre español y negro, los zambos resultaban del cruce entre un indígena y un negro.
Los mestizos eran hijos de españoles con indígenas y los criollos eran hijos de españoles nacidos en Colombia.
Pero los únicos con derecho absoluto eran los españoles, nisiquiera los criollos tenían el mismo poder.
La historia continuo por 260 años, donde los españoles gobernaron y tomaron lo que quisieron del territorio.
Como es de esperar, los habitantes estaban cansados de la opresión del rey y de tener que soportar los desprecios y discriminaciones para todo aquel que no fuera español.
En todo el territorio de la Nueva Granada crecían las inconformidades, que rebosaron la copa cuando el rey dio la orden de aumentar los impuestos en 1781.
Manuela Beltrán, una comerciante de tabaco que sabía leer, reunió a las personas para leerles los nuevos impuestos y rasgó el manuscrito que contenía esas leyes en señal de rebeldía.

Así las personas sintieron el deseo de libertad y se enardecieron.
Poco tiempo después nacieron “los Comuneros” un grupo de 20.000 hombres que estaban dispuestos a pelear por sus derechos.
Pero el arzobispo Antonio Caballero los convenció de arreglar la situación “por las buenas” y firmar un acuerdo benéfico para las dos partes.
Pero a menos de un año los líderes de los Comuneros fueron ejecutados en la plaza mayor de Santa Fe, para dar ejemplo de lo que pasaba con los rebeldes.
Esto sólo hizo que el pueblo se enfureciera más.
Ya por los años 1810, cuando España estaba sufriendo la colonización del francés Napoleón Bonaparte, en la Nueva Granada la independencia tomaba forma.
El 20 de julio de ese año, Antonio Morales y su papá Francisco fueron a pedir un florero para adornar el centro de la ciudad que recibiría a un delegado de la realeza.
Pero don José Gonzales Llorente les negó el florero y los trató despectivamente.

De allí que los criollos se enfurecieran y no quisieran soportar más los malos tratos.
Ese 20 de julio después de las revueltas, se firmó el Acta de Independencia.
Pero esto no paró allí, la independencia tardó en llegar otros 9 años.
Las personas se dedicaron a luchar en diferentes batallas que terminaron oficialmente el 7 de agosto de 1819, donde tuvo lugar la Batalla de Boyacá.

Durante las guerras miles de personas murieron entre ellos mujeres que se disfrazaban de hombres para poder salir a luchar.
Incluso después de que se declara la independencia oficial, las guerras continuaron en ciudades como Pasto, Popayán, Cartagena y Riohacha.
Todo esto finalmente terminó en 1823, cuando las guerras en el país terminaron.
Así que la celebración del 20 de julio es muy importante para los colombianos, quienes cuentan con una historia y diversidad cultural sumamente rica.
El 20 de julio en el país se realizan desfiles, obras y presentaciones que conmemoran los hechos más importantes de este día.
Este año las celebraciones tuvieron que ser aplazadas o canceladas por el coronavirus, ya que los colombianos salen en multitudes para disfrutar de esta día festivo en el país.