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Trump amenaza con imponer obstáculos al envío de remesas al extranjero

El presidente electo ya había hecho esta propuesta en su primera administración, pero la misma no prospero en su momento.

A las deportaciones masivas y aranceles a los principales socios de Estados Unidos, el trompismo está proponiendo y así lo recoge el presidente electo Donald Trump, un nuevo tributo que afectará a los migrantes.  

Los simpatizantes del magnate y este mismo sugieren un nuevo impuesto a las transferencias enviadas al extranjero, conocidas como remesas. 

Hay que recordar que el magnate barajó la posibilidad durante su primer Gobierno y en la actualidad ha recobrado popularidad entre los legisladores republicanos. 

Chuck DeVore, un exasambleísta de California que forma parte de un think tank conservador basado en Texas, ha sido la más reciente voz que pide gravar las remesas que salen de Estados Unidos.  

Ya existe en el Congreso una iniciativa para fijar una comisión a las remesas. 

Impuesto a las remesas hacia el extranjero

El impuesto del 10% propuesto por Trump a las remesas reduciría su envió a Latinoamérica, lo que probablemente disminuiría el ingreso disponible de las familias que dependen de estos fondos, lo que frenaría el crecimiento impulsado por el consumo en países como México, El Salvador y Haití.  

En la actualidad, Latinoamérica es receptora de unos 150.000 millones de dólares por año por concepto de envío de remesas desde EEUU. 

Las instituciones financieras involucradas en los servicios de remesas deberían prepararse para una disminución de los volúmenes de transacciones en el mediano y largo plazo. 

Tensión en el mercado laboral. Las empresas estadounidenses, en particular las de los sectores agrícola y de la construcción, podrían enfrentarse a una escasez de mano de obra debido a una aplicación más estricta de las leyes de inmigración y a posibles deportaciones.  

Las empresas estadounidenses que dependen de la mano de obra migrante podrían tener que ajustar sus estrategias de contratación de personal. 

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Políticas comerciales y amenazas arancelarias 

Aranceles estadounidenses más altos a productos chinos.  

Un arancel del 60% a los productos chinos (como propuso Trump durante su campaña) podría tener un efecto dominó en los mercados globales.  

En América Latina, el aumento de la inflación global y un dólar estadounidense más fuerte podrían deprimir los precios de las materias primas, lo que afectaría negativamente a los países que dependen en gran medida de las exportaciones de materias primas. 

Los exportadores latinoamericanos podrían llenar los vacíos en el mercado estadounidense que dejen las menores importaciones chinas. 

Sin embargo, deberían ser cautelosos ante posibles aranceles a las exportaciones industriales si se amplían las medidas proteccionistas.  

Las empresas del sector de las materias primas deberían considerar la posibilidad de utilizar coberturas y otras estrategias para mitigar los riesgos asociados con las oscilaciones de precios. 

Los precios de las materias primas 

Un dólar estadounidense más fuerte y una política monetaria más restrictiva podrían deprimir los precios de materias primas como el petróleo, el cobre y la soja.  

Países como Brasil y Argentina, donde las materias primas constituyen una parte importante de las exportaciones, podrían experimentar una reducción de los ingresos por exportaciones.  

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Si bien puede haber impulsos temporales derivados de una demanda redireccionada (por ejemplo, si China busca proveedores alternativos debido a los aranceles estadounidenses), la volatilidad de los precios podría contrarrestar estas ganancias.  

Las empresas orientadas a la exportación deberían evaluar su exposición a las fluctuaciones de los precios de las materias primas y explorar oportunidades para diversificar sus mercados. 

La banca y las finanzas 

Las políticas fiscales de un gobierno de Trump (por ejemplo, recortes impositivos y posible ampliación del déficit) podrían dar lugar a tasas de interés elevadas prolongadas en Estados Unidos, lo que a su vez puede aumentar los costos de endeudamiento de la deuda denominada en dólares, lo que repercutirá en la rentabilidad y la capacidad de inversión.  

En países como Brasil y Argentina, que ya enfrentan altos niveles de deuda, podrían aumentar los impagos corporativos a medida que el financiamiento se encarece.  

Además, los mayores rendimientos de los activos estadounidenses podrían atraer capitales de los mercados emergentes, lo que conduciría a una depreciación de la moneda y a presiones inflacionarias.  

Las instituciones financieras y las corporaciones deberían evaluar su exposición a los riesgos de las tasas de interés. 

Rivalidad entre Estados Unidos y China 

Realineamiento económico. Bajo la nueva administración Trump, es probable que Estados Unidos intensifique sus esfuerzos para contrarrestar la creciente influencia de China en América Latina.  

Los países que dependen en gran medida de la inversión china, como Perú, pueden enfrentar presiones para reducir los vínculos económicos con Beijing.  

Sin embargo, Estados Unidos podría no estar equipado para igualar el nivel de inversión y comercio de China en la región.  

Las empresas deberían estar atentas a los acontecimientos en la política exterior estadounidense que podrían conducir a cambios en los flujos de inversión y considerar estrategias para navegar entre superpotencias en competencia. 

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