El expresidente y candidato presidencial Donald Trump lanzó recientemente una propuesta que dejan claro sus ideales nacionalistas en materia económica.
La idea que propone favorecería los aranceles (impuestos a las importaciones) como una forma de estimular la producción nacional de bienes en los Estados Unidos.
Durante su presidencia, Trump aumentó los aranceles sobre productos seleccionados, desencadenando represalias contra China y Europa.
En este ciclo electoral, se está inclinando hacia los aranceles de manera más agresivo, proponiendo, entre otras cosas, un arancel general del 10% sobre todos los bienes importados.
La información se habría filtrado
Un nuevo informe está indicando que el magnate está contemplando un nuevo régimen arancelario radical.
Según CNBC, fuentes que estuvieron presentes en una reunión con legisladores republicanos en Washington, Trump planteó la idea de «imponer una política totalmente arancelaria”.
Con esto “en última instancia permitiría a Estados Unidos deshacerse del impuesto sobre la renta«, le dijo la fuente al medio en mención.
Es decir, se dice que Trump discutió la abolición de los impuestos sobre la renta y compensar todos los ingresos perdidos únicamente mediante impuestos a los bienes importados.
Podría ser malo para la economía estadounidense
Según los expertos, una política así sería catastrófica para la economía y para los estadounidenses comunes y corrientes y un enorme regalo para los superricos.
No está claro qué tan apegado está Trump a esta idea, ya que, para muchos analistas, ciertamente “sería difícil hacerla realidad”.
Adam Hersh, economista principal del Instituto de Política Económica Acción, comparó la idea de los aranceles “con lanzar una bomba nuclear sobre un huracán”. No tiene sentido y sería increíblemente destructivo.
Como explicó Hersh, para compensar los aproximadamente 4,2 billones de dólares en ingresos generados a través de los impuestos sobre la renta, los aranceles generales tendrían que rondar el 120% o el 130% sobre los bienes entrantes.
En otras palabras, los consumidores tendrían que pagar efectivamente un impuesto adicional sobre las ventas de hasta el 130% sobre cualquier artículo importado.
Para los expertos, esto llevaría a que la demanda de bienes importados disminuya, lo que significaría que los aranceles tendrían que ser aún más altos para compensar la eliminación del impuesto a la renta.
Hersh también señaló que la supuesta eliminación del impuesto sobre la nómina probablemente pondría en peligro partes fundamentales de la red de seguridad social de Estados Unidos: la Seguridad Social y Medicare.
Lo que dicen los economistas
Los economistas dicen, que con un sistema así podría provocar que la desigualdad económica se disparara porque la carga tributaria se desplazaría dramáticamente de los ricos a los estadounidenses comunes y corrientes.
El sistema de impuesto sobre la renta es progresivo: pagas más impuestos cuanto más dinero ganas.
El 40% inferior de la distribución del ingreso no paga impuestos federales sobre la renta o recibe un impuesto sobre la renta negativo a través del crédito fiscal por renta del trabajo.
Reemplazar el impuesto sobre la renta por lo que equivale a un enorme impuesto sobre las ventas afectaría extremadamente duramente a las personas con ingresos más bajos.
Mientras tanto, los ricos verían un enorme impulso en sus cuentas.
Ya que los especialistas aseguran que “pasarían de pagar las tasas más altas de aquellos en el nivel de ingresos más alto a no pagar nada y, en relación con los pobres, el costo de los bienes les consumiría una proporción mucho menor de sus ingresos”.
Brendan Duke, exasesor político principal del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, estimó que la idea de Trump aumentaría los impuestos en 5.000 dólares para una familia típica.
Mientras que reduciría los impuestos para la familia promedio del 0,1% superior en 1,5 millones de dólares.
Además, la propuesta arancelaria provocaría ondas de choque en todo el sistema económico global, perturbando las cadenas de suministro y provocando guerras comerciales con nuestros socios comerciales en todo el mundo.
Sería una idea sin peso
Trump se ha caracterizado principalmente por pensar en el comercio global como un juego de suma cero y en los aranceles como un medio para producir “ganadores” y “perdedores”.
Si bien el uso estratégico de aranceles puede servir como herramienta para proteger a ciertas industrias nacionales, Trump, según los expertos “tiende a no pensar estratégicamente en esos asuntos”.
Trump puede pensar que suena como carne roja para la base liberar al pueblo de los dedos pegajosos del Tío Sam y en su lugar pagar los negocios del gobierno castigando a los trabajadores extranjeros.
Es posible que esos mensajes atraigan a algunos votantes que no entienden cómo funcionan el sistema tributario o los aranceles.
Pero en realidad su propuesta destruiría la billetera del estadounidense promedio, provocaría la discordia en la economía global y proporcionaría una enorme ayuda monetaria a los ricos.
Como suele ocurrir con Trump, utiliza el lenguaje del populismo para promover la plutocracia.
- Imagen de portada tomada/Rebecca Cook / Reuters