Las condiciones climáticas adversas, problemas en la pista de aterrizaje, o fallas mecánicas en los aviones, son generalmente algunas de las causas más comunes que pueden ocasionar un aterrizaje de emergencia en un avión.
Ocasionando graves momentos de pánico entre la tripulación y los pasajeros a bordo de la aeronave que se vea obligada a estar en una situación de emergencia como esta.
Lo que pocos imaginamos es que un avión tenga que aterrizar de emergencia por culpa de un caballo, ya que parece una situación de emergencia poco habitual.
Pues por extraño que parezca este insólito caso se presentó en un vuelo de carga que se vio obligado a aterrizar de emergencia, luego de que el animal saliera de su jaula.
El caballo que obligó a un avión a aterrizar de emergencia
Se trata del vuelo 4592 de la aerolínea islandesa Air Atlanta Icelandic que cubría la ruta Nueva York – Bélgica el pasado 9 de noviembre, pero que por contratiempos en la zona de carga no pudo completar su recorrido a tiempo.
El avión, un Boeing 747 llevaba tan solo 30 minutos aproximadamente en el aire, cuando tuvo que regresar al aeropuerto de origen, el John F. Kennedy en Nueva York.
La aeronave de carga llevaba en su interior 15 caballos que tenían como destino final un centro de importación en la ciudad de Lieja en Bélgica.
Sin embargo, uno de ellos salió de su jaula accidentalmente ocasionando que el avión tuviera que aterrizar de emergencia y regresar al país de origen.
De acuerdo con los informes oficiales, el caballo habría salido de su jaula luego de una fuerte turbulencia que asustó al animal, que como pudo intentó escapar de la jaula.
El caballo saltó y logró pasar sus dos patas delanteras por encima de la barrera (delantera) y luego se atascó, explicó John Cuticelli, el jefe de exportación de animales del Aeropuerto JFK.
“Somos un avión de carga con un animal vivo, un caballo, suelto a bordo”, informó uno de los pilotos a la torre de control. De inmediato le preguntaron si podía continuar con el vuelo.
A lo que respondió que sí, pero que solicitaba pista “regresar a Nueva York” para que médicos veterinarios pudieran evaluar el estado de salud del caballo que había salido de la jaula.
Sin poner en riesgo la seguridad del vuelo para el resto de la tripulación y de los animales que estaban transportando.
Un aterrizaje de emergencia con un caballo herido a bordo
Para el aterrizaje de emergencia la aeronave tuvo que arrojar alrededor de 20 toneladas al Océano Atlántico, debido a que la aeronave debía tener un peso seguro para aterrizar.
Ya que el avión de carga contaba con combustible para un vuelo de 10 horas aproximadamente de los cuales solo hizo un recorrido de 30 minutos.
Al llegar al aeropuerto de origen, John F. Kennedy en Nueva York, uno de los pilotos informó a la torre de control que el caballo tenía “problemas”.
Por lo que el animal requería de asistencia veterinaria ante su visible estado de salud. En cuanto pisaron tierra, un equipo especialista evaluó las condiciones del animal.
Lamentablemente, el caballo tuvo que ser sacrificado de emergencia debido a la gravedad de sus heridas, pues a pesar de los esfuerzos de los veterinarios era imposible salvarle la vida.