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Un especialista asegura que el autismo se habría convertido en una “pandemia”, debido al aumento de los diagnósticos en los últimos 30 años

El autismo, dicen los expertos, "no es una condición fija", sino "una respuesta del cerebro ante un entorno que no puede procesar adecuadamente".

Para el psiquiatra especializado en neurodesarrollo Christian Plebst, el autismo se ha convertido en una “pandemia”, debido al aumento de los diagnósticos en los últimos 30 años, según explicó en una entrevista con Infobae.

El profesional explicó que este aumento del 6000% no solo se debe a mejores herramientas de diagnóstico, sino que refleja un fenómeno social y biológico más profundo.

En los años 90, se pensaba que había un niño con autismo por cada 2500. Hoy, la tasa es de uno en 36.

Plebst considera que esto no se puede explicar solo por una mayor conciencia, y sostiene que el “autismo debe ser visto como un síndrome conductual dinámico con múltiples causas, tanto biológicas como ambientales”.

Cómo se detecta el autismo

En actualidad no existe una prueba sencilla para el autismo, por lo que su diagnóstico requiere una formación exhaustiva en técnicas de observación.

Por lo tanto, el diagnóstico puede variar significativamente según la población y la competencia de los profesionales sanitarios.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informan de variaciones significativas en las tasas de autismo entre estados e incluso entre distritos escolares.

Sin embargo, hay poca evidencia biológica que explique esto. En otro ejemplo de esta variación, informes previos detectaron más autismo en niños blancos.

En los nuevos informes, el equilibrio ha cambiado, con una mayor identificación entre las personas de color.

Cada vez más cerca de un diagnostico más preciso

Consideran que esto es una mejora, pero aún queda camino por recorrer, especialmente en lo que respecta al diagnóstico de autismo en niñas y mujeres, en personas con síntomas menos visibles y en otros grupos.

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El nuevo informe de los CDC revela una proporción de 4 a 1 entre diagnósticos en hombres y mujeres. Sin embargo, somos escépticos ante esta cifra, que apenas ha variado en la última década, a pesar del aumento de la prevalencia general.

En un nuevo trabajo académico, observan que los estudiantes autistas a menudo superan en número a los estudiantes autistas en los grupos universitarios.

Asimismo, se señala que las mujeres en entornos adultos suelen recibir el diagnóstico más tarde en la vida, a menudo como madres y abuelas.

Esto sugiere que muchas mujeres aún escapan al diagnóstico en la infancia.

Uno de los interrogantes del estudio

Los adultos tienden a comparar a las mujeres autistas con los hombres autistas.

Pero cuando se trata de sus expresiones matizadas de autismo, resulta más útil comparar a las mujeres autistas con las mujeres sin autismo.

Los expertos sospechan que algo similar ocurre con los niños, lo que lleva a una continua incapacidad para detectar a las niñas con autismo.

A lo largo de la historia reciente, cada vez que hemos oído hablar de un grupo de población que “no tiene autismo”, los estudios lo han revelado, oculto por factores culturales y pasado por alto por los médicos.

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Identificar el autismo puede parecer más fácil en personas con autismo con mayores necesidades de apoyo, pero aún así se producen errores de diagnóstico.

La intensidad del autismo en algunas personas

En ocasiones, la coexistencia de TDAH, ansiedad, dificultades de aprendizaje o incluso los efectos de la medicación para la epilepsia y la conducta pueden reducir el coeficiente intelectual, lo que sugiere una discapacidad intelectual inexistente.

Esto puede resultar en que el niño sea ubicado en un entorno escolar más segregado, con menores expectativas y sin oportunidades de aprendizaje.

Otras personas autistas presentan una imagen más internalizada del autismo. Pueden parecer “tranquilas y tímidas” en lugar de “anormales o discapacitadas“.

Sus autismos son difíciles de detectar, por lo que los profesionales clínicos pueden centrarse en la característica más obvia (como la ansiedad o los problemas de atención) y no profundizar para descubrir la constelación de características combinadas que apuntan al autismo.

Este es un problema recurrente: cuando los problemas de atención, el trastorno obsesivo-compulsivo, la depresión, las autolesiones, los desafíos alimentarios, la ansiedad y otras afecciones coexistentes se diagnostican de forma compartimentada, el marco de apoyo permanece incompleto.

La importanción de entender el autismo mucho más

Las personas pueden terminar aisladas, desconectadas de la comunidad neuroinclusiva que puede ayudarlas en el viaje liminal de reintegrar su identidad.

Pueden recibir medicación o tratamiento que no sean útiles. Un maltrato similar puede ocurrir cuando las personas autistas presentan diferencias interseccionales de minorías de género.

Una mejor comprensión también ayuda a reconocer dónde fallan los esquemas de diagnóstico actuales.

Demasiadas personas marginadas no reciben un diagnóstico debido a herramientas de detección menos efectivas para personas de color, personas con identidades de minorías de género y algunas con diferencias culturales.

A medida que mejoren las herramientas y la experiencia, los diagnósticos seguirán aumentando.

Esto es crucial, ya que el autismo sin apoyo contribuye a la falta de vivienda, el abuso, la autolesión y otros daños prevenibles. Cuanto más se reconozca el autismo, a más personas podremos ayudar.

La mayoría de las personas con autismo denuncian acoso escolar no solo por parte de estudiantes, sino también de terapeutas y educadores.

No debería sorprender a nadie que las personas con autismo tengan bajas tasas de graduación.

El autismo en los adultos

Los adultos viven bajo la presión de adaptarse a un mundo que quizá no comprendan, y que no los comprende a ellos.

Incluso con un diagnóstico adecuado, la ansiedad, la depresión y las ideas suicidas son amenazas constantes.

En el ámbito médico, las personas con autismo son más propensas a experimentar un sufrimiento constante por malestar intestinal, epilepsia y otras afecciones.

En ocasiones, esto se debe a barreras de comunicación, ya sea porque la persona no habla o no puede usar el lenguaje de forma consistente.

Otras vulnerabilidades autistas tienen causas genéticas o idiopáticas. Sea cual sea la razón, demasiadas personas con autismo mueren prematuramente por causas prevenibles.

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