Publicidad

Un implante cerebral permitió que este hombre volviera a caminar después de 10 años paralizado

Gert-Jan Oskam sufrió una lesión medular en un accidente de bicicleta. Hoy camina gracias a una interfaz que conecta su cerebro con la médula espinal.

Un implante cerebral cambió la vida de Gert-Jan Oskam

Durante más de una década, Gert-Jan Oskam vivió con parálisis en las piernas tras un accidente de bicicleta. El pronóstico médico era claro: no volvería a caminar. Sin embargo, todo cambió cuando se convirtió en el primer paciente en probar un implante cerebral diseñado para restablecer la conexión entre el cerebro y la médula espinal. El dispositivo lo ayudó a recuperar el control voluntario de sus movimientos y a caminar de nuevo, marcando un antes y un después en el campo de la recuperación neurológica.

Cómo funciona el implante cerebral que le permitió caminar de nuevo

El sistema, conocido como interfaz cerebro-médula, está compuesto por dos implantes. El primero se inserta en el cráneo y detecta las señales cerebrales asociadas al movimiento. El segundo se ubica en la médula espinal y transmite impulsos eléctricos que activan los músculos de las piernas. Ambos trabajan en conjunto mediante un procesador que traduce las intenciones del paciente en acciones físicas casi en tiempo real.

Cuando Oskam piensa en caminar, el sistema capta esa intención y la ejecuta. No hay necesidad de controles externos. Gracias a este implante cerebral, pudo volver a realizar movimientos naturales y coordinados, incluso subir escaleras o permanecer de pie durante varios minutos.

Avance en recuperación neurológica con tecnología médica de vanguardia

La recuperación de Gert-Jan no solo fue física. Los científicos observaron que, después de semanas de uso, su cuerpo empezó a responder incluso cuando el dispositivo estaba apagado. Esto sugiere que el implante cerebral no solo envía señales, sino que ayuda a reconectar los circuitos neuronales dañados.

El estudio fue publicado en Nature y liderado por el neurocientífico Grégoire Courtine y la neurocirujana Jocelyne Bloch. La investigación abre nuevas posibilidades para quienes han sufrido lesiones medulares, ofreciendo una alternativa real a las sillas de ruedas y otros dispositivos asistidos.

Interfaz cerebro-médula: un paso más cerca de la movilidad autónoma

Este avance representa un cambio radical en la forma en que entendemos la movilidad asistida. A diferencia de los tratamientos anteriores, donde el control era parcial o mecánico, este implante cerebral permite movimientos voluntarios, naturales y personalizados. Oskam puede realizar tareas cotidianas, como caminar en casa sin ayuda, gracias a una mochila con un procesador que lee sus pensamientos y activa sus músculos.

La tecnología médica detrás del dispositivo sigue en fase experimental, pero ya hay planes para probarlo en más pacientes. Los investigadores buscan ahora reducir el tamaño del sistema, facilitar su implementación clínica y, eventualmente, hacerlo accesible para miles de personas en todo el mundo.

Publicidad