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Descubren perros mutantes en Chernobyl

Los perros en y cerca de Chernobyl han mutado y tienen genes claramente diferentes de otros perros, desde enfermedades comunes hasta anomalías del desarrollo han sido encontrados en los caninos.

Aproximadamente 350 mil personas fueron evacuadas durante el desastre de 1986 en la planta de energía nuclear de Chernobyl, dejando atrás sus vidas y pertenencias para huir del peor desastre nuclear de la historia.

Las facetas de la vida de los residentes indudablemente quedaron atrás; pero a menudo a quienes no se menciona, es a sus mascotas, esas que los evacuados prohibieron recuperar. A pesar de los altos niveles de radiación en la Zona de Exclusión de Chernobyl, muchos de estos animales sobrevivieron, y sus descendientes se pueden encontrar en la región y sus alrededores en la actualidad.

Sobre ellos se ha abierto una nueva investigación liderada por Tim Mousseau. Mousseau, investigador de biología de la Universidad de Carolina del Sur, ha estudiado durante décadas los efectos de la radiación en los organismos vivos en sitios como Chernobyl y Fukushima.

Sin embargo, por lo general, sus sujetos son mucho más pequeños, posiblemente como resultado de las condiciones extremadamente duras creadas por la radiación nuclear. Ahora, junto a su equipo, ha estado analizando muestras de sangre de los 302 perros y cachorros restantes en el área para estudiar el impacto de la explosión catastrófica.

Las bases del estudio

Los perros en Chernobyl hoy, se pueden dividir en tres grupos genéticamente similares, según investigadores. Cada uno de estos grupos vive en la planta de energía nuclear, en la ciudad de Chernobyl, o en Slavutych, una ciudad a unos 45 kilómetros de distancia que fue construida específicamente para los evacuados.

Debido a que estos grupos viven a diferentes distancias del lugar de la explosión, los científicos podrían usar el ADN para identificar el grado de exposición a la radiación de un perro.

Según los investigadores, las poblaciones podrían mejorar la «comprensión de los fundamentos biológicos de los animales y, en última instancia, la supervivencia humana en áreas de alto y continuo ataque ambiental».

Entre 2017 y 2019, los científicos volvieron a ver a los habitantes caninos supervivientes, que habían logrado encontrar comida, reproducirse y sobrevivir. La gran mayoría de los perros se quedó dentro de las instalaciones abandonadas, o en la estación de tren adyacente, o en la ciudad de Chernobyl, a unas nueve millas y 15 kilómetros de distancia. Solo unos pocos perros vivían en Slavutych, donde eran menos vulnerables a la radiación.

También se recolectó ADN de aproximadamente 200 perros criados en libertad de otras áreas de Ucrania y otras naciones.

Esperan investigar los impactos de la sustancia radiactiva en el ADN de los caninos de Chernobyl, o la ausencia de la misma, a través de la comparación.

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La genetista y autora del estudio, la Dra. Elaine Ostrander, dijo: «Hemos tenido esta gran oportunidad» de sentar las bases para abordar una pregunta vital: «¿Cómo se vive en un clima hostil como este durante 15 generaciones?

Lo que se ha descubierto

De momento, muchos de los efectos que los investigadores han visto en los perros y otros animales son paralelos a lo que se ha observado en el pasado con los sobrevivientes de la bomba atómica de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, dijo Mousseau.

Por ejemplo, han aumentado las tasas de cataratas, porque los ojos son los primeros tejidos en mostrar signos de exposición crónica a la radiación ionizante; también están buscando otras anomalías del desarrollo, como tumores, tamaños cerebrales más pequeños y cambios en la simetría, asegura el científico

Los investigadores intentaron distinguir las diferentes poblaciones de perros que viven dentro y cerca de la planta de energía, así como en Pripyat, la ciudad abandonada a unas dos millas de distancia, dijo Elaine Ostrander, distinguida investigadora principal del Instituto de Investigación del Genoma Humano del Instituto Nacional de Salud.

Los perros que viven en la ciudad de Chernobyl tienen antecedentes de boxer y rottweiler, mientras que los perros en Slavutych tienen más labrador retriever, dijo Ostrander.

Las amplias variaciones genómicas dentro y entre ubicaciones geográficas en la Zona de Exclusión de Chernobyl sugieren que los perros viven cerca unos de otros, se mueven entre sitios y se reproducen libremente, mostró el estudio. Los investigadores ahora están listos para determinar la progresión genética de los perros en las últimas generaciones y observar cómo han sobrevivido y propagado durante ese tiempo, aseguró la investigadora.

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