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Expertos piden no idolatrar a personas delgadas

Los cumplidos sobre la pérdida de peso o la delgadez de una persona perpetúan la arraigada cultura de las dietas que hay en la sociedad, según Alvin Tran, profesor de Salud Pública de la Universidad de New Haven y la idea de que la delgadez es intrínsecamente buena.

Alvin Tran, profesor de Salud Pública de la Universidad de New Haven, en Connecticut, que investiga sobre los trastornos alimenticios y la imagen corporal, dijo que, «en ese caso, estamos exacerbando o afirmando involuntariamente el ideal de delgadez que nuestra sociedad tiende a enfatizar e idolatrar».

Recomienda ser muy cauteloso cuando “abordamos las conversaciones en torno a la apariencia física de alguien, especialmente de su peso”.

Esto es especialmente importante cuando se habla con personas con trastornos alimenticios o problemas graves de imagen corporal, ya que esos comentarios pueden empeorar su situación.

Los cumplidos sobre la pérdida de peso o la delgadez de una persona perpetúan la arraigada cultura de las dietas que hay en la sociedad, según Tran, y la idea de que la delgadez es intrínsecamente buena.

Tamara Pryor, miembro sénior y directora de Investigación de ED Care, un centro de tratamiento de trastornos alimenticios en Denver, dijo que, «tendemos a actuar [como si] pudiéramos de alguna manera mirar a la gente y, basándonos en el tamaño de su cuerpo, determinar si están sanos».

Explicación en detalle

En una entrevista con CNN Pryor y a Joann Hendelman, directora clínica de la National Alliance for Eating Disorders, recalcó que, es indiscreto referirise públicamente a una persona sobre su delgadez.

“¿Quién tiene derecho a emitir ese juicio, sobre todo expresándolo verbalmente? Podemos mirar a la gente y juzgarla, pero nos lo tenemos que guardar”.

Si alguien me dijera: «Dios mío, te ves estupenda. Estás perdiendo peso», me preguntaría: «¿Qué pensabas de mí antes? ¿No era aceptable?».

Me puedo imaginar la presión que sentiría entonces el receptor del “cumplido” para mantenerse en ese peso o perder más peso para recibir más elogios o ser aceptado. Podrían pensar: «¿Qué pasa conmigo y con la esencia de lo que soy como ser humano?».

La estigmatización

De todas formas, reconocemos que es difícil luchar contra toda la publicidad de delgadez que ataca en las revistas, televisión y en la calle.

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Valeria Radrigán, actriz y doctora en Estética, junto con Tania Orellana, licenciada en Artes m/c Teoría e Historia del Arte y doctora (c) en Filosofía, escribieron el libro «Extremos del Volumen».

Este proyecto, como ellas mismas explican en aborda las manifestaciones de los extremos del volumen corporal (anorexia y obesidad) y la instalación de estéticas con amplias incidencias en la experiencia.

“También considero importante poner modelos más diversas, no solo más gordas, sino que otros colores, más bajas”, dijo Radrigán.

Agregó que, es importante “contribuir a que en la visibilidad aparezcan corporalidades que sean diferentes al cánon de la belleza tradicional”.

Con respecto a la valoración positiva que le damos a la delgadez, Radrigán confirma que está instalada hace mucho tiempo en la historia.

“Recuerdo que en textos de la época Victoriana se mencionan cartas de mujeres que aseguran que se sienten feas porque están hinchadas o describen cómo el corsé no les cierra bien”.

¿Qué pueden hacer las mujeres?

Son largos procesos de autoaceptación, y generan crítica. Es relevante hacerse preguntas como ¿por qué me quiero ver flaca? ¿Porque me sentiré mejor, o quiero verme flaca porque lo dicta el mundo? Recalcó la doctora.

“Cuando tomas conciencia de eso, que puede tardar años, cuando generas procesos de mejor autoestima, de sentirte protegida y realizas actividades físicas que te den bienestar, avanzamos”.

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Para muchos estar bien no tiene que ver con la flacura, sino con aceptar un cuerpo más robusto, reseñó Valeria.

Junto con eso, analizar por qué cuando vemos una mujer con más peso, con una polera un poco más apretada, la crucificamos.

Para la autora, es algo automático que nos han metido en el cerebro.

Aunque, gracias a Internet, se abren espacios para mostrar las corporalidades desde otras perspectivas.

“De alguna forma subvierten los cánones dominantes de la sociedad. Por otra parte, me parece que, durante el crecimiento de las mujeres, cuando somos adolescentes, conviene no decir nada sobre el cuerpo”.

Dice Valeria que, “uno tiene que auto-observar su propio cuerpo, no debemos andar influenciada por la percepción del otro”.

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