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Cannabis digital en tiempos de criptomonedas

Colombia fue uno de los primeros países latinoamericanos en aprobar el uso del cannabis medicinal en 2016, fue así que un grupo de emprendedores tecnológicos creó la plataforma digital Bancannabis.

En 2021, Peakz, una marca de cannabis estadounidense de alta gama lanzó en OpenSea una bolsa de cannabis llamada Lava Coin, basada en tecnología blockchain para asegurar su autenticidad, aunque solo existe en línea.

Jessie Grundy, CEO de Peakz, le dijo a la revista Forbes que, “el futuro se acerca y el blockchain seguirá interrelacionándose con la sociedad. Esta variedad de cannabis digital vivirá en el libro mayor para siempre. La oferta más alta, en el momento de la publicación, fue de US$ 61,02”.

Grundy explicó que, aunque Lava Coin no se puede fumar, como beneficio adicional a la compra de la «primera variedad de cannabis digital disponible», si el usuario reside en Oregón o California (estados donde opera la compañía), también obtiene marihuana física «real».

Antes de existir LavaCoin en un espacio metaverso, en 2014 PotCoin hacía su ingreso en el mundo de las criptomonedas dedicadas a la industria del cannabis.

Fue 2017 que la criptodivisa se hizo mundialmente conocida cuando la ex estrella de la NBA, Dennis Rodman, vistió una camiseta que decía potcoin.com.

En ese entonces su valor se disparó en un 76% en un solo día, alcanzando los US$ 0,17. Hoy, el activo se cotiza en US$ 0,0068.

Bancannabis.

Colombia fue uno de los primeros países latinoamericanos en aprobar el uso del cannabis medicinal en 2016, fue así que un grupo de emprendedores tecnológicos creó la plataforma digital Bancannabis.

En dicha plataforma los usuarios no solo pueden adquirir NFT de esta planta, sino también invertir en cosechas reales de comunidades a través de un modelo similar al crowdfunding.

De acuerdo con Cristian Mazabuel, CMO de Bancannabis, “desde un principio Bancannabis se planteó como una plataforma descentralizada porque somos base blockchain. Hemos desarrollado varias plataformas; tenemos varios desarrolladores que se han dedicado a la investigación profunda de esta tecnología y del metaverso, porque para muchas personas todavía es confuso”.

Mazabuel, agregó que, han logrado dar con una comunidad abierta, “pero nuestro foco siempre ha sido ayudar a las comunidades indígenas, afro y excombatientes, a los gremios y a las personas que más necesitan recursos para desarrollar proyectos de cannabis y que lastimosamente durante mucho tiempo han tenido que intermediar todo lo que ellos hacen”.

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Modelo

Julián García, CEO de Bancannabis, explica que, los usuarios pueden adquirir activos digitales, NFT, proyectos, espacios de entretenimiento y también para la articulación de la industria a través del uso de su BCA token.

“Actualmente, se puede adquirir un monto mínimo de US$ 100 en BCA tokens y destinarlos a proyectos productivos intercambiando BCA por NFT”.

Dice García que, se puede escoger alguno de los proyectos físicos de cultivo de cannabis y a través de un smart contract que se despliega en el blockchain, se compra un NFT. Este facilita el uso de un espacio físico para el desarrollo de un proyecto productivo por un periodo determinado.

“Terminado este periodo, se genera la venta automática del NFT por un valor diferencial que genera un beneficio al comprador derivado de la compraventa de su activo digital”.

Julian recalca que, con dichos recursos, se benefician comunidades que se han postulado para ser objeto de desarrollos digitales “en nuestra industria”. Bancannabis cuenta con su propio market de NFT.

El reto

Henry Muñoz, CEO de la empresa Medical Extractos y socio fundador de la Asociación Procannacol, ha experimentado el gran dolor que supone el proceso de obtener recursos para ejecutar proyectos.

“Si bien en algunos bancos locales las compañías de este sector pueden abrir cuentas, los requisitos son innumerables y acceder a un crédito es casi imposible, ya que solicitan que en sus haberes o sus activos sean mayores a 3.000 millones de pesos (más de US$ 750.000), algo alejado de la realidad de los medianos y pequeños cultivadores”.

Cuenta muñoz que, “la gran mayoría de los bancos del país no hacen aperturas de cuentas bancarias a empresas que identifiquen en su objeto social actividades con cannabis”.

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Dice el CEO que, “solo se les han otorgado créditos a varias de las multinacionales que ya se encuentran en el país. Es así como la creciente y millonaria industria del cannabis en Colombia carece de acceso a la banca, pese a ser un negocio floreciente y que a julio de 2021 se otorgaron 1.753 licencias, las cuales se ven afectadas ya que no pueden realizar operaciones bancarias”.

Una mirada global

Según el portal América Económica, los NFT y otros activos digitales ya no son exclusivos del mundo de los coleccionistas de arte o deportivos.

“Era cuestión de tiempo para que el mundo criptográfico aterrice en la industria del cannabis y desarrollen infinitas opciones de productos en el mundo online”, se lee en elartículo.

En diciembre la empresa estadounidense Higher Life CBD instaló un dispensario real de CBD (cannabidiol,  uno de los compuestos del cannabis que sirve para aliviar el dolor muscular, entre otras propiedades) en el metaverso de Cryptovexels, construido sobre el blockchain de Ethereum.

“En este espacio, no solo se puede tener una experiencia de comprar digital y gamificada, sino también acceder tangiblemente al producto en todo Estados Unidos”, explica el medio de comunicación.

Las críticas hacia los NFT van desde que es una simple argucia publicitaria hasta una tontería de Internet, pero mientras existan personas dispuestas a invertir dinero real en ellos seguirán vigentes, sobre todo tras la pandemia, que ha sido la etapa ideal para la explosión de los activos digitales.

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