El presidente con la agenda más ambiciosa de la historia reciente de Colombia, Gustavo Petro, recibió este domingo un Estado desfinanciado y un país en crisis económica.
Para cumplir sus reformistas propuestas necesita una cosa: dinero, se explica en un informe de la BBC Mundo.
Por eso la primera acción relevante del gobierno fue radicar a inicios de esta semana ante el Congreso el proyecto de reforma tributaria que espera aliviar la crisis de caja menor del Estado,
Esto, busca atender las necesidades de los más pobres y, sobre todo, sentar las bases para acabar con uno de los grandes flagelos de Colombia: la desigualdad.
De acuerdo con la propuesta, “la reforma tributaria construye sobre los principios constitucionales de equidad, eficiencia y progresividad, y tiene como propósito saldar parte de la deuda social histórica del Estado con la población colombiana”.
Se cree que la reforma tributaria será aprobada en el Congreso, donde Petro tiene los votos suficientes, aunque el ministro Ocampo se mostró abierto a ciertas modificaciones tras el debate parlamentario.
La meta, es recaudar $25,88 billones al finalizar el año, las personas naturales aportarán $8,12 billones. Un 31,3% del total.
Luchar contra la pobreza y la desigualad (lo bueno)
El fin de la reforma es cumplir una de las propuestas clave de Petro: reducir la pobreza y la desigualdad, que, como dijo Ocampo en su presentación este lunes, aumentaron en los últimos años por los efectos, sobre todo, de la pandemia.
La pobreza monetaria está ahora en un 35,7% y el coeficiente GINI, que mide la desigualdad, está en 0.52, dice la BBC.
Con la reforma, dijo Ocampo, la pobreza bajaría un 4% y el GINI llegaría a 0,491, algo más o menos cercano a la media regional.
“Este proyecto tiene como objeto avanzar fundamentalmente en dos dimensiones: disminuir las exenciones inequitativas y lograr la consecución suficiente de recursos para financiar el fortalecimiento del sistema de protección social”, dijo el ministro.
Petro prometió que otra de sus prioridades será la lucha contra el hambre.
Su jefe de bancada, Roy Barreras, anunció que el jueves presentarán una ley de lucha contra el hambre para atender a quienes no comen suficiente.
Aumentar el recaudo (lo malo)
Colombia es uno de los países que menos recauda impuestos entre las economías medias y grandes de América Latina: el Estado recibe un 13% del PIB; el promedio es 16%.
El objetivo de la reforma, entonces, es aumentar ese recaudo en un 1,72% del PIB, unos US$5.500 millones, para el año 2023.
Es una suma similar a la que proponía la reforma de Duque el año pasado.
Para 2026, dijo Ocampo, la reforma permitiría aumentar el ingreso del Estado en otro 1,7% del PIB actual, lo que subiría el ingreso total a US$11.000 millones al año, que fue lo que Petro planteó en campaña.
Este nuevo ingreso vendrá, sobre todo, de las personas más ricas de Colombia: unas 34.000 personas que, según Ocampo, no contribuyen lo suficiente.
“La mayoría de estos superricos colombianos reciben salarios relativamente bajos que son sujetos a impuestos, pero sus grandes ganancias se dan en dividendos, donaciones o renta del patrimonio”, explica el gobierno.
Simplificar el sistema tributario (lo feo)
El aumento del recaudo no solo vendrá de nuevos impuestos, sino por la eliminación de las exenciones que usan miles de colombianos, sobre todo los más ricos, para evadir el pago de impuestos.
Colombia tiene uno de los sistemas tributarios más complejos del mundo, según organizaciones especializadas.
Algo que contribuye a la evasión y la ineficiencia al momento del recaudo.
Unificar el impuesto a los ingresos, por ejemplo, va precisamente en ese sentido.
Así las cosas, no importa de dónde venga el dinero, sea de una donación o un dividendo, cualquier ganancia ahora tendrá que pagar.
Asimismo, se van a reformar la tributación de empresas internacionales de economía digital y los impuestos deducibles en la declaración de renta, entre otros mecanismos legales que suelen usarse para pagar menos.