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Luis Díaz, la historia de superación que enorgullece a Colombia

El guajiro que ha pasado por clubes como el Junior de Barranquilla y el Oporto en Portugal, está a punto de hacer historia en la final de la Champions League contra el Real Madrid con su actual equipo el Liverpool de Inglaterra.

Si hay algo que es indiscutible para Colombia es que Luis Diaz es su hombre del momento, pues con una increíble carrera futbolística en ascenso, el hoy militante del Liverpool de Inglaterra, se ha convertido en titular de los diarios y canales deportivos más importantes del mundo por su deslumbrante talento con la pelota.

Sin embargo, el viaje de vida y futbolístico del jugador de la selección tricolor, fácilmente es materia de cuentos de hadas o por lo menos de una de esas películas de Hollywood de superación personal que inevitablemente te roba un par de lágrimas.

El difícil comienzo

El jugador de 25 años, que llegó a Anfield en enero procedente del Oporto, inició su partido en esta vida el 13 de enero de 1997 en un pequeño pueblo de la Guajira al norte de Colombia llamado Barrancas, una de las regiones más pobres y olvidadas del país sudamericano. Por lo que Diaz hacía parte de las cifras aterradoras de pobreza de su pueblo que también es habitado por la comunidad indígena Wayuu de la que él hace parte.

Ubicada en un gran valle con las montañas nevadas de la Sierra Nevada al oeste y las montañas que forman la frontera con Venezuela al este, la pequeña población está dominada por la colosal mina de carbón Cerrejón, una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes del mundo.

Lo que llevó a que uno de los pasatiempos de ‘Luchito’ cuando era un niño desnutrido fuera ver pasar los trenes que transportaban carbón por su natal Barrancas, gran parte del cual estaba destinado a Europa. Por aquel entonces, con total seguridad no imaginaría que años más tarde se pondría rumbo al mismo continente y prendería fuego al mundo del fútbol.

No obstante, en términos futbolísticos, sus sueños giraban en torno al crecimiento de la leyenda brasileña Ronaldinho, una influencia que en ocasiones sigue siendo evidente en los ecos del estilo y la vitalidad de Joga Bonito que aporta con su creatividad en el campo.

De modo que otra de las actividades favoritas de ese niño Wayuu, era jugar al fútbol a pie descalzo en una cancha llena de polvo y barro con improvisadas porterías de madera obtenidas luego de cortar algún árbol cercano.

‘Un diamante en bruto entre los indígenas’

Sin embargo, no fue sino gracias a ese azar del destino de nacer bajo el seno Wayuu que le llegarían las oportunidades al ‘guajiro’ para empezar a abrirse camino en el fútbol.

¿La razón? Su padre que se dedicaba a ser el entrenador del pueblo, lo llevó a Bogotá con el fin de probarse para el primer equipo indígena de Colombia que participaría en la también primera Copa América indígena en 2015.

Allí, fue descubierto por la leyenda del fútbol colombiano Carlos Valderrama, igualmente recordado por sus habilidades como mediapunta y su excéntrico peinado rubio. Pero, a pesar del talento del chico de 17 años, por un momento se pensó que sería muy difícil para él jugar porque Lucho parecía tener problemas de desnutrición, estaba muy flaco y perdía los duelos con otros jugadores.

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Aún así, el descendiente de los Wayuu logró sobresalir entre 400 candidatos y hacer el plantel de 26 hombres. Fue tal su participación, que en el torneo, Díaz fue uno de los mejores jugadores que llevó a Colombia a terminar como subcampeón.

Cuando el equipo regresó a Colombia, Valderrama decidió recomendar a la gerencia de Junior Barranquilla para fichar al talentoso jugador, y aquí empezaron a materializarse los sueños.

Al equipo de sus amores

Como buen costeño colombiano, Lucho Díaz es hincha del equipo barranquillero, por lo que la noticia fue soñada para él. En el club, quedaron impresionados y enviaron al guajiro a jugar con su club alimentador, el Barranquilla FC de la segunda división.

Por aquel entonces, Díaz estaba tan delgado que lo apodaron ‘fideo’, lo que llevó a Barranquilla a iniciarlo en un plan dietético para ganar rápidamente 10 kilogramos, que incluso incluía comer pasta en el desayuno.

Díaz se convirtió en uno de los mejores jugadores de Barranquilla y fue invitado por el entrenador Sub-20, para jugar en el Campeonato Sudamericano Sub-20 2017.

Luchito progresó rápidamente a través de los equipos juveniles del club y para ese mismo año, 2017 se había mudado al Atlético Junior, el gran club de la región de la costa caribeña de Colombia.

El éxito siguió a su movimiento, con Junior llegando a la final de la Copa Sudamericana y ganando la liga colombiana al año siguiente, aunque sería su segunda temporada en la que se convirtió en una estrella.

Su rápido progreso también lo trajo a la selección mayor de la mano de Arturo Reyes, ex entrenador de Díaz en el Barranquilla FC, quien fue el entrenador interino a fines de 2018. Cuando Carlos Queiroz fue designado como nuevo entrenador de Colombia, no pudo ignorar al nuevo talento y logró darle una oportunidad en casi todos los partidos de preparación antes de la Copa América.

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Una mirada desde Europa

Su fútbol llamó la atención de clubes europeos y en 2019 fue fichado por el Porto por 7 millones de euros. El nacional siguió los pasos de Radamel Falcao García, James Rodríguez, Jackson Martínez y Freddy Guarín, históricos para el club del dragón azul.

Desde ese momento solo buenas noticias eran asociadas al nombre de Luis Díaz, un jugador de enorme talento para el dribleo y de excepcional velocidad en punta.

En el Porto estuvo desde el 2019. Allí ganó tres títulos y marcó 26 goles. En repetidas ocasiones fue galardonado como el mejor jugador de Portugal.

En paralelo, en la Copa América del año pasado se destacó de los nombres y el legado de sus varios mentores y predecesores para anunciarse como el jugador actual más importante de Colombia y una fuerza en el escenario mundial, anotando cuatro goles para ser el máximo goleador junto a Lionel Messi.

A esta Copa América, Díaz llegó con un bajo perfil, empezando incluso como suplente ante Ecuador. Sin embargo, fue ganando protagonismo poco a poco en la selección de Reinaldo Rueda.

Su golazo de tijera, el mejor de esa edición de la Copa, y nada menos que contra Brasil, lo puso en la retina de todo el continente. Luego, ante la ausencia de Cuadrado y Matheus Uribe, se hizo imprescindible contra la selección uruguaya desbordando por la banda izquierda y preocupando a sus rivales charrúas.

Ante Argentina, volvió locos a los laterales Montiel y Molina y marcó un golazo, llevando al partido a los lanzamientos desde el punto penal.

Por lo que no solo fue reconocido por los goles que marcó, sino cómo los marcaba, mostrando ecos del niño cuyo pie se pegaría a la pelota como pegamento, realizando carreras vertiginosas, oleadas rápidas y gambetas completamente aplaudidas.

Su presente en el Liverpool

Con todo este excelente rendimiento, era inminente su paso a una liga más competitiva, por lo que las ofertas no se hicieron esperar. Por lo que se rumoraba que equipos españoles e ingleses estaban interesados en sus servicios.

Fue así como en enero de este año se unió a las filas del Liverpool, en los que ha dado rienda suelta a su talento.

Su integración en lo que ya era un equipo de alto rendimiento y logros ha sido impresionante, ayudado por la confianza con la que llegó y el apoyo del cuerpo técnico del Liverpool. Y ahora luego de una gran temporada está a punto de hacer historia en la final de la Champions League contra el Real Madrid.

Indudablemente ha sido un gran viaje desde La Guajira, Colombia, hasta Anfield, Liverpool, pero hay algo seguro y es que de momento el futuro de Luchito Diaz parece imparable, demostrando una vez más que no hay sueños inalcanzables cuando se trabaja por ellos.

*Foto de portada tomada de Elespectador.com

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