En las últimas décadas América Latina se ha convertido en un verdadero rincón de la delincuencia común y del microtráfico transnacional que ha venido permeando las instituciones públicas en los diferentes poderes políticos.
Y la muestra fiel de ello es lo que viene sucediendo en países como Venezuela, Honduras y Nicaragua. Estas naciones según el último informe de Transparencia Internacional estaban a la cabeza de los índices de corrupción.
Hasta la fecha de las Américas los que sacan la cara por el continente son: Canadá, Estados Unidos y Uruguay que se ubican en los tres primeros puestos de la medición.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) midió a 180 países de todo el mundo entre los que están los de Latinoamérica.
Nicaragua, Honduras y Venezuela, los más corruptos
La debilidad de las instituciones de gobierno y de los entes de control, “es lo que ha llevado a que muchas naciones en este lado de Occidente sean tan permisivas al momento enfrentar la corrupción y las organizaciones que se incrustan en ella”.
Además, menciona que, en muchos países, funcionarios y agentes de policía colaboran con bandas criminales o aceptan sobornos.
Casos como los de Perú, Guatemala y Honduras son una muestra del crecimiento de las bandas criminales en la política, dado que estas buscan todas las maneras de presionar a los candidatos políticos o a los funcionarios para que unan a ellos o les declaran la guerra y los matan.
Esta situación ha llevado a que los niños, mujeres e inmigrantes sean los principales objetivos al momento de ser reclutados para ser explotados o usados para acciones de criminalidad.
La Amazonía por ejemplo ha sido una zona en la que más se ha visto este flagelo, porque las mismas tribus indígenas se han visto perjudicadas, ya que son reclutados por grupos al margen de la ley.
En 2021, añade el reporte, los países de América Latina registraron el mayor número de asesinatos de defensores de derechos humanos.
Para entender el panorama
Otro de los temas que ha llevado también a que la violencia y la corrupción tome mucha fuerza es la concentración de poder y la falta de garantías a otros sectores políticos que también compiten por llegar al control del Ejecutivo.
Esta misma concentración de poder ha llevado a que quienes están en la presidencia violen los derechos fundamentales de sus opositores, sin importar si son de derecha o de izquierda, siempre hacen lo mismo y esto termina perjudicando al pueblo.
En países como El Salvador, Ecuador y Honduras donde se ha permitido que los gobiernos de turno tomen medidas como el estado de excepción en el que no se garantizan las garantías mínimas a los ciudadanos que caen bajo arresto, termina siendo una excusa para reprimir a los opositores.
Y a la larga se convierte en la principal razón para que el pueblo pida su salida o lo derroque, porque cuando no hay a quien perseguir, no hay forma de mostrar resultados a la opinión pública.
La conclusión del informe
El Índice de Paz Global es otro parámetro que reveló que el mundo es cada vez un lugar menos pacífico.
Según Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia International dijo que los gobiernos que están inundados de corrupción, 2poco o nada pueden hacer para brindar medidas de seguridad a lus ciudadanos a largo plazo”.
Para la Ferreira esto es parte del trato de los presidentes con la delincuencia, “ellos se protegen mutuamente, si alguien intenta desde el pueblo atacar el gobierno los delincuentes los salvan y lo mismo hace el gobierno con la delincuencia desde la Policía que busca acabarlos”.
Esto en conclusión parece un círculo vicioso de nunca acabar hasta que sea el mismo pueblo que se revele contra sus dirigentes y estos puedan terminar por completo estos episodios de corrupción que parece en muchos países ser parte del paisaje y de algo cotidiano.
Según el informe a nivel mundial el 95% de los países ha logrado conseguir pequeños avances en disminuir la corrupción o en tener herramientas para combatir la misma.
- Imagen de portada tomada/ El Tiempo