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Cada vez es más grande la brecha entre ricos y pobres en España

La OCDE pide a los Gobiernos en el especial al de España "que revisen su sistema fiscal para asegurarse que los más ricos contribuyen en su justa medida”.

La desigualdad ha aumentado en los últimos 30 años en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a raíz de la creciente diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos de un hogar.

El 10% más pudiente de la población gana en promedio 9,6 veces más que el 10% más desfavorecido en el conjunto de la OCDE, según datos de esa organización.

La distancia ha crecido incluso en los países tradicionalmente más igualitarios, como Alemania, Suecia o Dinamarca, aunque sigue muy por debajo de la media.

A España, no le va muy bien, pues el ingreso medio del 10% de la población mejor situada era en 2008 alrededor de 38.000 euros, casi 12 veces más que ese 10% que menos gana (una media de 3.500 euros), un punto más que en el informe anterior.

La distancia se ha estrechado respecto a la España de los ochenta, pero no en los últimos años. Las cifras de la oficina de estadística europea (Eurostat), que llegan hasta 2010 y que comparan el 20% de los más ricos con el 20% de los más pobres.

En el 2020 la desigualdad alcanzó el nivel más alto desde 1995 y en 2009, último que permite comparar entre los países de la Europa de los Veintisiete, solo Letonia, Lituania y Rumanía superaban a España en disparidad de rentas.

Algunas de las razones de la brecha

Entre algunas de las razones de la brecha que indica el estudio de OCDE habla sobre los efectos de la globalización y cambios demográficos y de estructura familiar, con más hogares unipersonales, pero destaca la brecha salarial y el sistema fiscal como las grandes causas.

El beneficio ha ido mejorando para los más formados y empeorando para los empleados de menor cualificación y han abundado los trabajos a tiempo parcial.

Por eso el organismo insta a los Gobiernos a invertir más en el capital humano y la creación de “más y mejor empleo”.

Otras de las razones que puntualiza la OCDE es lo relacionado con el recorte en los impuestos a los que más ganan, por lo que pide a los Gobiernos en el especial al de España “que revisen su sistema fiscal para asegurarse que los más ricos contribuyen en su justa medida”.

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El covid-19 y la desigualdad en el mundo

Un mundo más desigual es el legado inmediato de la pandemia. La brecha entre ricos y pobres siguió creciendo entre 2019 y 2021, cuando la covid-19 impuso una pausa a la etapa de crecimiento global.

Pero aún así, en la cúspide hay un reducido y selecto club de multimillonarios –el 0,001% de la población– vio cómo sus fortunas crecían un 14%.

Mientras que 100 millones de personas más se veían abocadas a la extrema pobreza. Según un macroestudio elaborado por el World Inequality Lab.

“Observamos un mundo todavía más polarizado: la covid ha amplificado el fenómeno del ascenso de los multimillonarios y ha dejado más pobreza”, afirma Lucas Chancel, que lideró la investigación.

Pero ¿Qué es la desigualdad social?

Es una situación en la que, dentro de un mismo territorio, existen diferencias entre unas personas y otras, propiciadas por factores como la renta, el trato jurídico, la educación, el género, las preferencias sexuales, la cultura o la religión.

A la desigualdad social se le añaden elementos como el género, la cultura o las preferencias sexuales. Es decir, las diferencias entre los individuos ya no están estrictamente motivadas por los factores económicos.

Causas de la desigualdad

Como hemos mencionado anteriormente, la desigualdad social es un compendio de todo tipo de desigualdad que pueda darse.

Por lo tanto, sus causas las tenemos que ver en cada uno de sus componentes:

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  • Renta: Es probablemente la causa más importante y tangible de la desigualdad social.

Factores como el trabajo, el salario, o el patrimonio pueden condicionar la vida de una persona y desplazarla dentro de la sociedad, generando situaciones de exclusión.

  • Educación: En países donde la educación no es universal, también es un factor que aumenta la desigualdad.

La educación es el verdadero ascensor social, por tanto, las personas que no puedan acceder a ella tienen más probabilidades de mantenerse en una posición desfavorable.

  • Leyes: Un trato diferente de la ley o de los tribunales, por el motivo que sea, también contribuye a que los que están en la cúspide de la pirámide socioeconómica perpetúen esta situación.
  • Género: Algunos países y sociedades son muy machistas. Lo que implica una apreciable diferenciación de renta, derechos, libertades y oportunidades entre hombres y mujeres.

Preferencias sexuales: En toda sociedad, aunque en algunos países cada vez menos, las personas homosexuales o con otras preferencias diferentes a la heterosexualidad clásica, han sufrido tratos discriminatorios.

Hasta personas con una posición social elevada. En el presente, numerosos países siguen siendo profundamente homófobos.

  • Religión: Las creencias religiosas, en algunos países y zonas geográficas, también han sido motivo de discriminación.

Por lo que profesar cierta fe, en algunos casos, también ha contribuido al aumento de la desigualdad.

  • Cultura: Las diferencias culturales también pueden consolidar desigualdades sociales.

En comunidades donde hay cierto racismo y estigmatización del inmigrante, estas personas pueden tener dificultades para desarrollarse libremente.

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