Ya sea que estén en una relación oficial o no, esa persona que al principio considerabas increíble y morías de ganas por ver, merece tu respeto y honestidad aún cuando vas a terminar con ella.
A todos nos ha pasado, todos hemos estado en ese punto donde nos hemos dado cuenta que esa persona no es a quien queremos, que realmente no nos gustaba y no queremos pasar el resto de nuestros días junto a ella pero, aunque sea difícil afrontar estos momentos de tensión, es necesario hablar con honestidad y dejarles saber directamente que ya no queremos seguir saliendo con ella.
Llegado este momento, muchos piensan que la mejor opción es no volver a contestar sus llamadas o mensajes ya que, de esta forma, la persona en cuestión asumirá que no seguimos interesados o que nos hemos ido en un viaje para nunca más regresar. ¡Todo lo contrario! Esta es la opción más cobarde que existe sobre la faz del planeta tierra. El famoso “gosthing” nos dejará una sensación de culpabilidad por el resto de nuestras vidas, sin mencionar del temor que llegaremos a sentir al pensar que podemos encontrarnos a esa persona en el supermercado, en un bar o en el cine; definitivamente, te aconsejamos que nunca vayas por este camino, lo mejor es ser directos y honestos por eso, te compartimos 3 maneras honestas de terminar una relación:
Siembra la semilla de la sospecha:
llegado el punto en que, definitivamente, te diste cuenta que no quieres continuar con la relación pero te da miedo (o culpa) decirle a tu pareja sin más, una muy buena opción es sembrar la semilla de la sospecha; ¿cómo así? ¡muy fácil! Poco a poco, ve diciéndole indirectas que lo/la hagan comenzar a sospechar que no estás tan interesado/a en la relación como antes y comienza a actuar congruentemente con tus sentimientos, no pretendas felicidad y emoción cuando estés con tu pareja ni la lleves a citas románticas; si ya tenían algo planeado, CANCELA. Esto muy seguramente hará que esa persona comience a sentir que algo está por suceder, y no precisamente una propuesta de matrimonio.
Envíale un mensaje de texto vago pero contundente:
Si bien la forma más madura para terminar una relación es tener una conversación en persona con tu pareja, en algunos casos esto no es TAN necesario ya sea porque es alguien con el que apenas estamos saliendo o no hemos compartido mucho. En esta ocasión podemos irnos por una apuesta segura: enviar un mensaje de texto sin muchas explicaciones pero que el mensaje sea contundente: “no quiero continuar en la relación”.
Siempre discúlpate pero no des mucha información de por qué has llegado a la decisión de terminar la relación, no hay necesidad de echarle sal a la herida. Sé breve y agradable.
No juegues la carta de “podemos ser amigos, si quieres”:
Ok, dejemos algo en claro: cuando nos terminan, lo que menos queremos es “seguir siendo amigos”. ¡Por favor! Esta propuesta de “no me gustas pero podemos ser amigos” no es más que un agravante en toda la situación, un fuerte golpe para el ego. Cuando una relación termina, siempre uno de los dos sale más herido, normalmente la persona a la que dejan y justamente en ese momento, lo que necesita es tiempo y espacio para superar la ruptura, no importa si sólo salieron tres veces o durante tres años, a nadie le gusta ser rechazado y una ruptura, de una u otra forma, es un rechazo. Termina la relación con honestidad, madurez y para siempre.
Una vez tomado el paso y terminado la relación, lo mejor que podemos hacer es eliminar el número de teléfono de esa persona; después de todo, no queremos llamarla/o borrachos cuandos nos comenzamos a sentir solos, ¡no es justo con ellos! Esto es lo peor que podemos hacerle a otra persona, entrar y salir de su vida a nuestro antojo porque no sabemos ni qué calzones queremos ponernos el día de hoy.
Recuerda tomar la decisión completamente seguro de lo que quieres. Si quieres terminar, dale la noticia y cierra ese capítulo; si, por el contrario no estás muy seguro, date un tiempo para pensarlo bien antes de retirar esa curita pero, por lo que quieras en el mundo, no juegues con los sentimientos de esa persona, nadie merece ser tu plan “Z” en momentos de soledad o desesperación.