De acuerdo con las ‘normas tácitas’ que ha dictado la sociedad, nuestra vida adulta debe seguir una fórmula muy concreta: Consigue un trabajo, ten una pareja estable, cásate, ten un bebé, pensiónate y luego muere.
Por lo tanto, parece que la pregunta que se le hará incesantemente a una pareja recién o con algo de tiempo de casada es: ‘entonces, ¿Para cuándo los hijos?’
Sin embargo, por muy bien intencionada que esta pueda ser, ¿podemos todos detenernos un minuto, y analizar lo absurdo de una pregunta tan indiscreta? Es que, el sólo hecho de hacer el interrogante puede suponer sin darse cuenta de que la persona a la que se le cuestiona puede o quiere tener hijos, lo que simplemente no es el caso para todos.
Ambos elementos, el deseo y la capacidad de tener hijos, son exclusivos de cada persona y, por lo general, invisibles para quien pregunta. Esto hace que la pregunta de si alguien va a tener hijos o cuándo, en el mejor de los casos, sea irrelevante o impertinente y, en el peor de los casos, desencadenante.
Así las cosas, una serie de razones por las que plantear esta pregunta de manera casual es como caminar sobre un campo minado emocional. Un campo minado con explosivos como no querer tener hijos, no poder concebir o tener problemas maritales, todo lo cual duele al pisarlo.
Es incómodo
Para empezar, ninguna pareja está obligada a tener hijos. Es una actitud arcaica pensar que todos estamos aquí para procrear y luego morir; todos tenemos derecho a vivir nuestras vidas sin tener que contribuir al círculo de la continuidad de la humanidad.
Muchas parejas han decidido que no quieren tener hijos. Más aún posiblemente no estén listos y tener un anillo en el dedo no significa que tengan una fecha límite.
Incluso peor podría ser que la pareja que está siendo presionada para un anuncio de bebé esté en medio de una pelea entre ellos, con un lado de la pareja listo para tener un pequeño y la otra mitad completamente en contra.
Con todo, cualquiera que sea la posición al respecto de ‘no querer un hijo’, es incómodo sentir que hay que responder y obliga a las personas a cubrirse con excusas (aunque ¿por qué se debería justificar?) o a admitir sin rodeos la verdad y que el interlocutor insista consternado. ‘¿Pero por qué no quieres hijos? ¡Serías una buena mamá/papá!
Por supuesto, la única respuesta legítima a la pregunta es: “no es asunto tuyo, colega”.
Muchos padres sabrán que ni siquiera se detienen cuando realmente tienes un bebé, inmediatamente preguntan “¿cuándo les vas a dar un hermano o una hermana?” comienzan las preguntas, que pueden ser igualmente insensibles, entrometidas y exasperantes.
Puedes abrir heridas
Esta pequeña pregunta, puede ser el catalizador de todo tipo de emociones y nadie sabe las batallas que enfrenta cada uno y tampoco debería.
La persona que con ligereza y, para ser justos, probablemente sin darse cuenta, estás presionando por un embarazo, puede haber tenido una pérdida trágica que es profundamente traumática y dolorosa.
De hecho, los casos de abortos espontáneos y mortinatos son comunes y destrozan la vida y rara vez a alguien que transmita esta experiencia fuera de las personas más cercanas. Es agonizante y no es un tema que alguien quiera abordar en forma de una pequeña charla en una fiesta o en la oficina.
Así que lo más seguro es que, si eres una de esas personas que andan preguntando, quizás hayas tocado un nervio muy expuesto y sensible.
Incluso, no es posible imaginar el dolor de haber perdido un bebé, o más de uno, y luego tener que enfrentarlo cuando preguntan por qué aún no has tenido hijos. Según datos médicos, se estima que entre el 15 y el 20 % de los embarazos terminan en aborto espontáneo.
De modo que, rara vez sabrás si la persona a la que le preguntas ha sufrido complicaciones, abortos espontáneos o mortinatos y no tienes idea de las heridas que podrías estar abriendo al preguntarle cuándo planea formar una familia. Simplemente no preguntes.
‘Como sal en la llaga’
Querer formar una familia y no poder hacerlo es un trauma que enfrentan muchas parejas con infertilidad. Para algunos, sencillamente está destinado a nunca suceder.
Con este panorama, cuando se enfrentan a la pregunta de cuándo planean tener un bebé, nadie quiere tener que explicar que lo planearon hace mucho tiempo y todavía están aceptando el hecho de que nunca sucederá para ellos.
Así que la próxima vez que quieras preguntar piensa que no todo el mundo puede tener un hijo y, para las personas que realmente lo quieren, esto les afecta, lo que significa que la lucha empeora aún más.
No siempre las cosas están bien
Nadie sabe la verdad sobre una relación a excepción de la pareja en ella. Lo que sucede detrás, a puertas cerradas no es lo que se exhibe en eventos o redes sociales.
Imagínate a una pareja que está recibiendo asesoramiento matrimonial en secreto o está discutiendo constantemente, lo último que necesitan es traer un hijo a la mezcla. Lo que no sabes es que con esta ‘sencilla’ pregunta podrías estar preparando el escenario para más argumentos. Porque como bien dice el dicho “Ni un matrimonio arregla un mal noviazgo, ni un hijo arregla un mal matrimonio”.
En tal caso, no importa la razón por la cual una pareja que crees que serían grandes padres aún no han tenido un bebé. No es tu deber decírselo, puede que no sea algo de lo que quieran hablar y, en el peor de los casos podrías estar lastimándolos activamente ¿Solución? Simplemente nunca preguntes.