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Este país está recibiendo a los migrantes venezolanos

Este país demuestra que la inmigración también puede ser fuente de progreso, tanto para país que acoge como para los migrantes.

Desde 2018 el gobierno brasileño ha reubicado a más de 114.000 personas, a un ritmo de 2.000 por mes.

Esto sería aproximadamente una cuarta parte de los venezolanos que han llegado al país.

Los gobiernos de toda América han extendido tropas y levantado barreras para tratar de contener el éxodo de 7,7 millones de venezolanos.

Estos salieron por una fuerte crisis económica, un país petrolero en donde alguna vez existió mucha riqueza.

Los migrantes venezolanos que atraviesan la frontera norte del país son recibidos con los brazos abiertos por funcionarios que están dispuestos a procesar las visas.

Asimismo, por empleadores privados que brindan trabajo, y por un Gobierno que cubre los tiquetes aéreos para reubicarlos en lugares apartados del país.

Los beneficios

Con estas oportunidades Brasil atrae a inmigrantes a su economía, y logra ocupar muchos de los agotadores empleos que sus propios ciudadanos no quieren.

En ese orden, alimenta su motor de exportación agrícola que a futuro los volverá la potencia que fueron en su momento.

El gobierno brasileño los reubica principalmente al sur rico, donde se encuentra la mayor parte del sector de agroindustria.

Los recién llegados aceptan empleos en sectores cruciales, como empresas procesadoras de carne y en algunos casos son ubicados con un patrocinador o refugio.

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Todo esto, mientras consiguen un empleo digno en el que respetan sus derechos laborales como cualquier brasilero.

Todo esto con el fin de mantener la próspera agroindustria brasileña en todo su territorio.

Mientras el país intenta convertirse como el matadero del mundo, ya que es el principal exportador mundial de carne de vacuno y pollo.

Crisis humanitaria

Según los datos del Gobierno de Panamá, más de 260.000 venezolanos tomaron rumbo por el peligroso paso del Tapón del Darién hacia Estados Unidos durante los primeros nueve meses de este año, esta cifra supera los 150.000 del año pasado durante el mismo periodo.

Endry Rodríguez, un mecánico de 23 años, dejó su hogar en la ciudad industrial de San Félix en mayo de este año, siguiendo el camino trillado de muchos de sus amigos tener un ingreso estable. “Era estudiar o comer”, dijo. “Yo prefiero el segundo”.

Tomó camino con su hermano y viajaron en la parte trasera de un camión durante dos días hasta llegar a la ciudad fronteriza de Pacaraima, en el escasamente poblado estado de Roraima.

Allí, pidieron un programa de reubicación para venezolanos, llamado interiorização, o “interiorización”, que los vinculó de forma inmediata a trabajos en una planta empacadora de carne a miles de kilómetros de distancia.

Sacarle provecho a la migración

Rodríguez, ahora vive en una pequeña ciudad al sur de Brasil conocida como Montenegro, pasa sus días en una fábrica de JBS SA, el mayor proveedor de carne del mundo. Comenta que es mucha la presión, “Pasar de arreglar autos a empacar pollos no fue fácil”

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Los esfuerzos de los gobiernos para vincular a migrantes o refugiados con empleos suelen verse en economías más desarrolladas que Brasil.

Alemania y Dinamarca han utilizado programas con éxito para tratar de integrar a millones de sirios y ucranianos desplazados. Pero son más las personas han abandonado Venezuela que la suma de esos dos países devastados por la guerra.

Especialistas en migración manifiestan que el enfoque de Brasil es único debido al grado en que el Gobierno trata de integrar a los recién llegados venezolanos y que es un proyecto que se ha mantenido durante tres administraciones diferentes, una de derecha, una de extrema derecha y otra de izquierda.

Estados Unidos y migración venezolana

A pesar que la economía más grande de América Latina amplía su fuerza laboral por la población migrante, las autoridades de EEUU se encuentran atrapados en un fuerte debate sobre cómo atender el aumento postpandemia de la migración de países como Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití.

Miles de personas no autorizadas han intentado ingresar por la frontera sur de EEUU durante el Gobierno del presidente Joe Biden, quien ha enfrentado duros ataques de ambos lados políticos mientras trata de renovar la respuesta federal a los solicitantes de asilo.

Los Republicanos

Preocupados por la cantidad de personas que llegan a las ciudades fronterizas, los gobernadores republicanos de Texas y Arizona han movilizado en autobuses a miles de inmigrantes a ciudades lideradas por demócratas como Nueva York, Chicago y Washington DC.

La mayoría de los pasajeros, son venezolanos, que llegan sin ningún tipo de ayuda y documentos para trabajar de manera formal, lo que aumenta la presión sobre los grupos de ayuda y los servicios de emergencia en las ciudades.

Viven en refugios y esperan meses para obtener visas de trabajo, si logran calificar para un asilo, lo que puede llegar a ser difícil de lograr. En septiembre, la administración Biden concedió a casi 500.000 inmigrantes venezolanos un estatus especial para trabajar y vivir legalmente en EEUU durante 18 meses.

  • Imagen de portada tomada/ Migración Colombia
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