La inmigración es un factor positivo para cualquier país, sobre todo, si las personas que llegan están calificadas profesionalmente.
De eso quiere beneficiarse más Alemania en el futuro, dado que la falta de trabajadores calificados se hace sentir cada vez más en este país.
Un ejemplo de fortalecimiento de ese sector migratorio es Canadá, el país con la mayor inmigración en todo el mundo, de acuerdo con su número de habitantes.
Datos de Canadá dan cuenta de que este país introdujo en 1967 un sistema migratorio basado en el puntaje.
Según la formación, las calificaciones profesionales, el dominio del idioma y la experiencia laboral, así como contando con una eventual oferta de trabajo de una empresa canadiense, al aspirante a permanecer en el país se le otorga determinada cantidad de puntos.
Con el nuevo sistema, Canadá abrió sus puertas a la inmigración calificada de todo el mundo. Entretanto, la mayoría de los inmigrantes llegan desde la India, Pakistán y China.
Actualmente, los aspirantes deben reunir un mínimo de 67 puntos de 100 para poder emigrar a Canadá.
Las visas se otorgan al inmigrante y también a su pareja e hijos. Luego de tres años, tienen la posibilidad de obtener la nacionalidad canadiense.
Una política migratoria de brazos abiertos
Existe una política migratoria abarcadora en Canadá que impulsa la aceptación de la diversidad cultural y se combate la discriminación racista, siendo esto lo que busca Alemania.
De ese modo, la creciente diversidad del país se percibe como algo enriquecedor, y no como una amenaza para la identidad nacional.
Para llegar a eso, Canadá invirtió dinero, por ejemplo, en programas estatales para mejorar la situación laboral y las habilidades idiomáticas a fin de evitar que los inmigrantes se viesen en desventaja.
Para ello, en 2018, el Gobierno puso a disposición cerca de mil millones de dólares canadienses.
En Alemania, por el contrario, a las personas “con trasfondo migratorio” les sigue resultando difícil conseguir un empleo y una vivienda.
Y el éxito educativo depende del origen social y de la historia de migración familiar, explican los expertos.
Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Alemania, un número de inmigrantes superior al promedio internacional trabaja en sectores de bajos salarios.
Esta investigación demuestra, además, que muchos inmigrantes adecuadamente capacitados deben trabajar en empleos para los que están sobrecalificados.
La última propuesta de Alemania
Recientemente, el país europeo busca que los migrantes de cualquier parte del mundo puedan trabajar en ese país.
Alemania que padece una falta de trabajadores, siempre trató de pescar en países de la Unión Europea la mano de obra que le falta, pero ahora busca la llegada de ciudadanos no europeos.
A principios de septiembre, el Ministerio Federal de Trabajo y Asuntos Sociales de Alemania, reveló los planes para crear una «tarjeta de oportunidades» (Chancenkarte en alemán) con un sistema basado en puntos.
Se trataría de una especie de ‘Green Card’ como la de Estados Unidos cuyo objetivo es atraer profesionales especializados.
Alemania permitirá con esta nueva medida que los extranjeros podrán llegar a buscar trabajo sin tener una oferta laboral.
La nueva tarjeta, prevista para otoño de este año, permitirá mudarse a Alemania y buscar trabajo a cualquier persona que cumpla tres de estos cuatro requisitos:
- Título universitario.
- Conocimiento del idioma alemán o haber vivido en Alemania.
- Tres años de experiencia laboral.
- Ser menor de 35 años.
- También deben demostrar que pueden pagar sus gastos durante el tiempo que estarán en Alemania antes de encontrar un trabajo.
Sigue aumentando la población migrante
Según el último censo a fines de 2021 vivían en Alemania 83,2 millones de personas, 82.000 personas más que un año antes, sobre todo por migración, informó la Oficina Federal de Estadística (Destatis) en base a datos actuales de población.
Así las cosas, se muestra un ligero aumento de la población de un 0,1 por ciento que se debe principalmente a la tasa neta de inmigración, que creció hasta 317.000 personas.
De este modo, la inmigración neta prácticamente alcanzó el nivel anterior al estallido de la pandemia de coronavirus (con 327.000 migrantes en 2019).
Al mismo tiempo, la autoridad estadística contabilizó en Alemania 228.000 muertes más que nacimientos.
En tanto, a finales de 2021 vivían en Alemania 72,3 millones de personas con nacionalidad alemana y 10,9 millones de extranjeros.
Esta cifra representa 308.000 personas más con nacionalidad extranjera que el año anterior y, al mismo tiempo, 226.000 personas menos con nacionalidad alemana.
La proporción de extranjeros en la población total aumentó del 12,7 al 13,1 por ciento en comparación con el año anterior.
.
LA INFORMACIÓN CONTENIDA EN ESTA PUBLICACIÓN NO CONSTITUYE ASESORÍA LEGAL.