Cuando nos encontramos frente a una situación de peligro, suele ser difícil saber cómo vamos a reaccionar frente a ella. De hecho, en el momento exacto del hecho, suelen despertarse instintos que ni siquiera conocíamos de nosotros mismos.
Sin embargo, según algunos expertos hay circunstancias de las que es mejor no huir, ya que al hacerlo nuestra vida podría verse realmente amenazada por un peligro aún mayor.
Por eso en Q’ Pasa te contamos 10 situaciones de peligro de las que no debes escapar si quieres sobrevivir.
Un tornado
Un Tornado, es de los fenómenos naturales más temidos, la fuerza que desprende a su paso arrasando lo que esté en miedo, es diga de hacernos temblar.
No obstante, lo peor que puedes hacer en el caso de que te encuentres con uno es tratar de salir de esta área, aunque sea en un vehículo.
Esto, debido a que los vientos tornádicos son tan fuertes que pueden volcar el carro en el que te encuentras, o lanzarte objetos pesados y peligrosos mientras corres a lo loco.
¿Cómo actuar? Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, lo idea es abandonar el vehículo en el que te encuentres, busca la estructura sólida más cercana y resguárdate en este refugio hasta que haya pasado el peligro.
Si no hay edificios cercanos, busca una zona baja como un canal o una hondonada y cubre tu cabeza y cuello hasta que el tornado haya pasado.
2. Un oso
¿A quién no le dan ganas de por lo menos gritar y correr con un gigante peludo en frente? Posiblemente pase por tu mente que lo mejor en esta circunstancia es correr, pero la verdad es que los osos son capaces de correr a 48 kilómetros por hora.
Así que escapar en este caso es doblemente peligroso porque te acabarán atrapando y, al huir, te considerarán una presa débil. Habrá muchas posibilidades de que un oso quiera perseguirte, aunque inicialmente lo único que quería era que le dejaras en paz.
En este sentido, y tal y como apunta el Servicio de Parques Nacionales, los osos suelen ser tímidos. Así que no hacer nada al encontrarte con uno es el plan A.
Pero si empieza a seguirte o muestra indicios de agresividad, combate con aún más agresividad: abre los brazos y piernas para parecer lo más grande posible, grítale o agita un palo. Eso puede disuadir al oso y lograr que abandone la zona.
3. La policía
¿Puede haber una peor idea que huir de la policía? No lo creo, según la mayoría de los especialistas legales, no es recomendable que corras de la policía, aunque sepas que no has hecho nada mal.
Si huyes, lo que das a entender precisamente es que eres culpable de algo, así que la situación, ya de por sí problemática, puede acabar peor de lo que había empezado.
La Unión de Libertades Civiles Americana recomienda simplemente esperar a que el agente esté cerca para preguntarle si te va a detener. Si la respuesta es “No”, tienes derecho a irte tranquilamente.
En caso de que se produzca un arresto, se recomienda oponerse a ello de forma objetiva, calmada y clara; que conste que no estás de acuerdo con lo que está pasando, pero no te resistas.
4. Una inundación
Las ganas de salir corriendo de una inundación, sobre todo si notas que sube el nivel del agua, es comprensible, pero peligrosa, ya que, a partir de los 15 centímetros, es muy fácil resbalar y que el agua se te lleve. Y bastan solo 30 centímetros para que flote la mayoría de los vehículos y solo 0,6 cm para que empiece la clásica escena de ver carros siendo arrastrados por los torrentes de agua.
Además, la inundación puede esconder basura peligrosa, baches y otros peligros. Así que, si de repente te encuentras en esta situación, busca el lugar más elevado posible y quédate ahí hasta que pase el temporal o vengan los especialistas a ayudarte.
5. Perros agresivos
Las mordeduras de perros pueden resultar comunes cuando se molesta a algún canino o cuando se trata de una raza agresiva, aunque la verdad es que cualquier perro puede ponerse agresivo de repente y tratar de morderte.
En el caso de que un perro te gruña y te enseñe los dientes, ¡no corras! El animal interpretará ese movimiento como una provocación y se lanzará al ataque. Además, es posible que te alcance.
Lo que debes hacer es permitir que el perro se desahogue con algo que lleves como tu ropa. Una vez el perro pica el anzuelo, déjale concentrado con su presa y ve escapando poco a poco.
6. Corrientes de retorno en el mar
Muchas veces seguramente que has notado que cuando las olas llegan a la orilla generalmente se devuelven al mar generando un impulso que puede arrastrarte.
Este tipo de fenómenos se generan principalmente por la rotura irregular de las olas a lo largo de la cesta, llegando con brusquedad y energía a la playa.
Tratar de combatir la corriente provocará que acabes fatigado y corras el riesgo de ahogarte. La clave, es nadar tranquilamente en perpendicular a la corriente (en paralelo a la costa) para salir de ella con el mínimo esfuerzo posible.
Si no funciona, hazte el muerto, deja que la corriente te arrastre hasta que pierda fuerza y, luego, regresa nadando a la playa.
7. Un terremoto
Sentir que la tierra se estremece bajo tus pies y con ella absolutamente todo lo que está a tu alrededor, es una sensación aterradora, más aún cuando sabes que tu vida puede correr peligro, como el caso de un terremoto.
En estos casos, los expertos han explicado que si estás dentro de un edificio, lo mejor es alejarse de las ventanas, colocarse debajo de una mesa estable y cubrirse la cabeza.
En caso de no contar con mesa o escritorio, busca una pared interior y protégete la cabeza. Si estás fuera, muévete con precaución hacia una zona abierta alejada de edificios, estructuras o peligros potenciales que pueda echarte encima el terremoto. Si conduces, abandona el vehículo y, de nuevo, busca una zona extensa sin árboles, postes, líneas de corriente, entre otras.
8. Un tiroteo
Independientemente del lugar en el que ocurra un tiroteo (un centro comercial, un colegio, un cine), el tirador es una de las amenazas más peligrosas porque busca activamente hacer daño y su comportamiento es totalmente imprevisible.
Lo que está claro es que escapar sin un plan te pondrá en peligro: te puede ver y dirigirse hacia ti.
En su propio blog, el FBI da 3 pasos clave: “Correr, esconderse, luchar”. No obstante, la parte de correr consiste en buscar un sitio seguro (tu prioridad debe ser la salida más cercana).
Si no puedes salir porque puedes ser visto, busca un escondrijo (como un armario) donde puedas esperar a que pase todo. Combatir debe ser el último recurso, cuando no queda otra opción.
9. Lobos
Al contrario que otros animales, los lobos suelen ir en manada. Así que si estás huyendo de uno lo más probable es que haya otros persiguiéndote en paralelo y te acaben atrapando. Sin embargo, los lobos no suelen atacar si la presa en cuestión no huye.
Si te encuentras con un lobo, lo mejor que puedes hacer es salir de la situación lentamente y evitando realizar un contacto visual directo.
Si avanzan hacia ti, haz como con los osos: abre brazos y piernas para parecer más grande y ahuyentarlos. Si todo falla, hazte una bola, cubre tu cabeza y espera a que acabe el ataque (es lo único que puedas hacer).
10. Un cocodrilo
Si corres frente al posible ataque de un cocodrilo, es probable que el animal lo tome como un permiso para atraparte, lo que podría desatar un caos ya que los cocodrilos corren más rápido que un ser humano.
Un minero que logró escapar de un cocodrilo en un encuentro acuático explicó que lo mejor que se puede hacer en estos casos es retroceder poco a poco, sin dejar de mirar en dirección al animal por si se lanza a por ti.
Si todo falla y te atrapa, controla tu miedo y ataca sus ojos: es violento, pero es una de las pocas opciones viables. Si te atrapa con las mandíbulas tienes pocas posibilidades de salir ileso.