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Bukele desafía las críticas internacionales y se reafirma como líder autoritario para salvar a El Salvador

El mandatario salvadoreño responde con firmeza a los señalamientos internacionales y continúa defendiendo su estrategia de seguridad basada en el régimen de excepción.

Bukele ante las críticas internacionales ha adoptado una postura firme. En un discurso nacional de más de una hora, afirmó que no le importa ser llamado dictador si con eso logra salvar vidas. Su declaración llega en medio de fuertes cuestionamientos sobre el rumbo que ha tomado El Salvador, donde el presidente ha consolidado un poder sin precedentes bajo un régimen de excepción.

La frase fue clara: “Prefiero que me llamen dictador a que sigan matando salvadoreños”. Con ello, Bukele justificó el encarcelamiento masivo de más de 85.000 personas, muchas sin acceso a juicio, según organismos de derechos humanos.

El régimen de excepción como eje central del gobierno

El régimen de excepción ha sido prorrogado 39 veces desde su implementación. Esta medida permite detenciones sin orden judicial, limita el derecho a la defensa y ha eliminado garantías básicas del debido proceso.

Organizaciones internacionales han denunciado que este modelo vulnera los derechos humanos y pone en riesgo la estabilidad institucional. Aun así, Bukele ante las críticas internacionales mantiene su narrativa: la seguridad primero. Y una gran parte de la población lo respalda, gracias a la caída histórica en los índices de homicidios.

Mano dura, aprobación ciudadana y popularidad intacta

La estrategia de mano dura ha posicionado a Bukele como uno de los presidentes más populares de la región. Su aprobación supera el 85 %, según encuestas recientes. El respaldo viene incluso de comunidades que anteriormente desconfiaban del gobierno.

Calles con presencia militar, comercios abiertos y barrios más tranquilos son los efectos visibles. El apoyo popular ha permitido que Bukele ante las críticas internacionales mantenga firme su curso, sin ceder ante las recomendaciones de organismos multilaterales.

Ley de agentes extranjeros: control sobre la sociedad civil

En paralelo, el gobierno promovió la ley de agentes extranjeros, que impone un impuesto del 30 % a organizaciones que reciban financiamiento internacional. Esta norma ha sido usada para cerrar medios críticos, restringir ONG y reducir el monitoreo sobre el régimen de excepción.

El marco legal permite que el Ejecutivo decida qué organizaciones pueden operar, afectando la libertad de expresión y el trabajo de defensores de derechos humanos. Expertos lo comparan con medidas similares en regímenes autoritarios de la región.

El salvador como modelo regional en disputa

Mientras Bukele ante las críticas internacionales mantiene su liderazgo, su modelo divide opiniones en América Latina. Algunos gobiernos lo citan como ejemplo de eficacia. Otros lo señalan como un caso de concentración extrema de poder.

El caso de El Salvador se ha convertido en un campo de estudio para académicos, diplomáticos y movimientos sociales. El debate entre orden y libertad, seguridad y derechos, está más vivo que nunca.

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