Muchos ven con buenos ojos convertirse en inluencers para poder obtener riqueza a corto plazo lo que a la larga no pareciera mal y hay que decirlo, no está mal.
Un informe a principios de este año encontró que simplemente tener 42,575 seguidores es suficiente para ganar el salario promedio del Reino Unido en ofertas de #sponcon e ingresos publicitarios, mientras que se proyecta que la industria del marketing de influencers en su conjunto valga más de $ 15 mil millones (£ 11 mil millones) para 2022.
Se estima que ‘Lil Miquela’, una influencer virtual, gana más de $10 millones (£9 millones) al año, y ni siquiera existe.
Analistas cuentan que, el problema es que no es tan fácil como “convertirse en un influencer exitoso”. Ser divertido, sexy o «identificable» en línea solo lo llevará hasta cierto punto; Si realmente quieres convertirte en la realeza del tick azul, necesitarás un gran golpe de suerte, un programa de telerrealidad u otro tipo de ayuda.
Para algunos, esto significa recurrir a la industria de la “riqueza falsa”.
Photoshop
Cuentan algunos expertos countados por el medio digital Vice que, “en YouTube, hay una tendencia de vloggers que usan Photoshop para editarse en playas de arena, o en salidas de compras, para engañar a los espectadores haciéndoles creer que son ricos y, por lo tanto, vale la pena verlos”.
Narra la nota periodística que el mismo proceso de pensamiento se aplica a Instagram: “las personas siguen a personas influyentes ricas y celebridades por su dosis diaria de contenido aspiracional que agota la serotonina”.
Incluso si no eres realmente rico, si al menos puedes proyectar ese tipo de riqueza, o eso es lo que se piensa, los seguidores te seguirán.
Otros trucos ficticios
El año pasado un tuit se volvió viral (ahora eliminado) que mostraba a personas influyentes contratando un estudio fotográfico en Los Ángeles para que pareciera el interior de un avión privado, por $ 64 (£ 49) la hora.
Las personas influyentes y sus amigos pueden fingir que han alquilado un avión y vivir su sueño de escribir subtítulos como «tomar vuelos, no sentimientos x» o «cabeza en las nubes».
Algo similar ocurrió en China, hay una opción aún más barata. Por solo 6 yuanes (menos de £ 1), puede agregar una grabación de su voz a videos de archivo de autos caros, vistas tropicales y montones de dinero en efectivo, listos para cargar en su historia de IG.
La caja vacía
Otro de los actos que suelen hacer es el de la «caja vacía» o «bolsas vacías”.
En una entrevista un revendedor anónimo de diseñadores, con una clientela principalmente influyente, reveló un aumento reciente en las solicitudes de cajas vacías de marcas de diseñadores, a saber, Hermes, Pandora y Tiffany.
“Al principio, pensé que tal vez era para guardar algunas cosas en casa o para reciclarlas como una caja de regalo para alguien”, dijo el hombre. “No sabía que lo usaban para las sesiones de Instagram”.
En Depop, algunos vendedores tienen una cuenta completa dedicada a los vacíos; uno ha publicado más de 600 cajas y bolsas vacías en su cuenta. Los artículos son repetitivos, principalmente bolsos y cajas de Chanel, Tiffany, Pandora o Selfridges, o guardapolvos de Gucci, Louis Vuitton o Dior.
Un experto
Scott Guthrie, consultor independiente de marketing de influencers dijo a Vice que, él puede detectar cuando la riqueza del influencer es falsa, “por lo general, puede detectarlo; por lo general, algo está un poco ‘apagado’ en la imagen”, dice.
Agrega que “el accesorio no combina del todo con el atuendo, o puede haber demasiadas señales ostentosas de riqueza a la vista”.
La ostentación de “riqueza falsa” no solo es muy obvia, dice Guthrie, sino que también puede dañar la identidad de ciertas marcas de lujo. “Los creadores que se hacen pasar por embajadores de la marca pueden empañar esa marca en particular, en lugar de promocionarla”,
Dice el consultor que, la ostentación de “riqueza falsa” no solo es muy obvia, sino que también puede dañar la identidad de ciertas marcas de lujo.
“Los creadores que se hacen pasar por embajadores de la marca pueden empañar esa marca en particular, en lugar de promocionarla”.