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El cerebro no siempre diferencia entre recuerdos reales e inventados

La ciencia demuestra que el cerebro puede generar recuerdos inventados con tanta claridad como los reales, alterando nuestra percepción de la verdad.

Durante años, la ciencia ha demostrado que la memoria no registra fielmente los hechos. En cambio, se comporta como una construcción dinámica, moldeable y sensible a la influencia externa. Los estudios sobre recuerdos inventados ayudan a entender cómo el cerebro puede equivocarse sin que la persona lo perciba.

La psicóloga Elizabeth Loftus, una referente en psicología cognitiva, lideró investigaciones que probaron cómo los recuerdos pueden alterarse con facilidad. En sus experimentos, bastó con introducir información errónea o aplicar sugestión para que las personas recordaran eventos ficticios. En uno de sus ensayos más conocidos, varios participantes aseguraron haber visitado Disneylandia y haber visto a Bugs Bunny, un personaje que ni siquiera forma parte de ese universo.

El cerebro procesa recuerdos inventados como si fueran reales

Un estudio publicado en Nature Communications en 2023 demostró que el cerebro genera patrones neuronales similares cuando recuerda hechos reales y cuando reconstruye recuerdos inventados. Esta coincidencia explica por qué ambos tipos de memoria se sienten igual de auténticos.

Los investigadores analizaron imágenes por resonancia magnética funcional. Al evocar eventos inducidos falsamente, el hipocampo y otras regiones del cerebro mostraron la misma activación que al recordar eventos reales. Esta evidencia refuerza la idea de que la memoria no reproduce el pasado, sino que lo reconstruye.

Cómo se forman los recuerdos inventados

Tres factores principales influyen en la formación de recuerdos inventados: la sugestión, la repetición y la imaginación. Cuando una persona imagina una escena con frecuencia, su cerebro puede registrarla como una vivencia. Este fenómeno se observa a diario: alguien puede creer que cerró la puerta o devolvió una llamada, cuando solo lo pensó.

La memoria también cambia con el tiempo. Cada vez que evocamos un recuerdo, lo reconstruimos, y en ese proceso incorporamos nuevos elementos o lo interpretamos desde emociones actuales. Así es como los recuerdos evolucionan y, en ocasiones, se distorsionan.

Las consecuencias de recordar mal

El sistema judicial se ha visto afectado por recuerdos inventados. Existen múltiples casos en los que testigos afirman haber visto al acusado en la escena del crimen, cuando en realidad no fue así. Organizaciones como Innocence Project han documentado condenas basadas en testimonios erróneos.

En el ámbito personal, la memoria alterada puede provocar rupturas familiares, conflictos de pareja o traumas sostenidos en el tiempo. Aunque poderosa, la memoria humana no es infalible.

Recordar no siempre significa revivir lo que ocurrió

Confundir una conversación, cambiar el orden de los hechos o recordar situaciones inexistentes sucede con más frecuencia de lo que pensamos. La psicología cognitiva y la neurociencia buscan estrategias para fortalecer la memoria, pero una idea queda clara: confiar ciegamente en lo que recordamos puede resultar problemático.

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