La invasión rusa de Ucrania ha puesto en primer plano la amenaza de una guerra nuclear.
Pero, ¿cómo afectaría este tipo de guerra al mundo actual? Un nuevo estudio publicado en AGU Advances proporciona información cruda sobre el impacto global de la guerra nuclear.
La energía nuclear tiene muchas utilidades pacíficas.
Desde su descubrimiento a finales del siglo XIX la usamos para generar energía mediante las centrales nucleares, para realizar diagnósticos médicos, desarrollar tratamientos e incluso para mejorar la eficiencia de los cultivos.
Pero durante la Segunda Guerra Mundial la humanidad pudo comprobar los horrores que esta reacción física puede llegar a desatar.
En el verano de 1945, Estados Unidos detonó dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
El conflicto acabó de la manera más horrenda, con cientos de miles de muertes y devastadoras consecuencias para ambas poblaciones.
Desde entonces, desde las Naciones Unidas se han logrado algunos avances en los esfuerzos por limitar la proliferación de las armas nucleares.
No obstante, los países se han mostrado reticentes a eliminarlas por completo. Hoy en día, aún existen 30.000 armas nucleares en unas pocas manos alrededor del planeta.
En conflicto armado en Ucrania inducido por Rusia ha puesto sobre la mesa nuevamente la amenaza del uso de armas nucleares, lo que resulta sumamente preocupante.
Resultados del estudio
Los autores, liderados por Cheryl Harrison, realizaron múltiples simulaciones por ordenador para estudiar los diversos impactos de la guerra nuclear en los sistemas de la Tierra dadas las capacidades actuales de los diferentes ejércitos.
Hasta la fecha, nueve países controlan más de 13.000 armas nucleares en el mundo, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo.
Estos son Rusia y Estados Unidos (que suman más de 11.000 entre ambos) y luego China (350), Francia (290), Reino Unido (225), Pakistán (165), India (160), Israel (90) y Corea del Norte (20).
Los investigadores simularon lo que les sucedería a los sistemas de la Tierra si EE. UU. y Rusia usaran 4400 armas nucleares de 100 kilotones (un misil puede llevar una docena de estas cabezas nucleares) para bombardear ciudades y áreas industriales.
También simularon ataques nucleares entre India y Pakistán.
La primera consecuencia es que el número de muertes equivaldría a multiplicar por 50 las muertes globales anualmente.
Guerra mundial nuclear
Un conflicto nuclear a gran escala entre dos potencias por ejemplo como Estados Unidos y Rusia en el que se podrían emplear 4.400 bombas de 100 kt (kilotones, equivalentes a miles de toneladas de TNT) inyectaría a la estratosfera 150 millones de toneladas de aerosoles.
Esto disminuiría la radiación solar y la temperatura del mar bajaría 6,4 ℃. Estamos hablando de un escenario en el que solo se usaría en torno a la mitad del arsenal atómico actual.
A nivel global, dos años después de la guerra, la producción de alimentos disminuiría en un 80%.
Dichas reducciones serían también más acusadas en la zona templada del hemisferio norte, donde llegarían al 99%.
De forma directa, fallecerían 770 millones de personas tras las bombas (muchas de ellas serían vaporizadas).
Los supervivientes se enfrentarían a un invierno nuclear. En la zona templada, tendríamos menos del 1% de los alimentos que actualmente se producen.
Incendios y lluvia radiactiva
Decenas de kilómetros a la redonda más lejos se producirían incendios, debido al espectacular aumento de temperatura de la explosión.
Los incendios afectarían no solo a los campos, bosques y materia orgánica, sino también a las construcciones.
Esto es especialmente importante, dado que los materiales de que están construidos nuestros edificios pueden ser tóxicos.
Radiación
La liberación de una o varias bombas nucleares sobre el planeta Tierra, como hemos visto, no solo tiene un efecto destructor inmediato, sino también de contaminación.
La radiación nuclear es un tipo de radiación que llamamos ionizante.
La radiación de tu móvil, del microondas o del wifi no puede hacerte daño, porque la forman ondas electromagnéticas, que tienen una frecuencia muy baja y no son capaces de penetrar en nuestras células.
Como mucho, estas ondas pueden ‘agitar’ los átomos de nuestra piel aumentando nuestra temperatura (que es el efecto que produce el microondas sobre la comida).
Pero existe otro tipo de radiación que sí es peligrosa, dado que su frecuencia puede hacer que lleguen a nuestras células, en cuyo núcleo está nuestro ADN.
¿Podemos evitar una guerra nuclear?
Las Naciones Unidas han hecho algunos avances con el fin de movilizar a los países para el desarme nuclear.
La fundación del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en 1957.
El Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe de 1969 y el Tratado de No Proliferación Nuclear de 1970.
Además, en 1996, se prohíben los ensayos nucleares de forma total.
Pero el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya no encontró ninguna norma internacional que vetara de manera específica y en todas las circunstancias la amenaza o la utilización del arma nuclear.
Prohibición
El Tratado de Prohibición de Armas Nucleares fue aprobado las Naciones Unidas en 2017 y entró en vigor en enero de 2021.
Sin embargo, “Las potencias atómicas y la OTAN se han negado a aprobar ante la falta de mecanismos de verificación de la eliminación de armas nucleares”.