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Estos son los conflictos que podrían desatar la tercera guerra mundial en el 2023

Entre tanto conflicto armado, debemos estar atentos a los que puedan aumentar de proporción a nivel mundial, porque podría tocar nuestra puerta.

Más allá de la devastación en Ucrania, la guerra ha proyectado una larga sombra sobre los asuntos mundiales.

Para Rusia, hasta la fecha ha sido desastroso. Una ofensiva que se suponía debía subyugar a Ucrania, debilitar a Occidente y fortalecer al Kremlin, hasta ahora ha hecho lo contrario.

Ha disparado el nacionalismo ucraniano y ha acercado a Kiev a Europa. Le ha dado un nuevo propósito a una OTAN que estaba a la deriva.

Pues la incorporación de Finlandia y Suecia a la alianza, que parece ir por buen camino, cambiará drásticamente el equilibrio de fuerzas en el norte de Europa.

La guerra ha dejado al descubierto debilidades en el ejército ruso que las operaciones en Siria (2015) y Ucrania (2014 y 2015) habían disimulado.

Ha revelado resolución y capacidad en Occidente que los fiascos de Afganistán, Irak y Libia habían eclipsado (aunque es cierto que las cosas podrían haber sido diferentes si EE. UU. hubiera estado bajo otro liderazgo).

Asimismo, para China, la guerra ha sido un dolor de cabeza. A pesar del apoyo público del presidente chino Xi Jinping a Putin y del continuo comercio entre ambos países.

Xi no ha enviado armas, pues pareciera preocupado por las dificultades de Putin y sus amenazas nucleares. Beijing no quiere perjudicar a Moscú y es poco probable que presione a Putin para llegar a un acuerdo.

Pero hay que saber que hay otros conflictos que podrían desatar una tercera guerra mundial.

Conflictos que debemos tener en la mira

Ucrania-Rusia

La preocupación de que Rusia pueda usar armas nucleares para restaurar su decaída fortuna en Ucrania parece haber disminuido desde el verano, ya que la guerra se ha estancado destructivamente.

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Sin embargo, la escalada sigue siendo una preocupación. La incapacidad de Rusia para progresar puede amenazar la estabilidad del gobierno de Putin, lo que inclina a Moscú a contemplar una escalada peligrosa.

Las preocupaciones sobre la capacidad de Ucrania para continuar la guerra a largo plazo podrían obligar a Kyiv a tomar medidas arriesgadas por su cuenta para romper el estancamiento.

Una expansión de la guerra a la OTAN sigue siendo poco probable pero posible; el uso ruso de armas nucleares sigue siendo impensable pero no imposible.

Taiwán y China

La preocupación por la inmediatez de la guerra entre Taiwán y China ha disminuido un poco en los últimos meses, en gran parte debido a la catastrófica experiencia de covid de China.

La voluntad de la administración de Joe Biden de tomar posiciones retóricas arriesgadas sobre la defensa de Taiwán indica que Washington está realmente preocupado por las perspectivas de un ataque chino.

Al mismo tiempo, estas declaraciones (y trucos imprudentes como la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taipei) corren el riesgo de desencadenar una escalada china.

Península Koreana

En los últimos meses, las tensiones entre Seúl y Pyongyang han crecido constantemente, con provocaciones de Corea del Norte que provocan respuestas retóricas agresivas del Sur.

La dinámica entre los dos estados parece impulsada por la impaciencia desde el Norte porque el mundo todavía se niega a tomarlo en serio a pesar de sus magníficas armas nucleares.

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Estas tensiones no son nuevas, pero históricamente se han visto limitadas por la Guerra Fría y por el orden internacional liberal posterior a la Guerra Fría.

Armenia y Azerbaiyán

Si la guerra en Ucrania ha tenido repercusiones en crisis de todo el mundo, su impacto ha sido especialmente agudo en el sur del Cáucaso.

Dos años después de su última guerra por Nagorno-Karabaj, Armenia y Azerbaiyán parecen encaminadas a un nuevo enfrentamiento. Las acciones de Rusia en Ucrania han alterado los cálculos en la región.

Una nueva guerra sería más corta pero no menos dramática que el conflicto de seis semanas de 2020.

En esa guerra, en la que murieron más de siete mil soldados, las fuerzas azerbaiyanas expulsaron a los armenios de partes del enclave de Nagorno-Karabaj y áreas cercanas.

Etiopía

Una de las guerras más letales de 2022, dentro y alrededor de la región de Tigray en Etiopía, se ha detenido por el momento.

Dos de los principales adversarios, el gobierno del primer ministro etíope Abiy Ahmed y el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), firmaron un acuerdo el 2 de noviembre en Pretoria, Sudáfrica.

Las hostilidades estallaron a fines de 2020 cuando las fuerzas de Tigray se tomaron una serie de bases militares nacionales en la región, alegando que se estaban adelantando a una intervención federal.

Durante dos años de enfrentamientos, la balanza se inclinó de un lado a otro. Una tregua en marzo de 2022 ofreció un respiro.

A fines de agosto, se rompió y se reanudó la guerra en pleno. Las fuerzas federales, de Amhara y de Eritrea volvieron a superar las defensas de Tigray.

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