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¡Increíble! Un hombre volvió a caminar luego de recibir un implante cerebral  

Aunque es una intervención de alto riesgo, el cuerpo médico que hizo la cirugía contó en detalle cómo logró sacar adelante esta operación.

Un hombre con parálisis cerebral logró volver a caminar luego de recibir la aplicación de un implante electrónico cerebral. Este avance médico revolucionario le ha transformado por completo su vida. 

Gert-Jan Oskam, un neerlandés de 40 años que sufrió una parálisis como resultado de un accidente en bicicleta hace más de una década y que se encuentra en fase experimental. 

Los implantes electrónicos tienen la capacidad de transmitir de manera inalámbrica los pensamientos del paciente hacia las piernas y los pies; a través de un segundo implante ubicado en la médula espinal. 

“Me siento como un bebé, volviendo a caminar otra vez”, dijo Oskam a la BBC.  

También es capaz de pararse y subir escaleras. Ha sido un largo camino, pero ahora puedo pararme y compartir una cerveza con mi amigo. 

Un experto habla del experimento 

La profesora Jocelyne Bloch, neurocirujana de la Universidad de Lausana y responsable de la delicada operación para insertar los implantes. 

Destacó que el sistema aún se encuentra en una etapa básica de investigación; por lo que aún faltan varios años antes de que esté disponible para pacientes paralizados. 

No obstante, la doctora Bloch afirmó a BBC News que el objetivo de su equipo es llevar este avance fuera del laboratorio.  

De esta forma, se busca que se pueda aplicar en el ámbito clínico lo antes posible. 

“Nuestro enfoque no se limita solo a realizar pruebas experimentales, sino que con el tiempo buscamos brindar acceso a un mayor número de personas con lesiones en la médula espinal”. 

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Finalmente, la historia del hombre que logró caminar tras recibir un implante cerebral se ha convertido en una luz de esperanza para miles de pacientes que perdieron la movilidad de su cuerpo por un accidente o una enfermedad. 

¿Cómo funciona un implante cerebral? 

Gracias a la neurocirugía, el implante se coloca en el cerebro para poder conectarse a miles de neuronas y registrar así su actividad.  

A continuación, la información obtenida de las neuronas y su actividad se interpreta a través de un procesamiento digital en tiempo real.  

Esta interpretación permite así enviar nuevos datos al implante que, a su vez, enviará señales eléctricas para estimular determinadas neuronas previamente identificadas. 

Estas señales / estímulos enviados por el implante permiten al cerebro iniciar una acción (por ejemplo, la ejecución de una acción motora), como la capacidad de controlar máquinas, ordenadores o dispositivos móviles.  

La comunicación entre el implante cerebral y el equipo electrónico se realizaría mediante tecnología Bluetooth, permitiendo así una mayor movilidad para el usuario. 

Recurriendo a algoritmos de Inteligencia Artificial y con la ayuda de la experiencia acumulada por los usuarios del implante. 

Las actividades desarrolladas podrían ser cada vez más avanzadas y complejas, permitiendo así una mayor libertad de movimiento, habla o pensamiento. 

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¿Este tipo de implante será seguro? 

Por ahora el diseño del propio implante y los procedimientos técnicos de la cirugía son el tema primordial del proyecto.  

También se están incluyendo innovaciones técnicas con el objetivo de mejorar la seguridad de la cirugía en comparación con la neurocirugía robótica actual. 

Existe siempre el riesgo asociado a la anestesia general, pero en el caso de este nuevo implante se espera reducir el tiempo de la cirugía e incluso eliminar por completo el uso de la anestesia.  

¿Cómo? Mediante el uso de un robot neuroquirúrgico, que será el encargado de introducir los electrodos de forma precisa y eficiente, a través de un pequeño orificio en el cráneo de hasta 23 mm de diámetro. 

Combinando este procedimiento con otros avances en cirugía robótica, será posible eliminar la anestesia general e implantar el dispositivo bajo sedación consciente. 

La implantación directa de un dispositivo en el cerebro conlleva cierto riesgo de hemorragia, pero este se pretende reducir a través de unos microcables diminutos, de una escala bastante reducida (micrón). 

Estos son insertados con una aguja cuyo diámetro es aproximadamente del tamaño de un pequeño grupo de neuronas.  

Además, como cada cable se inserta individualmente, el uso del robot neuroquirúrgico permite evitar daños en los vasos sanguíneos de la superficie del cerebro o cerca de ella. 

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