De acuerdo con un informe de la BBC Mundo una lluvia de láser está llegando a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional.
Según explica la nota, “su objetivo es revelar hasta los secretos más íntimos de los bosques del planeta”.
La misión GEDI, desarrollada conjuntamente por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA y la Universidad de Maryland, permite obtener mapas en 3D sin precedentes de áreas forestales hasta en los sitios más remotos.
“Es un satélite del tamaño de un frigorífico, pesa como unos 500 kilos y está acoplado o conectado a uno de los módulos de la Estación Espacial Internacional”, explicó al medio el científico español Adrián Pascual.
Esto, recoge los datos de la misión son fundamentales para comprender cuánto carbono almacenan los bosques y qué impacto tiene la desforestación en la lucha contra el cambio climático.
¿Qué es el GEDI?
GEDI es el acrónimo en inglés de Global Ecosystem Dynamics Investigation o Investigación sobre la Dinámica Global de los Ecosistemas.
El corazón del programa es un instrumento que dispara rayos láser y está unido a la Estación Espacial Internacional, (EEI) desde 2019.
El científico dijo que, “la EEI va haciendo órbitas a lo largo de la Tierra sin parar. Y nuestro satélite GEDI va emitiendo pulsos láser todo el tiempo”.
Agrega el informe de la BBC que, “esos pulsos de energía permiten determinar no sólo la altura de los árboles sino la estructura de los bosques”.
Para revelar la composición del bosque, los investigadores de GEDI estudian cambios en los patrones de las ondas de energía.
GEDI utiliza una tecnología de detección a distancia llamada LIDAR, que consiste básicamente en apuntar un láser a una superficie y medir el tiempo en que tarda en regresar a su fuente.
El dato importante
Los árboles capturan de la atmósfera CO2 o dióxido de carbono, uno de los principales gases de invernadero responsables del cambio climático.
Y almacenan gran parte de ese carbono, evitando que sea liberado a la atmósfera, explica el informe.
Señaló Pascual que, “cuando los árboles crecen van incrementando su biomasa. Y aproximadamente el 50% de esa biomasa, de la madera de esos árboles, es carbono”.
Agrega el experto que, “se calcula más o menos que un árbol tamaño medio, lo más general que se pueda pensar, fija unos 25 kg de dióxido de carbono al año”.
¿Cómo funciona?
GEDI permite detectar y cuantificar cambios en biomasa que resultan de incendios forestales o tala ilegal, se lee en el informe del medio europeo.
Los datos de GEDI también refuerzan la importancia de preservar los bosques maduros del mundo, en lugar de priorizar solamente las nuevas plantaciones forestales.
Muchos países incluyen en sus planes de reducciones de emisiones de CO2 la plantación de árboles.
“Es cierto que hay que plantar más árboles como parte de las soluciones para combatir el cambio climático, mediante proyectos de restauración sobre zonas degradadas y que tengan potencial de volver a tener vegetación”, afirmó Pascual.
Buscan mantener a GEDI
Explica el informe periodístico que, “desarrollar GEDI y entender el funcionamiento de su tecnología desde una estación espacial llevó cerca de 20 años de trabajo previo”.
Numerosos estudios científicos fueron liderados por investigadores como Ralph Dubayah, investigador principal de GEDI y profesor de la Universidad de Maryland.
Está previsto que la misión esté operativa solamente hasta enero de 2023, cuando GEDI sería reemplazado por otro instrumento en la Estación Espacial Internacional.
Tanto investigadores como representantes de gobiernos apoyan actualmente una campaña para extender la vida de GEDI en el espacio.
Una de las científicas que no integra la misión, pero utiliza sus datos es Flávia de Souza Mendes, científica brasileña basada en Alemania y miembro del grupo de investigación RSATE (Remote Sensing Applied to Tropical Environment o Detección Remota Aplicada al Medio Tropical).
Mendes, subraya que GEDI juega un papel crucial en la mitigación del cambio climático.
“Los datos gratuitos de GEDI pueden marcar la diferencia en el apoyo a la formulación de políticas y la investigación en países de bajos ingresos”.