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Los ácaros tienen sexo en nuestra cara y no nos habíamos dado cuenta 

Más del 90 % de nosotros somos anfitriones de estas "polillas" y les hemos brindado un hogar desde que nacemos, ya que se transmiten durante la lactancia.

En las noches, los Demodex folliculorum, unos organismos de 0,3 mm de largo, salen de los poros para encontrar un nuevo folículo de piel, buscar pareja y aparearse.

Pero un nuevo estudio descubrió que estos ácaros podrían estar enfrentando un problema, ya que su ADN se está erosionando, lo que significa que están cerca de la extinción. Se lee en un informe de la BBC Mundo.

Más del 90 % de nosotros somos anfitriones de estas «polillas» y les hemos brindado un hogar desde que nacemos, ya que se transmiten durante la lactancia.

Alejandra Perotti, de la Universidad de Reading, es coautora del estudio y dice que debemos estar «agradecidos» por ofrecerles un hogar a los ácaros y tener una relación tan íntima con ellos.

«Son muy pequeños y lindos. No hay nada de qué preocuparse por tenerlos. Limpian nuestros poros y los mantienen sanos», le dice Perotti a la BBC.

El estudio muestra lo estrecha que es nuestra relación con ellos, pero también cómo los ácaros tienen el menor número de genes de cualquier insecto, arácnido o crustáceo.

El estudio muestra que a medida que su diversidad genética se reduce, su dependencia de nosotros aumenta, lo que significa que corren el riesgo de una posible extinción.

Por ejemplo, la investigación esperaba encontrar el gen que despierta a los ácaros y los hace dormir, pero no estaba presente.

¿Trae algún problema esto?

Dice la nota del medio europeo que Estas adaptaciones están causando el problema.

Cuanto más se adapten a nosotros, más genes perderán y eventualmente se volverán completamente dependientes de nosotros para su existencia.

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“Debido a esta dependencia no podrán salir de nuestros poros y encontrar una nueva pareja con la que aparearse”.

Entonces, ¿Cuál es el problema si los perdemos?

«Están asociados con una piel sana, por lo que si los perdemos, podría tener problemas en la piel», agrega Perotti.

¿Qué son los ácaros?

No los puedes ver, pero están ahí. Son ácaros microscópicos, criaturas de ocho patas semejantes a arañas que seguramente pasan toda su vida en nuestras caras. Allí comen, se aparean y, finalmente, mueren.

Son tan comunes que podrían revelar nuestra historia evolutiva con incomparable detalle.

Hay dos especies de ácaros que se alojan en tu rostro: el Demodex folliculorum y el Demodex brevis.

Ambos son artrópodos, el grupo que incluye animales de piernas articuladas como insectos y cangrejos.

Al ser ácaros, sus parientes más cercanos son las arañas y garrapatas dice la BBC.

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Los Demodex tienen ocho patas cortas y rechonchas cerca de su cabeza. Su cuerpo es alargado como una lombriz.

Bajo el microscopio pareciera que estuvieran nadando sobre aceite sin desplazarse muy rápido, ni llegar lejos.

La ciencia sobre los ácaros

Los científicos han sabido, desde hace tiempo, que los humanos tienen ácaros en la cara.

En 1842 en Francia se encontraron D. folliculorum en cerilla humana.

En un estudio de 2014 Megan Thoemmes de la Universidad State en Raleigh, EE.UU., y sus colegas se encontró que, como en investigaciones anteriores, que cerca del 14% de las personas tienen ácaros visibles.

Sin embargo, también descubrieron ADN de Demodex en los rostros de todas las personas que examinaron.

Eso sugiere que todos los tenemos y, probablemente, en grandes cantidades.

Son ¿Dañinos o no?

Los Demodex necesitan expulsar de sus cuerpos, y aunque no tienen ano, de todos modos tienen que defecar.

Así las cosas, esos desechos se van guardando hasta su muerte cuando explotan, degradándose en tu cara.

Eso puede sonar horrible, pero, sorprendentemente, parece que los ácaros no son dañinos.

«Si tuviésemos una fuerte respuesta negativa, estaríamos viéndola en una mayor cantidad de personas», coinciden los expertos

Lo que sí se ha relacionado con los ácaros es un problema en la piel llamado rosácea, que afecta principalmente a la cara.

Comienza con un enrojecimiento antes de avanzar a una irritación permanente, manchas y una sensación de ardor o escozor.

Los estudios han mostrado que quienes la sufren tienden a tener más ácaros Demodex. En vez de uno o dos por centímetro cuadrado de piel, el número aumenta de 10 a 20.

En un estudio publicado en 2020, se concluyó que la raíz del problema radica en los cambios en la piel de las personas debido, por ejemplo, al envejecimiento o por la exposición al clima.

Eso altera el sebo, la substancia grasosa producida por las glándulas sebáceas que ayuda a mantener nuestra piel húmeda.

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