Fraudes, tráfico de influencias, sobornos, extorción, robo de dinero del estado, todos son delitos que componen a lo que conocemos como corrupción política, la cual está ligada al mal uso del poder en el sector público para obtener una ventaja ilegítima.
Y como lo que quiere la mayoría de las personas es precisamente ese poder, casi todo el planeta está plagado de este ‘mal’, que durante toda la historia ha dejado a un sin número de personas en una situación deplorable, sin acceso a condiciones mínimas de salubridad o alimentación.
No obstante, y a pesar de que la corrupción data de la creación de la humanidad como sociedad, bien es sabido que la pandemia por el coronavirus ha hecho aún más visible esta problemática.
Todo esto porque la corrupción y las emergencias se retroalimentan, creando un círculo vicioso de mala gestión y crisis más profundas.
Así las cosas, es muy probable que en estos momentos estés pensando que no hay país más corrupto que tu patria. Pero, la realidad es que hay territorios en que la corrupción llega a niveles extremos.
Por eso, en Q’ Pasa te contamos cuáles son los 15 países más corruptos del mundo en el 2022.
Honduras
Honduras, con 9,5 millones de habitantes, arrastra una crisis económica, política y social desde junio de 2009, tras el golpe de Estado al entonces gobernante, Manuel Zelaya.
El país se ha visto envuelto en una gran cantidad de escándalos de corrupción, los más grandes asociados a su presidente saliente Juan Orlando Hernández, quien llevaba dos períodos en el poder.
Sus mandatos no sólo fueron salpicados por denuncias y acusaciones de corrupción política, sino también por los nexos con el narcotráfico, por la condena de su hermano en Estados por el tráfico de drogas e incluso la creencia de algunos de que estaría intentando prolongar su mandato de forma irregular.
Sin embargo, y a pesar de la gravedad de estos sucesos, el más sonado fue el que tuvo lugar en el año 2015.
En el que, durante casi medio año, la población marchó por las calles en diferentes ciudades exigiendo que se aclarara un resonante caso de corrupción que involucraba al Instituto Hondureño del Seguro Social. En este caso, la pérdida económica estimada fue de alrededor de 300 millones de dólares.
Luego, después de haber ‘ganado las elecciones en 2017’ en polémicas circunstancias con acusaciones de fraude por parte de la oposición, en el 2020 el Parlamento hondureño no permitió la continuidad de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), que dependía de la Organización de Estados Americanos (OEA), luego de un acuerdo realizado desde el 2016, dejando al país sin oportunidad de intervención internacional en los casos de corrupción.
Nicaragua
Nicaragua vive un régimen dictatorial liderado por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo desde el 2007. Además, los hijos de ambos se han convertido en piezas claves de los negocios gubernamentales y operadores políticos.
Expertos en Transparencia y anticorrupción han estado de acuerdo en que el país entero es manejado por esta familia, dado que las empresas privadas también son de su propiedad. De esta manera se opera con una especie de ‘puerta giratoria’ donde las empresas que obtiene beneficios del Estado por la corrupción también son de los Ortega.
De este modo, Nicaragua ha sufrido un progresivo desmontaje de la institucionalidad, el balance de poderes y el sistema de control. Pues quienes ocupan las posiciones de regulación en el país también son manejados por Ortega.
Como ejemplo, la Contraloría General de República nunca investiga casos de corrupción, convirtiéndose en una ‘institución fachada’.
Por otra parte, con la crisis de la pandemia, se ha hecho más evidente, que la información que se brinda es sesgada, incompleta, poco veraz, escasa y de poco manejo, tal y como sucede con el resto de información pública.
Con este panorama, el gobierno de Nicaragua no tiene voluntad política para hacer cambios y muchos menos de combatir la corrupción, según los especialistas, a esta familia sólo le interesa mantenerse en el poder por medio de la represión.
Irak
Irak estuvo sacudido por protestas callejeras desde octubre de 2019, con manifestantes que pedían el fin de la corrupción y una revisión del sistema político del país, que ha estado vigente desde la invasión de 2003 encabezada por Estados Unidos.
Las protestas se calmaron un poco después de que un nuevo gobierno, encabezado por el primer ministro Mustafá Al Kadhimi, se formara en mayo del 2020 y prometiera reformas.
Según lo dicho por su actual presidente, Barham Saleh, el valor total de las exportaciones de petróleo de Irak desde 2003 hasta el primer semestre de 2021 superó los mil millones de dólares. Mientras que la corrupción se estima en 150 mil millones de dólares pasados de contrabando al exterior a través de acuerdos, una cifra completamente exorbitante.
República Democrática del Congo
Con una historia tan rica como sus recursos naturales y decenas de grupos armados alimentando el conflicto, República Democrática del Congo es uno de los países del mundo más devastados por la violencia y la corrupción.
Los Lumumba Papers y los Banana Port Papers fueron casos de corrupción conocidos a nivel mundial. El primero, hace referencia a la filtración de documentos con los que se denunciaron desvíos de fondos desde cuentas de organismos públicos a personas del entorno más próximo a la familia del entonces presidente Joseph Kabila y operaciones bancarias presuntamente fraudulentas.
En el segundo caso, un informante anónimo aportó documentos que desvelaban negociaciones secretas entre el Gobierno y uno de los mayores operadores portuarios del mundo, el Dubai Port World , en la construcción de un puerto en la desembocadura del río Congo. El proyecto ascendía a más de mil millones de dólares, y la parte más importante de la negociación se centraba en el beneficio que obtendrían empresarios y políticos.
Durante el 2020, el mundo también fue testigo de uno de los casos de corrupción más grandes de este país cuando un tribunal sentenció a Vital Kamerhe, quien era mano derecha del presidente Félix Tshisekedi, a 20 años de prisión por malversar fondos públicos de un programa social por más de $50 millones de dólares.
Afganistán
Afganistán también ocupa un lugar importante en esta lista como uno de los países más corruptos del mundo.
De acuerdo con una investigación de Global Witness de 2018, tanto el Talibán como el autodenominado Estado Islámico se han beneficiado de la corrupción y la mala gestión de la riqueza del país
La ONG que trabaja para romper los vínculos entre la explotación de recursos naturales, la pobreza, la corrupción y los abusos de los derechos humanos estimó que los talibanes ganan entre US$2,5 millones y US$10 millones al año solo de la extracción de talco.
Pero la corrupción no se limita a pequeños grupos, sino que es verdaderamente endémica.
En 2013, el expresidente de Afganistán, Hamid Karzai, admitió que la CIA le había entregado bolsas de dinero en efectivo a su oficina durante años, y añadió que no era “nada inusual”.
Es tal la situación incluso se ha hablado de una ‘corrupción endémica’, impulsada en buena parte por los miles de millones estadounidenses y los pagos secretos de inteligencia a los señores de la guerra.
Aun así, las actividades cotidianas tampoco lograban sustraerse del obligatorio peaje: el trato de favor en un hospital, transportar combustible por el país o la titularidad de una propiedad, todo tenía un precio. En ese sentido, todos son muy conscientes de la corrupción generalizada en las más altas instancias del poder.
Después de la salida de Estados Unidos de este país, aún son muchas las dudas que se ciernen sobre la nación porque la economía de Afganistán está ‘moldeada por la fragilidad y la dependencia de la ayuda internacional’.
Haití
La historia de Haití, el país más pobre del hemisferio occidental ha estado cargada desde sus inicios por la violencia, una alta inestabilidad económica y política, desastres naturales y descontento social.
Los malos manejos de los fondos de Petrocaribe, incertidumbre política y altos índices de pobreza e inflación sumen al país en graves problemas sociales, incluso después del asesinato de su presidente Jovenel Moïse en 2021, hace que el futuro sea aún más incierto.
La historia más fuerte de corrupción se remonta al 2010 Cuando un terremoto demoledor arrasó con gran parte del país.
Para aquel entonces, más de nueve mil millones de dólares en asistencia humanitaria y donaciones inundaron el país, reforzados por unos dos mil millones adicionales de suministros de petróleo a bajo costo y préstamos de Venezuela, que por ese entonces era un poderoso aliado del gobierno.
Sin embargo, los informes de auditores nombrados por los juzgados haitianos revelaron con gran detalle que gran parte de los dos mil millones de dólares que Venezuela le prestó al país fueron malversados o derrochados en el transcurso de ocho años.
Korea del Norte
Aunque pocos datos se tienen de lo que sucede al interior de Korea del Norte, es un hecho que los más de 20 millones de norcoreanos sufren bajo el comunismo de Kim Jong-un, donde el miedo, el culto al líder y la propaganda comunista marcan su vida cotidiana.
Con un modelo político tan severo, es casi evidente que se encuentre en esta posición como uno de los países más corruptos pues el salario promedio es de unos 35 dólares al mes, lo que se califica de “pobreza extrema”.
Igualmente hay cifras que hacen evidente esta realidad, pues en comparación a su vecino Korea del Sur, los norcoreanos viven el promedio 11 años menos y son 13 centímetros más bajos debido a la desnutrición por la mala alimentación en el país.
Así mismo, se tienen datos concretos de que en Korea del Norte ni siquiera presentan unos servicios públicos de calidad.
Papúa Nueva Guinea
Este país estaba bajo el mando de Australia, pero en el año 1975 logró independizarse. Por lo que actualmente tiene una forma de gobierno llamado monarquía constitucional está bajo el gobierno de la reina Isabel segunda.
Esta es además una nación rica en minerales y cultura, pero, es atacado y atrasado por la corrupción.
De hecho, a los policías (que están del lado del gobierno), el personal de salud y también a los maestros en Papúa Nueva Guinea les pagan una miseria. Pues en este país existe algo llamado la ‘mafiocracia’ que prácticamente es robar en frente de todos y que nadie diga nada por miedo.
Una de las situaciones que más lo puso en el ojo mundial fue la que se dio entre 2009 al 2011, cuando el país sufrió una pérdida de 2 mil 800 millones de dólares por corrupción.
Por este delito, en el año 2010 capturaron al ex primer ministro quien se había ido a Australia, donde se gastó aproximadamente 50 millones de dólares comprando paracetamol porque decía que se encontraba enfermo.
Ucrania
Ucrania es el país más pobre de Europa precisamente por la corrupción. En el año 2010 el presidente ucraniano Viktor Yakunovich, había sido identificado por las personas como uno de los más corruptos de la historia, por lo que el pueblo comenzó a protestar.
El reclamo de la gente fue tan masivo y grande que lograron sacar al presidente quien fue destituido por su congreso. Sin embargo, Yakunovich logró huir del país sin pagar por los delitos a los que se le relacionaron.
Para el 2014 subió la presidencia de Ucrania Petró Poroshenko quien creó varias agencias anticorrupción.
No obstante, unas semanas después de creadas el tribunal constitucional ucraniano anuló las leyes que permitirían el enriquecimiento ilícito. Haciendo que se desarrollara una situación aún peor en la que ni siquiera los periodistas independientes pueden informar con la verdad pues son asesinados.
Finalmente, el actual presidente de Ucrania Volodímir Zelenski, antes de ser elegido también aseguró que iba a luchar contra la corrupción. Sin embargo, poco después descubrieron que tenía propiedades no declaradas.
Líbano
En 1975 empezó una guerra civil libanesa que duraría hasta los años 90, lo que llevaría al país a la pobreza total.
Como si esta triste historia no fuera suficiente, el presidente actual del Líbano, Michel Aoun, en cuanto llegó al poder en 2016, distribuyó cargos a dedo, de esta forma, su yerno ocupa el cargo como canciller, favoreciendo aún más a la corrupción.
Con esta posición, durante el 2019-2020, la gente se indignó tanto que hicieron marchas masivas logrando tumbar a varios ministros. A la causa se le sumaron los cobros por los impuestos progresivos hacia servicios de redes sociales digitales y hasta la respuesta al covid-19.
Por si fuera poco, en agosto de 2020 se produjo una violenta explosión en el puerto de Beirut que fue atribuido a la gigantesca corrupción de numerosos gobiernos libaneses.
Durante años, los políticos de todas las facciones del país han robado y, con ello, arruinado el país. Incluso los políticos que están enfrentados entre ellos se han aprovechado de este sistema corrupto para enriquecerse. Cuando se trata de su propio bienestar, todos se ponen de acuerdo.
Según lo que se sabe, el gobierno se ha encargado de no cumplir sus tareas más elementales: preocuparse del bienestar de sus ciudadanos.
Tal es la situación que desde hace años se corta la electricidad varias horas al día. ¿Por qué? Porque la llamada “mafia de los generadores”. Es decir, ricos empresarios que vienen ellos mismos de la política o están estrechamente asociados con ella, y que se benefician si la población tiene que comprar electricidad adicional. ¿Qué más se puede decir?
Venezuela
Durante años, el Gobierno de Venezuela ha movido con apoyo de una red opaca cantidades ingentes de petróleo, dinero y otros recursos como carbón y aluminio, bajo la apariencia de ayuda humanitaria, para tratar de evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos.
La trama, que involucra a decenas de personas y empresas, se ha desplegado, por una treintena de países, incluyendo paraísos fiscales, y ha generado un oscuro negocio multimillonario en el que afloran las connivencias de la cúpula chavista con empresarios dispuestos al engaño con tal de lucrarse.
De esta forma, mientras el país se enfrenta desde casi una década a un éxodo masivo por las pésimas condiciones en la que se encuentran, las personas cercanas al gobierno se salvan con prácticas cada vez más corruptas.
A tal punto que un 87 por ciento de los venezolanos percibe al gobierno y todo lo que tenga que ver con éste como corrupto, un 61 por ciento afirma que alguna vez le han pedido soborno y cada dos de tres personas han tenido que pagarlo.
Yemen
La guerra que devasta Yemen desde 2014 es “la peor crisis humanitaria en el mundo” según la ONU. Incluso, el nivel de destrucción y la inestabilidad pueden convertir a este país en un “Estado inviable”, en el que casi el 80 por ciento de la población, unos 24 millones de personas, necesitan ayuda.
Los escándalos de corrupción que rodean a Yemen no son pocos, la misma ONU reveló que en enero de 2018 Arabia Saudí invirtió en el Banco Central de Yemen unos 2.000 millones de dólares, destinados para los programas de desarrollo y reconstrucción del país. En concreto, estaba previsto que esos fondos se usarían para financiar las ventas de arroz, azúcar, leche y harina.
Pero, según la investigación, el Banco Central yemení manipuló el mercado de divisas y blanqueó “una parte considerable” de esta partida saudí a través de “un esquema de lavado de dinero sofisticado” que, finalmente, generó como benefició para algunas empresas unos 423 millones de dólares.
Así las cosas, las empresas que recibieron estas bonificaciones eran privadas, por lo que los expertos aseguran que el Banco Central y el Gobierno se coludieron para beneficiar a un reducido grupo de empresarios.
Esta desviación de fondos dificulta, e incluso priva, el acceso de los yemeníes a los alimentos, en un contexto en el que en diversas ocasiones Naciones Unidas ha alertado del riesgo que corre el país de una hambruna.
Por su parte, los houthis grupo opositor del gobierno, han financiado sus operaciones militares a con la recaudación de impuestos y la apropiación de otros ingresos públicos.
Sólo en 2019, el grupo malversó al menos 1.800 millones de dólares que se utilizarían para pagar los sueldos de los ciudadanos del país, así como para la prestación de los servicios básicos a los ciudadanos.
Somalia
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de señores de la guerra y milicias islamistas, como Al Shabab.
Desde entonces este país no ha tenido elecciones directas, las cuales se esperan que se den en febrero de este año, luego de un proceso largo, tedioso e irregular que han incluso socavado la credibilidad del proceso.
Con esta situación, la nación africana ha vivido sumida en una ola de corrupción, enfrentando al ministro Mohammed Hussein Roble contra el presidente Mohamed Abdullahi Farmaajo. Disputa en la que ha habido cabido desde la “pequeña corrupción a la corrupción política de alto nivel”.
Siria
Con más de una década en guerra, el conflicto en Siria ha dejado más de seis millones de personas desplazadas y una cifra similar ha huido del país como refugiados.
Según calculan algunos expertos, el costo de la reconstrucción de este país estaría aproximadamente entre 250 mil millones y 400 mil millones de dólares, lo que reduce aún más le presupuesto de esta nación.
El mayor inconveniente es que la comunidad internacional se ha negado a ayudar la reconstrucción debido a la negativa del presidente Bashar Assad de poner fin a la guerra y garantizar un traspaso pacífico del poder.
Así las cosas, para atender parte del déficit, el régimen sirio impuso un impuesto para la reconstrucción con el pretexto de compensar a quienes perdieron sus hogares durante la guerra.
No obstante, luego de una investigación se concluyó que el mismo gobierno y sus varios ministerios absorbieron la mayor parte de los ingresos fiscales, dejando a la población sólo con migajas.
Sudan del Sur
Si bien Sudán del Sur es un país con una fauna muy rica, también es un lugar en el que escasea la comida y abunda el hambre.
Hasta 1983 Sudán era una república unida, pero en el sur se levantó un grupo armado en busca de su independencia a través de la guerra. Por lo que consiguieron su libertad, aún así, parecer ser que hoy sigue vigente un conflicto entre el presidente y el vicepresidente de Sudán del Sur.
En este contexto, la situación es terrible ya que los altos cargos políticos han robado cerca de 36 millones de dólares al país.
Al mismo tiempo, un informe ha demostrado que en sólo tres meses el país había perdido cerca de 300 millones de dólares de varias instituciones del estado lo que ha afectado de manera directa a la población sumiendo al pueblo en una hambruna descomunal, por la que muchas personas se han visto obligadas a vender a sus hijos para poder comer.