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Canibalismo en Medellín

El canibalismo es el acto o la práctica de alimentarse con miembros de la propia especie. Aunque se asocia con la antropofagia cuando seres humanos consumen a congéneres.

Por estos días de terror, una joven en Medellín, Colombia contó una historia a través de redes sociales que ponen los pelos de punta a cualquiera que la escucha y que le ocurrió hace varios años atrás.

De acuerdo con Vanessa*, una estudiante de historia que realizó una serie de investigaciones sobre la indigencia en la ciudad de Medellín que la llevaron a obtener testimonios útiles para sus propósitos.

En recopilación de la in formación para su trabajo, la joven compartía con las personas en condición de indigencia toda clase de comidas, su intención era compartir, pero comenzó a notar que sus entrevistados sacaban la carne aparte.

Su curiosidad llevó a preguntarles el porqué de su conducta, a lo que el mayor del grupo, un hombre de la tercera edad, respondió “a nosotros ya no nos gusta esta carne; todos los días vamos a nuestro propio restaurante”.

Los indigentes habían cambiado su expresión amigable por una hostil hacia la joven, que los visitó una vez más para la conclusión de su trabajo. Entonces conoció algo que la dejó sin palabras.

“Uno de ellos me dijo algo que me traumó del todo: lástima mona que a usted no la pudimos llevar al restaurante”, relató la mujer.

Conclusión de la historia

Entre la curiosidad y el terror que se adhirió a ella como consecuencia del tono de voz empleado por la persona, la joven notó que el adulto mayor se levantó y procedió a retirar a la mujer inmediatamente.

“Venga, yo la acompaño. Esto ya se puso maluco”, mencionó el adulto mayor.

Una vez alejados del grupo, el hombre confesó los horrores detrás del comedor comunitario: “Tenemos un comedor comunitario en las alcantarillas. Se va moviendo de lugar y es comunitario porque usted mismo lleva la carne”.

El masculino conto que, “generalmente, la carne son mujeres que matamos, cada quien escoge a quién matar. Ellos la habían escogido hace rato, mona, pero decidimos que no, porque usted ha sido de las únicas que se nos arrima sin asco “.

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Agregó que, “por la noche es a otro precio, porque ahí si no perdonan a nadie y la podrían matar a usted o cualquiera. Comer carne humana es como una adicción para nosotros”.

Otra historia del mismo corte

El 8 de mayo de 2005, el diario El Tiempo, documentó una aterradora historia que conmocionó en ese entonces a los habitantes de Antioquia.

Juan Zualuaga* narró a los funcionarios de la Casa de Justicia del barrio Villa del Socorro, al nororiente de Medellín, como sus hijos habían sido obligados a comer carne humana.

Los responsables habrían sido una banda satánica, llamada ‘La Misión’, quienes secuestraron no solo a los menores, sino también, a su entonces compañera sentimental de 38 años.

Este grupo, era integrado por jóvenes entre los 18 y 25 años.

Así fue como los obligaban a comer

Juan Zualuaga*, le narró a las autoridades que llevaba un proceso para reclamar la custodia, de sus dos hijas de 5 y 12 años, y un niño de 10, pues hace dos años, no convivía con su pareja, a causa de que tenía una nueva relación.

“Según el señor, el compañero de su mujer mantuvo a dos de los niños en una finca, donde realizaban ritos extraños con cadáveres recién enterrados y consumían carne humana”, dijo el comisario.

Afirmación que fue corroborada por ella misma, tras ser llamada por el comisario, la sicóloga y los fiscales de la Casa de Justicia.

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“La señora contó que los vigilaban día y noche. Solo salía de la finca a lugares cercanos, pero dejando a uno de los dos niños”.

En uno de esos días de cautiverio, cuenta que los integrantes de la banda, fueron hasta un cementerio y robaron un cadáver. Una vez llegaron a la finca, en la noche y en presencia de los niños, hicieron oraciones y rezos en torno del cuerpo.

Desde ese momento, pasó una semana, cuando uno de ellos le preguntó ¿qué tal le parecía la comida? A lo que ella, otra mujer y los menores, no tuvieron más reparo que decir que estaba buena. “Nos hacían comer carne humana.”.

Pero lo peor viene después. El hombre llegó con una olla y del fondo sacó una cabeza humana. Según él, era del cuerpo que había sacado del cadáver y con eso iba a preparar “el plato fuerte”.

Así terminó

En ese entonces, gracias a una llamada hecha por la víctima a su hermana, las autoridades rastrearon la comunicación y capturaron a los integrantes de ‘La Misión’.

Sin embargo, el padrastro de los menores escapó.

Mientras que los niños recibieron apoyo psicológico y la Fiscalía se hizo cargo del caso para determinar si efectivamente comieron carne humana.

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