Surfear en un volcán activo es definitivamente un deporte para los amantes de lo extremo y Nicaragua es el destino soñado porque ofrece una experiencia realmente vertiginosa.
El turismo de aventura ha ganado un gran espacio en Nicaragua, donde los turistas nacionales y extranjeros disfrutan de un escenario natural realmente maravilloso. El volcán nicaragüense Cerro Negro, un destino soñado que ofrece una experiencia vertiginosa llamada abordaje de volcanes.
El deporte extremo llamado volcano boarding en Cerro Negro, es un volcán de 728 metros de altura, ubicado en Nicaragua, es uno de los más jóvenes del mundo y está activo desde su nacimiento, en 1850, entró en erupción nada menos que 23 veces.
El volcán Cerro Negro ubicado en el departamento de León tiene características de colina negra sin vegetación con laderas bastante empinadas lo hace único entre los colosos y permite a los turistas lanzarse en tablas desde la cima a velocidades hasta 80 km por hora.
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Este deporte extremo, conocido como volcano boarding o sandboarding, está en furor y atrae anualmente a 50.000 valientes turistas, principalmente estadounidenses, alemanes, canadienses, franceses, austriacos y británicos, según cifras del Instituto de Turismo.
Montar sobre tablas de madera por la pendiente empinada de un volcán no solo hará subir la adrenalina, también podría presentar algunos desafíos. Descender es mucho más fácil que ascender, ya que en una de las laderas más inclinadas hay solamente arena volcánica y se puede correr hasta abajo y llegar en sólo diez minutos.
Una de las personas más famosas que popularizó Cerro Negro y en general Nicaragua fue Eric Barone, quien bajó el volcán en bicicleta a 172 kilómetros por hora. Aunque Barone terminó en el hospital con muchas lesiones y huesos rotos, inspiró a otras personas que comenzaron a enfocarse en el volcán más joven de Centroamérica y trataron de inventar nuevas formas de disfrutar el volcán y la velocidad por completo.
Lo mejor de todo, es que en el volcán se pueden realizar más actividades, desde el año 2015 fue instalada una infraestructura de canopy la cual propone un recorrido de 829 metros a través de siete plataformas, una caseta de instrucción y un puente colgante de 17 metros.
