Un científico ha revelado recientemente un concepto para una prisión del futuro que, según él, aceleraría la liberación de un criminal a minutos, en lugar de años o décadas.
El diseño, llamado Cognify, implantaría recuerdos sintéticos del crimen de una persona en su cerebro, pero mostrando la perspectiva de su víctima.
El sistema podría incluir un dispositivo similar a la realidad virtual que muestre imágenes del delito generadas por inteligencia artificial.
Esto junto con un implante cerebral que induzca estados emocionales como remordimiento o arrepentimiento, sentimientos que algunas personas podrían no producir por sí solas.
El concepto, desarrollado por Hashem Al-Ghaili , garantizaría los efectos a largo plazo de la sesión de terapia al hacer que los recuerdos sean permanentes.
El universo de prisioneros
Actualmente hay más de 1,7 millones de personas encarceladas en Estados Unidos.
Si bien los funcionarios han dicho durante mucho tiempo que la prisión disuade a los delincuentes de cometer delitos en el futuro, más de 100 estudios realizados en 2021 encontraron que no evita que las personas reincidan.
Con esto en mente, Al-Ghaili mira hacia el futuro con una prisión que, según él, ayudará a los criminales a aprender de su pasado.
“Cognify podría algún día crear e implantar recuerdos artificiales directamente en el cerebro del prisionero”, afirma el video narrativo.
“Estos recuerdos complejos, vívidos y realistas se crean en tiempo real utilizando contenido generado por IA”.
Aunque la rehabilitación duraría unos minutos, al criminal le parecerían años.
Se explica que, “dentro de la mente del criminal, el tiempo transcurriría de manera diferente y más lenta que en la vida real, haciéndoles experimentar años, comparte el video”.
Cada proceso sería único
Dependiendo de la gravedad del delito del sujeto y de su sentencia, los recuerdos podrían adaptarse a las necesidades de rehabilitación de cada sujeto.
Los presos se someten a un escaneo cerebral de alta resolución que crea un mapa detallado de sus vías neuronales.
El mapa permite que el dispositivo Cognify se dirija a regiones específicas del cerebro responsables de la memoria, el razonamiento y el pensamiento lógico.
Estas tareas se encuentran en el hipocampo, la corteza prefrontal, la amígdala, el lóbulo parietal y la corteza cingulada anterior.
El dispositivo comienza a funcionar mostrando al prisionero recuerdos generados por IA de sus crímenes, que pueden incluir violencia doméstica, crímenes de odio y discriminación, malversación de fondos, tráfico de información privilegiada, robo y fraude.
Además de los efectos visuales, la tecnología también podría estimular una respuesta física al permitir que el agresor sienta el dolor y el sufrimiento que sufrió su víctima.
“Algunos recuerdos están diseñados para desencadenar consecuencias y traumas”, afirma el vídeo.
Esos recuerdos podrían simular las consecuencias a largo plazo de acciones violentas, como el dolor de la familia de la víctima o el trauma físico y emocional sufrido por la víctima.
Implicaciones éticas
El enfoque audaz de Cognify para la rehabilitación no está exento de importantes dilemas éticos.
La principal preocupación radica en la alteración de la identidad personal y el potencial uso indebido de dicha tecnología.
La incorporación de recuerdos artificiales podría cambiar fundamentalmente la noción de identidad de un individuo, lo que lleva a cuestionar la moralidad de tales intervenciones.
Además, la posibilidad de que esta tecnología se utilice para adaptar los recuerdos y la psique de los individuos a los estándares sociales plantea una grave amenaza ética.
El discurso en torno a Cognify está dominado por estas preocupaciones, que enfatizan la necesidad de una consideración cuidadosa y de pautas éticas.
A pesar de estos desafíos éticos, Al-Ghaili sigue siendo optimista sobre la viabilidad de Cognify. Afirma: “La ciencia que lo respalda ya existe, pero los límites éticos impiden que se convierta en realidad”.
Cognify se inspiró en las limitaciones del sistema de justicia penal actual y en el papel fundamental de los recuerdos vívidos en la formación del comportamiento.
Las prisiones tradicionales a menudo no logran rehabilitar de manera efectiva, lo que conduce a altas tasas de reincidencia. Al-Ghaili cree que Cognify puede abordar estos problemas aprovechando la tecnología avanzada para crear un sistema de rehabilitación más eficaz.
Proceso de rehabilitación
Al-Ghaili describe un proceso de cuatro pasos para la rehabilitación con Cognify. En primer lugar, se obtiene el consentimiento del preso.
En segundo lugar, se realiza un escáner cerebral para identificar las regiones que se van a tratar con Cognify.
El tercer paso consiste en la implantación de la memoria, un proceso que dura sólo unos minutos y varía según la naturaleza del delito.
El paso final incluye el seguimiento de los presos para observar cambios en su comportamiento. Siguiendo estos pasos, los presos podrían ser liberados en unos pocos días.
Si bien Cognify presenta un enfoque revolucionario para la rehabilitación, es crucial equilibrar sus beneficios con los desafíos éticos que plantea.
La posibilidad de una percepción distorsionada de la propia identidad debido a los recuerdos artificiales y el riesgo de un uso indebido para alterar los recuerdos y la psique de las personas.
Estos desafíos dificultan la aplicación de un concepto de este tipo.
- Imagen de portada tomada/Cortesía de Hashem Al-Ghaili