Con el pasar del tiempo parecería que las misiones al espacio hechas por astronautas están cada vez más normalizadas, y por esa razón también pensamos que es casi imposible que algo fuera de lo planeado pudiera suceder.
Sin embargo, en diciembre del año pasado, se conoció que tres astronautas habían tenido problemas con la nave espacial Soyuz MS-22 que hace parte de la misión Artemis, cuando se acopló a la Estación Espacial Internacional (ISS). En la tripulación se encontraban dos cosmonautas rusos Sergei Prokopiev y Dmitry Petelin y el astronauta de origen latino Frank Rubio.
¿Qué ocurrió?
El contratiempo se originó luego de que los cosmonautas se prepararan para hacer una caminata espacial y en ese momento sonara la alarma que anunciaba que la presión del sistema de enfriamiento se había caído.
Posteriormente, la NASA difundió algunas imágenes donde se logra ver una fuga del líquido refrigerante, que escapa de la nave en forma de gotas blancas. Pese a que aún no se ha logrado esclarecer lo que provocó la fuga, varias de las hipótesis sugieren que se pudo haberse tratado del choque de un micrometeorito con la nave.
También se cree que un impacto externo causó una fuga separada a principios de febrero en el sistema de enfriamiento del buque de carga Progress MS-21, que los funcionarios sacaron de órbita la semana pasada.
Con esta novedad, uno de los peligros de los astronautas a bordo de esta nave es que el radiador del refrigerante que se usa para regular la temperatura quedó completamente vacío. La tripulación ha tenido que ventilarse con la escotilla de las ISS.
El mayor riego que preocupa a ambas agencias es que la escotilla pueda cerrarse y con ello aumentar la temperatura de la cápsula de los astronautas, lo que podría dejar en riego su vida, así lo comentó el jefe de programas espaciales tripulados de Rusia, Sergei Krikalev.
Luego del incidente, en Tierra empezaron a gestarse los planes de rescate, para esto se planeó el envío de otra nave para el mes de febrero; no obstante, llegada la fecha de lanzamiento, Rusia anunció que la cápsula de reemplazo Soyuz MS-23 será enviada en septiembre.
Frank Rubio, el astronauta de origen salvadoreño
Nacido en Los Ángeles de padres salvadoreños, Frank Rubio fue el primer latino en salir al espacio exterior. Frank que cumplió 47 años en la misión relató en el video de presentación que el haber sido el hijo de una adolescente migrante que lo crió por su cuenta le enseñó el valor de la autosuperación y el esfuerzo: «Soy el resultado de muchos sacrificios y de grandes equipos». Su madre, Myrna Argueta, vive actualmente en El Salvador.
Ahora, casado con su esposa Débora y padre de cuatro hijos, Rubio se unió al Ejército en el año 1998 con el objetivo de pagar sus estudios universitarios. Tras graduarse de la Academia Militar, obtuvo un doctorado en medicina de la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud en 2010, tras lo cual fue proveedor ejecutivo médico y cirujano de vuelo en Redstone Arsenal, Alabama.
Posee una carrera militar extensa: ha volado más de 1.100 horas, incluyendo más de 600 horas de combate durante sus despliegues en Bosnia, Afganistán e Iraq. Para eso, obtuvo una certificación como piloto de helicópteros.
Pero en el año 2017 un impulso lo llevó a dar un paso más allá de su carrera militar, al intentar ingresar a la NASA para convertirse en astronauta: Rubio fue uno de los 12 seleccionados de entre nada menos que unos 18.000 aspirantes.
Desde entonces, ha completado un programa de entrenamiento de astronauta de dos años que ha incluido desafíos físicos y académicos grandes, desde sistemas de soporte vital hasta manejo de electricidad en la Estación Espacial Internacional, pasando por entrenamientos físicos a bordo de aviones que pueden volar a velocidades supersónicas como el Northrop T-38 Talon.
“El mayor desafío para muchos es la amplitud de las cosas que tenemos que estudiar”, dijo Rubio al sitio del Ejército.