El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado que, a partir de este martes, se implementarán aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá. Esta medida, considerada una de las más agresivas en la historia del comercio entre estos países, busca presionar a ambos gobiernos para que refuercen su lucha contra el tráfico de drogas y la inmigración ilegal hacia Estados Unidos.
El impacto económico de una guerra comercial histórica
La decisión de Trump podría desencadenar un colapso en sectores clave de las economías de los tres países, afectando el costo de vida, el empleo y las inversiones en América del Norte.
- Estados Unidos: Se prevé un alza en los precios de productos esenciales como frutas, verduras, cerveza, licores y electrónicos provenientes de México, así como papas, granos, madera y acero de Canadá. Además, el precio de la gasolina podría dispararse, especialmente en el Medio Oeste, debido a la dependencia del petróleo canadiense. Este escenario incrementaría la inflación y reduciría el poder adquisitivo de los hogares estadounidenses.
- México: La imposición de estos aranceles podría llevar a una caída del 4% en el PIB si las medidas se mantienen por un año. Sectores como el automotriz y el de equipos eléctricos serían los más golpeados, poniendo en riesgo miles de empleos y forzando el cierre de fábricas.
- Canadá: Con una economía fuertemente dependiente del comercio, el país enfrentaría una desaceleración y la posible pérdida de hasta 100,000 empleos, principalmente en las industrias automotriz y petrolera.
Respuesta de México y Canadá: medidas de represalia
Ante el ataque comercial de Trump, tanto México como Canadá han anunciado acciones en respuesta:
- México: La presidenta Claudia Sheinbaum ha advertido que el país implementará aranceles y restricciones sobre productos estadounidenses clave, entre ellos carne de cerdo, queso, productos agrícolas, acero y aluminio.
- Canadá: El primer ministro Justin Trudeau ha confirmado la imposición de aranceles del 25% sobre bienes estadounidenses valorados en 30,000 millones de dólares canadienses, con la posibilidad de ampliarlos a 155,000 millones en las próximas semanas. Entre los sectores afectados estarán el acero, aluminio y productos agrícolas.
¿Hacia una guerra comercial sin freno?
La situación ha desatado preocupación en los mercados financieros y entre los principales empresarios de la región. La incertidumbre sobre el futuro de la economía norteamericana crece a medida que los aranceles comienzan a golpear a empresas y consumidores.
Si esta guerra comercial se prolonga, las consecuencias podrían ser devastadoras para la estabilidad de la región, con un aumento en el desempleo, el cierre de empresas y una posible recesión en América del Norte.
La pregunta que queda en el aire es: ¿estamos ante el inicio de la peor crisis comercial de la historia entre estos tres países?