El nuevo resort de playa en Corea del Norte, ubicado en la bahía de Wonsan-Kalma, abrirá sus puertas el 1 de julio. Se trata de un complejo turístico costero de cuatro kilómetros de largo, que incluye hoteles, restaurantes, zonas de compras y un parque acuático. Es el primer intento del régimen de Kim Jong-un por posicionarse en el sector del turismo internacional.
Wonsan-Kalma, el epicentro del turismo en Corea del Norte
La construcción del resort de playa en Corea del Norte comenzó hace varios años. Ahora, con su apertura, el gobierno lo considera un símbolo de desarrollo y una herramienta diplomática. Kim Jong-un lo describió como “un paso del que estar orgullosos”, destacando su potencial para atraer visitantes.
Este nuevo espacio turístico tiene capacidad para recibir hasta 20.000 personas. En una primera etapa, solo estará disponible para ciudadanos norcoreanos. Sin embargo, ya se ha confirmado que los primeros turistas extranjeros serán ciudadanos de Rusia, seguidos por grupos organizados desde China.
Kim Jong-un apuesta por el turismo como estrategia de apertura
El impulso al turismo en Corea del Norte ha sido una idea recurrente en el mandato de Kim Jong-un. El resort Wonsan-Kalma no es el único proyecto. El régimen también ha promovido estaciones de esquí y zonas especiales en la frontera con China. Sin embargo, este es el primer desarrollo costero de gran escala que se completa.
El objetivo es diversificar la economía sin renunciar al control interno. Las visitas serán limitadas y estarán sujetas a supervisión estricta. Aun así, la magnitud de la infraestructura demuestra un cambio en el enfoque. El turismo ya no es solo un lujo interno, sino una herramienta estratégica.
El resort de lujo y su impacto en la región
El resort de lujo en Wonsan fue construido con materiales modernos y diseños similares a los que se ven en Corea del Sur. Incluye al menos 10 hoteles, varios complejos de villas privadas, zonas deportivas, spas, cafés y atracciones familiares. Todo esto ubicado en una de las regiones costeras más limpias y templadas del país.
Expertos consideran que esta inversión busca mejorar la imagen internacional del régimen. También fortalece la relación con sus aliados, ofreciendo exclusividad a los turistas rusos y a los visitantes chinos, que históricamente han representado la mayoría del turismo extranjero autorizado.
Acceso limitado y vigilancia constante
El turismo en Corea del Norte sigue estando bajo fuertes restricciones. Los visitantes no pueden circular libremente y los recorridos están guiados por personal oficial. En el caso del resort de playa en Corea del Norte, la infraestructura fue diseñada para ser autónoma y cerrada, lo que permite un control absoluto sobre los huéspedes.
No se han anunciado fechas para permitir la entrada a turistas occidentales. Tampoco hay indicios de que se relajen las reglas internas. Sin embargo, la apertura del Wonsan-Kalma Resort marca un hito económico y propagandístico para el régimen de Kim Jong-un.